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En la ‘entrada de la 8’ primero se quitará el desorden

Vallas metálicas forman una especie de pasillo para que los comerciantes informales no ocupen las veredas y los transeúntes caminen seguros.
Vallas metálicas forman una especie de pasillo para que los comerciantes informales no ocupen las veredas y los transeúntes caminen seguros.
Foto: William Orellana / El Telégrafo
18 de enero de 2018 - 00:00 - Redacción Justicia

Cecilia Franco reconoce que desde que empezó el 2018 puede ver las veredas del ingreso a la avenida Casuarina, más conocida como la ‘entrada de la 8’, en el noroeste de Guayaquil.

Las aceras antes estaban ocultas por los vendedores informales que obligaban a los transeúntes a caminar por el filo de la calle, exponiéndose a ser atropellados.

“Esperemos que este orden no sea temporal. A mí no me han robado, aunque paso todos los días por aquí, pero sí se conoce de eso y del consumo de drogas”.

Esta es la única arteria por la que pueden salir los habitantes de las cooperativas del sector Monte Sinaí, por eso la afluencia de carros y personas es abundante la mayoría del tiempo. Las horas más complicadas son desde las 05:00 hasta las 07:00 y a partir de las 16:00 hasta las  20:00.

Los delincuentes aprovechaban el tumulto de los comerciantes y de compradores,  de carros para “hacer de las suyas” y meter manos en las carteras, bolsillos y arranchar celulares o dinero.

Ahora, la Policía ubicó mallas metálicas al filo de la vereda para que las personas no caminen por las calles y los choferes de buses no paren donde sea. Tampoco permiten que los vendedores ubiquen sus puestos.

Hasta finales de 2017 se reportaban 10 actos ilícitos cada 24 horas, precisó Ángel Zapata, comandante del Distrito Nueva Prosperina.

Policía aleja a delincuentes y consumidores
Indicó que la primera acción para mejorar la seguridad ciudadana en el sector es eliminar el desorden. Desde inicios de enero, cuando se implementó una Unidad Móvil de Atención Ciudadana (UMAC) de la Policía, en la parte baja del puente -que atraviesa la vía Perimetral-, han bajado a uno o dos ilícitos cada día.

“Los problemas principales son los comerciantes no regulados, los vehículos de transporte informal (mototaxis y furgonetas), personas que venden productos sin el más mínimo control en salubridad ni orden y el tráfico. Ese desorden le permite a la delincuencia buscar las oportunidades para arranchar, expender droga y también consumir libremente”.

Zapata manifestó que propusieron a los comerciantes  buscar puestos en el mercado Casuarina, ubicado en la misma vía, pero no tan cerca del ingreso. Para ello, mantuvieron conversaciones con personal del Municipio de Guayaquil. “No queremos que solo  el desorden se desplace y con eso la delincuencia. Sino que al cambiar el entorno mejore la seguridad”.

En las mañanas habrá 20 policías, pero en la noche aumentará la cifra también con personal vestido de civil que investigará dónde se venden sustancias prohibidas. “Este sector es muy dinámico, por eso el trabajo es planificado y se realizará hasta que en la zona todo esté ordenado y la gente se desembarque de los buses y camine confiada en que no le robarán”.

Luis Chenche, uno de los vendedores que trabaja debajo del puente, de aquellos que usan chaleco color naranja y son regularmente capacitados, está satisfecho con la presencia policial.

“Antes aquí muchos consumían ‘h’ y teníamos que sacarlos, pero ahora no vienen por los agentes. Hay más control; uno trabaja de noche y también corre riesgos”.

Maylín Varas, comisaria novena de Policía del Distrito Nueva Prosperina, indicó que la ciudadanía se queja porque hay un mercado y la gente prefiere comprar en negocios no regulados. “Lo que hacemos es despejar la vía y socializamos con los informales para que se organicen. Nos  reunimos con ellos y dijeron que son alrededor de 300 comerciantes. Aunque es un número grande, sí entran en el mercado”.

Señaló que en la zona también hay clubes nocturnos, villas, bares que son frecuentemente controlados para que no funcionen de forma clandestina, no haya menores o extranjeras trabajando sin documentos en regla.

Algunos de estos sitios son clausurados y los dueños rompen los sellos sin regularse. “Si lo repiten hasta una cuarta clausura se les cierra definitivamente los negocios y el caso se presenta ante un fiscal por el delito de ruptura de sellos sancionado con pena privativa de libertad de uno a tres años”, agregó.

Vigilantes se sienten seguros
Un agente de la Autoridad de Tránsito Municipal (ATM)  manifestó que unieron esfuerzos con la Policía para mejor fluidez en el tránsito, sobre todo en el ingreso, pues si se congestiona, se atasca la circulación en la Perimetral, sobre todo por los vehículos pesados.

Sostuvo que “antes en el sector había consumidores de droga, pero eso también cambió. Nosotros podemos trabajar con más seguridad por los equipos que manejamos”.

El vigilante dijo que controlan los vehículos que realizan transporte informal, pero lamentó que no haya buses que ingresen a todas las cooperativas de vivienda. (I)

Unidad policial
Tampoco se ve prostitución
Desde que debajo del puente permanece una unidad policial, los moradores aseguran que ya no ven a jóvenes prostituyéndose o muchachos consumiendo drogas.

20 policías recorren la zona en la mañana y en las noches también hay personal civil y motorizados.  

La pestilencia molesta
En calles sin pavimentar y por las alcantarillas se acumula agua negra y pestilente. Un trabajador asegura que en la época de calor empeora.

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