Intrincadas y siempre cercanas han sido las relaciones entre México y la Agencia Central de Inteligencia de Estados Unidos (CIA, por sus siglas en inglés). En décadas pasadas, México era considerada la Viena de América, campo de disputa entre CIA, KGB, la inteligencia cubana y una extensa lista de países y organizaciones políticas.

¿Es que las agencias estadounidenses de inteligencia ya no están aquí? Nada más lejos, dice el catedrático Carlos Fazio, uno de los más destacados analistas en asuntos político-estratégicos de América Latina. Dice que México vive una “injerencia brutal” de Estados Unidos y versiones de prensa ventilan que unos 25.000 agentes encubiertos residen en el país.

¿Cómo ha sido la relación entre México y la CIA?

Hasta la disolución de la Unión Soviética, en 1989, México era a las Américas lo que Viena a Europa durante la Guerra Fría. Aquí trabajaban todos los servicios de inteligencia y la estación de la CIA fue muy importante, sobre todo en dos periodos: las guerrillas en México durante los años setenta y después las guerrillas en Centroamérica. México era la estación principal de la CIA, la más grande, y hay muchas historias. Por ejemplo, que en la nómina de la central de inteligencia estaban el ministro del Interior, Luis Echeverría, quien luego fue presidente, al igual que varios generales y coroneles que participaron de la masacre de Tlatelolco.

Ahora existe la sensación de que aquí solo está la DEA, ¿es percepción o realidad?

Siempre aparece la DEA porque los temas que más se tratan son de narcotráfico, pero la CIA está. Antes, por medio de los textos de Manuel Buendía, una o dos veces al año nos enterábamos quién era el jefe de estación, ahora no sabemos quién es quién.

¿Existen ejemplos de la presencia actual?

Parte de los crímenes cometidos durante la presidencia de Felipe Calderón se asemejan más a las acciones encubiertas de la CIA que a las prácticas de los narcos mexicanos. Antes los narcotraficantes no descuartizaban a las personas, no las colgaban de los puentes ni ponían bombas: hay toda una metodología del horror que es nueva, no era propia de los traficantes mexicanos, ¿quién introdujo esa forma de violencia?

En la prensa se ha publicado que hay cerca de 25.000 agentes de Estados Unidos actuando en México de forma encubierta, ¿es posible?

No tengo una cifra precisa, pero la injerencia se multiplicó durante el gobierno de Calderón y con Peña Nieto sigue aumentando; tiene lógica que pueda haber 25.000 agentes encubiertos, de distintas agencias, porque el valor geopolítico y estratégico de México es clave. Al hablar de injerencia no me refiero solo a los centros binacionales, hay todo un proceso: la Alianza para la Seguridad y la Prosperidad de América del Norte, creada en 2005, es el Tratado de Libre Comercio (TLC) militarizado; después en 2006 y 2007 se creó la Iniciativa Mérida, una especie de nuevo Plan Colombia para México.

Son dos procesos conjuntos: el TLC que tiene que ver con lo financiero y la Iniciativa Mérida que implica lo militar, seguridad, policial, migratorio y penal. En 15 o 20 años Estados Unidos logró integrar a Norteamérica como un espacio geopolítico bajo el paraguas militar del Pentágono y el control económico de las transnacionales con casa matriz en EE.UU.. (I)