Tras recibir la noticia de lo ocurrido con el desaparecido submarino ARA San Juan, los familiares de los tripulantes reaccionaron con enojo y críticas a la Armada y el Gobierno por el modo en que manejaron el caso.

“¿Si antes dijeron que hubo una falla leve, el incendio, por qué después dicen que fue una explosión?”, les recriminaron a las autoridades.

“Son unos desgraciados y perversos”, descargó Itatí Leguizamón, esposa de uno de los tripulantes del ARA San Juan, en la puerta de la base naval de Mar del Plata, tras recibir ayer ahí la noticia de lo ocurrido con el submarino y acusó a las autoridades de haberles mentido. Su enojo fue compartido por el resto de las familias de los submarinistas que reaccionaron con críticas al manejo del caso que hicieron la Armada y el Gobierno de Mauricio Macri.

“Hubo escenas de destrozos, rompieron todo”, reveló Leguizamón sobre la reacción de los familiares al ser notificados por las autoridades militares de la explosión interna registrada en el submarino desaparecido hace nueve días. “Todos explotaron y los dejaron ahí, leyendo el comunicado”, criticó la mujer, esposa del radarista del ARA San Juan, Germán Suárez.

De acuerdo con su relato, el retraso de dos horas en la entrega del parte oficial hizo que en el ambiente ya hubiera sospechas de que “algo malo estaba pasando”. Luego, al entrar, “pidieron que se quedaran los familiares más cercanos” y les dijeron que “hubo una explosión en el Atlántico”, horas después del último contacto del ARA San Juan con la base el 15 de noviembre. Pero el dato se confirmó recién este jueves 23 de noviembre, después de múltiples análisis.

“¿Quién es tan estúpido para creer eso?”, sentenció Leguizamón, visiblemente consternada por la noticia. “¿Si antes habían dicho que hubo una falla leve, el incendio, por qué después dicen que fue una explosión?”.

Leguizamón, de profesión abogada, sostuvo que una de las suposiciones compartidas con el resto de familiares es que el dato de la explosión se sabía desde antes y que el operativo de búsqueda fue hecho “para quedar bien”.  Y culparon a la Armada por enviar a sus familiares a navegar en un buque de 1985, que había sido renovado para darle más años de vida.

Casi un centenar de familiares aguardaban esperanzados en el interior de la base naval de Mar del Plata, cuyo perímetro en los últimos días se pobló de mensajes de aliento, imágenes religiosas y banderas argentinas.

El informe

El portavoz de la Armada, el capitán de navío Enrique Balbi, explicó que los análisis efectuados de la “anomalía hidroacústica” que se detectó el 15 de noviembre, apenas tres horas después de la última comunicación con el submarino, con el que se perdió contacto a las 10:30 GMT, revelaron la existencia de un “evento anómalo singular corto, violento y no nuclear consistente con una explosión” en la zona por la que navegaba la embarcación.

La explosión de este buque de 1985 se detectó tanto desde Estados Unidos como desde la Organización del Tratado de Prohibición Completa de los Ensayos Nucleares, un ente de la ONU. Balbi ofreció su rueda de prensa en la sede de la Armada en Buenos Aires poco después de que se informara del hecho a los parientes de los tripulantes en la base de Mar del Plata y pidió “prudencia” por “respeto a los familiares”. 

En este sentido, el portavoz militar señaló que “hasta no tener certezas u otros indicios” se va a continuar con “el esfuerzo de búsqueda del submarino y los 44 tripulantes”, en el que están participando hasta 13 países. (I)

Operativo

Último contacto
→El pasado 15 de noviembre, el submarino argentino ARA San Juan se encontraba navegando por el golfo de San Jorge, con 44 personas a bordo. Se dirigía desde la Base Naval de Ushuaia a la ciudad de Mar del Plata. Perdió contacto.      

→14 barcos, 12 aviones y 4.000 personas  de 12 países participan en el operativo de búsqueda.     

32 años de antigüedad
→El ARA San Juan es una embarcación tipo TR-1700, fabricada en Alemania, que utiliza las fuerzas argentinas desde 1985.