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Ecuador, 29 de Marzo de 2024
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El Telégrafo
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El narcotráfico se aprovecha de la tecnología y de los pescadores

Madres, esposas, abuelas y nietas de pescadores artesanales de Jaramijó se unen para gestionar la repatriación de quienes siguen detenidos en cárceles del exterior. Boyas satelitales junto a sacos de droga también se han encontrado flotando en el mar.
Madres, esposas, abuelas y nietas de pescadores artesanales de Jaramijó se unen para gestionar la repatriación de quienes siguen detenidos en cárceles del exterior. Boyas satelitales junto a sacos de droga también se han encontrado flotando en el mar.
Foto: Patricio Ramos y Cortesía / El Telégrafo
19 de diciembre de 2017 - 00:00 - Unidad de Investigación

El 31 de octubre pasado, personal de la Armada y la Policía Nacional encontró flotando en el mar 35 sacos de yute, frente al extremo norte del perfil costero de Manabí.

El cargamento, que al ser revisado se descubrió se trataba de media tonelada de cocaína, estaba ubicado a 55 millas al noroeste de Manta, frente a las costas de Pedernales (ver gráfico).

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Los bultos, herméticamente sellados, estaban atados unos a otros con cuerdas de nylon (uno de los polímeros más comunes usados como fibra, de muy buena resistencia al desgaste).

En la mitad se descubrió un dispositivo redondo semiesférico, con abundantes cables internos visibles a través de un caparazón plástico transparente. Su nombre: ‘sono boya satelital’.

Esta modalidad es usada  por los narcotraficantes para recuperar la droga que es arrojada al mar desde lanchas rápidas, utilizadas para transportarla hacia Estados Unidos y Centroamérica.

A través del  operativo denominado ‘Ateneo III’, desarrollado a fines de octubre pasado entre personal de la Armada y de la Policía, se interceptó la cocaína flotante.

Sin embargo, no fue otra acción conjunta más, pues sirvió para ratificar la utilización de los dispositivos satelitales para estos hechos ilícitos.

El trabajo develó cómo los narcos han extendido sus tentáculos hacia  las costas de Ecuador y desde allí hacia el mar, con nuevas formas de transportar estupefacientes.

Reclutamiento de pescadores y modo de operar
La estrategia de la ‘sono boya satelital’, que es nativa de los pescadores industriales, es ahora utilizada con frecuencia por organizaciones de narcotraficantes, según confirmó a los Medios Públicos el capitán del Puerto de Manta, Carlos Nivela Bajaña.

Los transportadores de droga, en su mayoría pescadores artesanales reclutados por los narcos, lanzan la droga al mar, la cual es acopiada  en sus embarcaciones y llevada al océano. Esto lo hacen para eludir a las autoridades cuando son sorprendidos en su tarea ilícita.

En el operativo ‘Ateneo III’, los pescadores soltaron la droga para fugar y ‘borrar’ las  evidencias. “Estábamos cerca de ellos y arrojaron los sacos con la cocaína para aligerar la embarcación y luego perderse en el océano”, reseñó Nivela.

El jefe de la Policía en Manta, Víctor Hugo Zárate, señaló que los traficantes optaron por emplear esta tecnología para después localizar el alcaloide flotando entre las olas.

Los resultados alcanzados en el operativo ‘Ateneo III’ fueron fruto de una labor de inteligencia y coordinación conjunta donde se emplearon los recursos logísticos de la Armada y de la Policía para llegar a la cocaína.

Las ‘sono boyas’, según la Dirección de Investigación Criminal e Interpol (Dijin) de Colombia, son utilizadas por los narcos que dominan una amplia zona de transporte internacional de drogas desde 2014. Al parecer, el clan conocido como ‘Usuga’ fue el primero en usarlas.

Un reciente informe publicado por el diario mexicano El Universal da cuenta de que los cargamentos de droga envueltos en una red de pesca se atan a una ‘boya satelital’ y son lanzados al mar, en donde el dispositivo se ancla hasta que los bloques sean recogidos y trasladados a tierra.

Nivela Bajaña comentó que el alcaloide que flota en el mar es transbordado por  lanchas y embarcaciones mayores.

Cada boya tiene un componente básico de Sistema de Posicionamiento Satelital (GPS). Está conformada por un cuerpo flotador que en su interior tiene un microcontrolador. Posee inteligencia interna que le permite enviar señales de su posición a través del satélite.

