Redacción Mundo 
París-Lima 

En seis meses, el presidente francés, Emmanuel Macron, ha llevado a cabo varias reformas a gran velocidad, a costa de una caída sin precedentes de su popularidad, que pesa sobre un estilo a veces considerado demasiado tajante.

Gracias al triunfo de su partido, La República en Marcha, en las legislativas de junio, presentó ya en el verano boreal la ley sobre la moralización de la vida política e impuso la reforma de la ley de trabajo, una pequeña revolución que sigue motivando manifestaciones en las calles. “Se sitúa en un horizonte a muy largo plazo y no cede”, resume uno de sus allegados. Los observadores consideran que el presidente electo más joven de Francia -con 39 años-, ya está pensando en su reelección en 2022.

Decidido a mantener un ritmo acelerado de reformas a pesar de la caída de su popularidad de 20 puntos desde su llegada al poder -algo nunca visto-, Macron impulsó las reformas de la prestación por desempleo, de la formación profesional, de la política de vivienda y del acceso a la universidad.

En 2018 y los años venideros será el turno de la justicia y de los regí- menes de jubilación, sin olvidar la promesa de disminuir el número de diputados y senadores. También trató de dar a la función presidencial una posición de autoridad y un aura internacional, según los sondeos, que la mayoría de los franceses aplaude.

Escenario similar en Perú

La desaprobación de la gestión del presidente peruano, Pedro Pablo Kuczynski (PPK), subió el 65% en noviembre, tres puntos porcentuales más que en octubre, según un sondeo de Ipsos publicado ayer.

La aprobación del mandatario, en tanto, cayó tres puntos el 27% en noviembre, de acuerdo con la encuesta a nivel nacional realizada a 1.254 personas entre el 1 y 3 de noviembre, con un margen de error de +/- 2,7%. Entre septiembre y octubre la aprobación subió ocho puntos: de 22% a 30%, indica la encuesta publicada en el diario El Comercio. (I)