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En el caso del gas se prevén aumentos mayores al igual que en el transporte

Los argentinos temen por la devaluación del peso

Los argentinos están preocupados que por la inflación aumente el costo de la canasta básica. El País
Los argentinos están preocupados que por la inflación aumente el costo de la canasta básica. El País
05 de diciembre de 2015 - 00:00 - Marcelo Izquierdo, corresponsal en Argentina

Los argentinos empiezan a ponerse nerviosos a medida que se aproxima el 10 de diciembre. Ese día Cristina Fernández de Kirchner le colocará la banda y entregará el simbólico bastón presidencial a su sucesor Mauricio Macri. Pero la gente común, en especial de las clases populares que respaldaron al “kirchnerismo”, está cada día más preocupada. No porque tema algún inconveniente en el traspaso, sino porque los precios han tenido fuertes aumentos. ¿El motivo? La devaluación del peso que ha anunciado el mandatario electo con el fin del llamado “cepo” cambiario. Fue la mecha que encendió una disparada de precios.

Julio Orellana sabe cuidar su bolsillo. Es docente de una escuela de la localidad de San Miguel, en la periferia oeste de la capital, pero vive en Billinghurst, una barriada popular. Los martes es el encargado de ir a la carnicería de la zona para comprar distintos cortes para el “asado” semanal con sus amigos que aún conserva de su escuela secundaria, un ritual que se repite hace años.

“Hasta la semana pasada la carne para asado estaba de 78 a 85 pesos ($ 7,9 a $ 8,6) el kilo según el comercio y ahora está a 100 pesos ($ 10,2, con un incremento entre 18% y 28%). Y se esperan otros aumentos”, cuenta Orellana, de 54 años.

Él salió de la carnicería con las manos vacías el martes pasado. Aún no había cobrado su salario y les escribió un mensaje a sus amigos: “Esta noche, solo cafecito y charla”.

“Estoy preocupado. No solo por los aumentos, sino por el fin de los subsidios” a los servicios públicos anunciados por Macri que abultarán las facturas de luz y gas a partir del año próximo. “Pronto muchos argentinos se van a enterar de que ellos también tenían subsidios que les pagaba el Estado”, dijo la presidenta saliente este miércoles en un mensaje dirigido a la clase media, que le dio la espalda al “kirchnerismo” en las elecciones y se inclinó por Macri.

“Creen que los que han ascendido (socialmente) lo han hecho por méritos propios, no por políticas públicas que los han acompañado”, indicó la jefa de Estado.

El plan de Macri fue esbozado públicamente en las últimas semanas por quien asumirá las riendas del Ministerio de Hacienda y Finanzas, Alfonso Prat Gay. El programa económico prevé dejar de subsidiar los servicios básicos a las clases medias y altas (manteniéndolas para sectores vulnerables) y terminar de cuajo, ya desde el primer día de mandato, con el control cambiario vigente desde noviembre de 2011 y que la oposición bautizó como “cepo”.

El dólar oficial (con el que se realizaron hasta hoy las importaciones y exportaciones en el país austral) cotiza a 9,78 pesos, pero en el mercado negro trepa a 14,80. El equipo económico de Macri estima que la cotización única de la moneda estadounidense se estabilizará en torno a los 13 y 14 pesos, un alza en torno al 50%.

Pero esa devaluación anunciada arrastra los precios de productos básicos, ya que los empresarios empezaron a calcular el costo de los insumos con el nuevo valor del dólar, algo que el equipo económico “macrista” considera que ya se hizo en los últimos meses. Argentina sufre una alta inflación hace años y se calcula que para 2015 será de entre 20% y 24%.

El actual secretario de Comercio Nacional, Augusto Costa, dijo que los aumentos en los últimos días se estiman en promedio en torno a 10% (como la harina), aunque en algunos casos llegaron a 20%, como ocurre con el pan. Así lo admitió el presidente de la Federación de la Industria Panaderil, Emilio Majori.

Pero el precio de la carne es el que más aumentó. Funcionarios del gobierno de Cristina Fernández de Kirchner aseguran que los ganaderos retienen sus animales a la espera de la devaluación para fijar nuevos precios. Pero no solo por ello: el nuevo gobierno les prometió eliminar todos los impuestos y el cupo a las exportaciones de carne vacuna, además del trigo y el maíz. En consecuencia, el sector volcará más productos al mercado externo. Al haber menor “stock” para el consumo interno, los aumentos de precios se ven como algo inevitable.

Pero el fin de los subsidios a las tarifas del gas, la luz y hasta del transporte significarán también un duro golpe al bolsillo. Hoy en promedio los argentinos pagan entre 50 y 80 pesos (de $ 5 a $ 8) por bimestre la factura de la luz por el fuerte subsidio del Estado. Se estima que ahora las facturas se quintuplicarán hasta 250 pesos ($ 25). En el caso del gas se prevén incrementos mayores al igual que en el transporte.

Julio Orellana está preocupado. Su sueldo de docente no le alcanza para soportar los aumentos. En su casa de la periferia oeste, a 10 kilómetros de la rica capital argentina, a la sombra de un árbol de aguacates y con una vacía parrilla de testigo, le cuenta a EL TELÉGRAFO: “Aún tengo esperanza de que no quiten los subsidios”. A su lado, Aníbal, uno de sus amigos de escuela que suele compartir el asado de los martes, bromea serio: El kilo de asado ya está a 120 pesos (13). Con Mauricio (Macri) nos hacemos todos vegetarianos”. (I)

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