Esas señales pueden ser captadas en cualquier parte del mundo por medio de celulares en tierra y, en el mar, a través de teléfonos y computadoras con sistema satelital.

Hay también boyas de monitoreo radial. Son similares a las satelitales, aunque su tamaño es más pequeño, por lo que pasan inadvertidas.

Esas boyas radiales dependen de radios de alta frecuencia (VHF) o ultra alta frecuencia (UHF). Sin embargo, también pueden tener sistema de GPS.

“La boya radial emite en el mar destellos intermitentes y envía información por segundos sobre su localización satelital, cada cuarto de hora”, explicó el experto en sistemas electrónicos navales ‘Fabián H’., residente en Manabí, quien pidió no ser citado.

Según Nivela, la tecnología es utilizada por los narcos, pero la Armada también emplea su logística para rastrear, ubicar e incautar la sustancia prohibida, a pesar de lo inmenso que es el mar. Lo hacen a través de aviones, lanchas guardacostas y personal especializado

Navegan día y noche llevando la droga hacia el norte
El pescador artesanal Manuel L., de 32 años, sabe cómo se utiliza las ‘sono boyas’ para localizar la droga. Contó que ha realizado dos viajes desde las costas de Manabí. Su tarea es conducir las lanchas a cambio de una buena paga, la cual no se consigue ni en meses de buena faena pesquera.

“Me encargaba de correr (navegar) ocho noches y ocho días sin parar, con dirección norte. Si los aviones ‘gringos’ nos divisan y estamos en peligro, lanzamos la droga al mar. Después de varios días otro compañero que forma parte de la tripulación (tres personas), con ayuda de un computador con sistema satelital, localizaba el cargamento, lo subía a otra lancha y continuaba el viaje hasta las costas de Centroamérica”, detalló el testigo.

Sin embargo, manifestó a los Medios Públicos que no es nada fácil, ya que “a veces la condenada señal se pierde o se confunde con artes de pesca de los barcos industriales que también llevan boyas para localizar cardúmenes de atún en el océano”.

¿Desde cuándo y quiénes usan esta modalidad en Ecuador?
Según datos de los organismos de inteligencia de la Armada Nacional, este tipo de estrategias son utilizadas por los narcotraficantes desde 2015 en la zona marítima de Ecuador y con dirección hacia aguas internacionales.

No se difunden datos porque forma parte de las estrategias de los grupos de inteligencia policial que recaban información de estos casos.

Sin embargo, el tema se actualizó tras conocerse que cárteles de la droga mexicana estarían operando en Ecuador, según reveló el 13 de noviembre pasado la Procuraduría General de México y la Agencia Antidrogas de Estados Unidos (DEA).

En un informe conjunto se detalla que los cárteles son los de mayor influencia en el mundo de las drogas por su violencia, teniendo nexos con criminales de Colombia, de la mafia italiana y de naciones africanas, así como pandillas que dominan los territorios locales en cada país.

Las narcorredes mexicanas tienen presencia estratégica en 51 países de los cinco continentes. A esos destinos llevan ilegalmente: cocaína, heroína, metanfetaminas y precursores químicos.

De nueve cárteles que se han adueñado de las rutas del narcotráfico en el mundo, cuatro estarían infiltrados y asociados con bandas criminales en Ecuador: Sinaloa, liderado por el ‘Chapo’ Guzmán (preso en EE.UU. desde enero pasado); Los Zetas; de la Familia Michoacana; y los del Golfo.

Incluso, el cártel Jalisco Nueva Generación aprovecharía aguas internacionales frente a las islas Galápagos para abastecerse.

¿Qué detalles han identificado la Fiscalía y la Policía ecuatoriana?
La supuesta presencia de estos cárteles mexicanos en Ecuador es desmentida por Johnny Guzmán, fiscal de la Unidad de Delitos Transnacionales y Delincuencia Organizada.

Para Guzmán, las personas que fueron detenidas por tráfico de drogas tendrían una cierta relación con miembros de bandas delictivas. “Es bastante ligero e irresponsable hablar de presencia de cárteles mexicanos en Ecuador”, remarcó.

En la actualidad no existirían grupos con el nivel de violencia que manejan esas organizaciones; sin embargo, no se descarta que miembros vinculados con estas redes operen dentro del territorio ecuatoriano, en especial en las provincias costaneras.

Lo que sí está claro para la Fiscalía y la Policía es que Ecuador se ha convertido en un país de acopio para movilizar la droga.

