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Misael, el desobediente

Misael, el desobediente
Foto: AFP
20 de agosto de 2016 - 00:00 - AFP

Luego de ver a sus atletas caer uno a uno en los Juegos Olímpicos, México disfruta por fin de una medalla, ganada por un boxeador que hace un año tuvo que pedir dinero en la calle para poder llegar a Río 2016.

Misael Rodríguez llegó al boxeo por desobediente. Cuando vivía en su natal Chihuahua, al norte de México, a Aurelia Oliva, su madre, no le hacía gracia que se metiera a un deporte de intercambio de golpes. Prefería verlo jugar al fútbol, pero a él le aburrió patear la pelota. “No sé por qué empezó a boxear, pero sus entrenadores me decían: ‘este es boxeador nato’”, recuerda Aurelia cuando su hijo tenía 15 años.   

Desde el principio, el ‘Chino’ recibió el apoyo de su madre, pero “yo no quiero torneos”, le dijo ella preocupada por los golpes que pudiera recibir. Misael no le hizo caso y se convirtió en campeón estatal donde le fracturaron la nariz. Después llegó el título nacional y fue entonces cuando lo reclutó el Comité Olímpico Mexicano. En 2014 ganó la plata en los Juegos Centrocaribeños de Veracruz.   

Con una hoja de papel que tenía escrito su nombre y la frase “Medalla de bronce Juegos Panamericanos Toronto 2015”, en septiembre de ese año Misael y sus compañeros de la selección mexicana de boxeo salieron a las calles de Ciudad de México a pedir monedas para juntar el costo de los pasajes para el Mundial de Doha, donde habría de seguir su fogueo rumbo a Río 2016.

Para los jóvenes púgiles esto fue necesario porque a esas alturas el gobierno federal mexicano -a través de la Comisión Nacional del Deporte- ya le había restringido los recursos a la Federación de Boxeo, acusándola de prácticas irregulares en el manejo de los fondos.  

Ante tal situación, Abner Mares, boxeador profesional, prestó a sus paisanos el gimnasio que tiene en California y les dio además un donativo en efectivo para impulsarlos rumbo a Doha. A pesar de tal antecedente y por ironías de la vida, el pasado lunes, cuando ya habían pasado 10 días de competencias en Río 2016 y México no había ganado nada, Misael se convirtió en tema de conversación y en orgullo nacional por haberse asegurado la presea de bronce al vencer en su pelea de cuartos de final al egipcio Hosam Hussein. En ese combate, el ‘Chino’ se dejó ver como un boxeador de los llamados fajadores, de esos que le entran con valentía al intercambio de golpes. El jueves perdió en semifinales contra el uzbeco Bektemir Akhmadaliev y se llevó el bronce.

La presea de bronce de Misael tiene un valor especial porque llegó en un deporte en el que México ha perdido protagonismo a nivel olímpico. (I)

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