Usualmente es enviada desde los distintos puertos de las provincias de Manabí y Esmeraldas, donde los pescadores artesanales son reclutados por este tipo de organizaciones delictivas.

“Son personas diestras en el mar que conocen cómo manejar una embarcación, cómo movilizar y es allí donde son contratados por estas organizaciones, para el transporte de la  droga desde Ecuador hacia Panamá y Costa Rica, puntos hasta donde llegan los navíos ecuatorianos”, sostuvo.

Añadió que Manta (Manabí) es uno de los lugares donde se han detectado más casos, seguido de Esmeraldas y Machala (El Oro).

La manera en la que operan los distintos grupos que trafican con droga, era captar a pescadores artesanales para luego utilizar lanchas en las que movilizaban las sustancias ilícitas hacia Centroamérica y a los países del norte.

En otros casos, lo que hacen es contaminar buques que están en cuarentena en algún punto del mar. Esto, con el fin de ingresar los paquetes tipo ‘gancho ciego’, técnica que consiste en cortar los sellos del contenedor, meter bolsos con droga, colocar un sello nuevo y enviar la carga.

Cuando elementos de la Policía realizan operativos, a quien detienen es al transportista o custodio (al pescador), quien está en contacto directo con la droga.

Sin embargo, dentro de la organización delictiva participan otros integrantes encargados usualmente de la coordinación y logística.

Según Guzmán, con el nuevo Código Integral Penal (COIP), a los ciudadanos que son usadas por estas mafias y que están dispuestas a colaborar con la justicia, se les aplican distintos mecanismos como la cooperación eficaz, para atenuar su pena, “son personas que de una u otra forma han sido engañadas”. (I)

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El gancho está en los $ 4.000 que se paga por cada viaje
Organizaciones ligadas con el narcotráfico en Ecuador han cambiado sus modalidades al momento de transportar los estupefacientes.

Una de ellas está enfocada en el envío de droga hacia los países de Centro y Norteamérica mediante el transporte fluvial. Para ello utilizan a pobladores, de manera especial a los pescadores, de las provincias de Esmeraldas, Manabí y Santa Elena.

Esta cadena se origina en Perú y Colombia, principales productores de cocaína, en donde las mafias  consideran a Ecuador como un país de tránsito para la droga.

Las redes narcodelictivas apuntan especialmente a los pescadores artesanales por su habilidad y conocimiento del mar, quienes aceptan llevar las ‘encomiendas’ por temas económicos. La Policía ha identificado que hasta $ 4.000 es el pago que reciben por cada viaje los pescadores para llevar la droga. También han determinado  que en ocasiones quienes se niegan a llevarla vía marítima son víctimas de  extorsión y amenazas a sus familiares.

En 2016, guardacostas de Estados Unidos interceptaron una lancha rápida en aguas internacionales, en donde decomisaron 299 kilos de cocaína y detuvieron a tres ecuatorianos.

En noviembre del mismo años, autoridades nicaragüenses capturaron a otros 3 compatriotas que transportaban en una lancha 524 kilos de cocaína, según indicaron medios internacionales. La captura se dio a 150 km del Puerto Corinto, en Nicaragua.

Geovanny Ponce, Jefe de la Subzona Nº 13 de Manabí de la Policía Nacional, indicó que la mayoría de pescadores se dejan llevar por las promesas de los  miembros de las organizaciones delictivas. “El dinero fácil y las ofertas acarrean consecuencias como la privación de su libertad (dentro o fuera del país) a través de sentencias condenatorias muchas veces altas”.

Elena Véliz, presidenta de la Organización de Mujeres de Pescadores Ecuatorianos Privados de la Libertad en el Extranjero, reveló que han sido capturados alrededor de  1.600 pescadores en aguas internacionales.

Señaló que no desmayarán hasta que los hombres presos en los diferentes países sean repatriados a cumplir sus penas en Ecuador.

La ministra de Justicia, Rosana Alvarado, dijo que hasta mayo de 2017 reportaron 300 detenidos en el exterior por llevar substancias ilegales por vía marítima.

Sin embargo, según información del mismo Ministerio, existe una alerta porque en los últimos meses se ha incrementado la cifra de nacionales aprehendidos fuera del país. En ese sentido, en agosto pasado EE.UU. les reportó que esa cifra se cuadriplicó.

En noviembre de este año, 33 pescadores originarios de Manabí y Esmeraldas condenados en Norteamérica por tráfico de alcaloides fueron repatriados para cumplir el resto de sus condenas en Ecuador. Esto se dio luego de que en mayo también fueron enviados otros siete pescadores.

Un ejemplo claro de quienes caen en ese tipo de delitos es Iván O., sorprendido en alta mar y condenado a 14 años. Reveló que existen personas que investigan a los pescadores para reclutarlos. “Te dicen hay tanto para ti (de pago), y cuando falta el dinero (por la necesidad), uno hace lo que sea”, admitió.

Siete años y cuatro meses de la sentencia los cumplió en una cárcel del exterior. Es parte de los 33 pescadores traídos a territorio nacional en noviembre. “Son pasos difíciles, pero uno de eso aprende mucho”, dijo al referirse a por qué aceptan llevar droga.
Guatemala, Honduras, Costa Rica y EE.UU. son los países en donde están privados de su libertad muchos marinos.

Para César Navas, ministro del Interior, es necesario contar con una retroalimentación entre autoridades y representantes de las misiones diplomáticas, para conocer cuántos ecuatorianos están presos fuera del país. Hay que tomar en cuenta que muchas veces los familiares no lo reportan.

Ponce pidió a los pescadores evaluar relación costo-beneficio, y  tengan en cuenta, al momento de verse tentados por una supuesta buena paga, que “la libertad no tiene precio”.

El Código Orgánico Integral Penal, en lo referente al tráfico de sustancias sujetas a fiscalización, el artículo 220 estipula que quien oferte, almacene, intermedie, distribuya, compre, venda, envíe, transporte, comercialice, importe, exporte, tenga, posea o en general comercialice ilícitamente  sustancias estupefacientes y psicotrópicas, o preparados que las contengan,  serán sancionados con penas de hasta 13 años, dependiendo de la escala. (I)

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Familiares de los detenidos en el exterior viven drama
Esposas, madres, hijas y abuelas del enclave marino Jaramijó, ubicado en el noroeste de Manta (Manabí), viven una historia de penas y melancolía por la ausencia de sus seres queridos que están presos en cárceles de EE.UU. y Centroamérica.

Ellos fueron apresados cuando transportaban en sus lanchas, supuestamente, cargamentos sujetos a judicialización.

Elena Véliz, familiar de uno de ellos, contó que su esposo está preso. Lidera un movimiento de mujeres que gestionan ante la  Cancillería la repatriación de 110 pescadores manabitas que están  recluidos entre EE.UU., Costa Rica, Guatemala y El Salvador.

El 70% de pescadores detenidos son de Jaramijó. La situación es apremiante, pues hay 300 niños de esa zona que han quedado sin padres, por lo que las madres tienen que trabajar para enviarles dinero para que compren alimentos y hasta paguen por su seguridad en el interior de esos centros carcelarios.

Mayra Mera es una joven madre de familia. Su esposo Darwin Cheme está detenido en EE.UU. y fue sentenciado a 20 años. Dijo que está desesperada, pues tiene una niña de cuatro años, ya empezó a trabajar en una fábrica para poder enviar dinero a Darwin.

Contó que cuando vivía en Jaramijó era robusto, pero que ahora está muy flaco, “¡creo que pesa 100 libras. Lo extraño!”. (I)

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Cocaína con logotipo iba oculta en una volqueta
Eudoro Feliberto Z. M. y Jorge Alberto P. H. fueron capturados en las últimas horas por el presunto delito de tráfico de drogas.

Los ecuatorianos, quienes no registran antecedentes delictivos, se movilizaban en una volqueta color amarilla, placa EAI-0669.

Cuando se encontraban cerca del peaje de ingreso al cantón Milagro (Guayas), los agentes de la Unidad de Investigaciones Antinarcóticos (UIAN) les solicitaron que se detuvieran para revisar tanto los documentos del vehículo como los personales.

“Los ocupantes se pusieron nerviosos, lo que nos generó un alto perfil de riesgo de contaminación del vehículo”, dijo  un agente que participó en el operativo, quien pidió la reserva de su identidad.

Los gendarmes revisaron el vehículo y notaron modificaciones en la estructura del balde. Entonces lo perforaron y descubrieron que era una ‘caleta’ donde llevaban ocultos 250 paquetes, en forma de ladrillo, con droga.

El peso total del cargamento fue de 248,6 kilos de cocaína. Los paquetes tenían el logo de una manzana.

Según un reporte policial, con la operación denominada ‘Fortaleza 265’ se evitó la comercialización de un millón de dosis, valoradas en $ 11 millones. (I)

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