Lo que empezó como un proyecto para niños con capacidades especiales se convirtió en el programa de hipoterapia (monta terapéutica) que prevé beneficiar a 1.000 niños, ya inscritos, durante los próximos 10 meses, en Quito. La actividad consiste en aprovechar los movimiento del caballo para estimular los músculos de los pequeños.

El personal y los animales de la Unidad de Equitación y Remonta de la Policía Nacional (UER) aportará para que los pacientes superen problemas de motricidad y autoestima, así como distrofia muscular, parálisis cerebral o cualquier tipo de síndrome.

El plan fue diseñado por expertos de la Policía con el respaldo del Ministerio del Interior y la contribución que realizó el Estado al proveer de las instalaciones para albergar 30 caballos. Las actividades se desarrollarán en el parque de Guápulo, nororiente de la ciudad.

Uno de los entrenadores explicó que el contacto con estos animales ayuda a vencer algunas discapacidades. “Hace un par de meses tuvimos a un pequeño que padecía parálisis cerebral; al cabo de dos meses de terapia con los caballos empezó a moverse mejor; se estimuló su motricidad en un gran porcentaje”.

Durante las terapias, los infantes tienen contacto con el corcel y cuando sienten confianza cabalgan, pero sin montura, ya que el contacto con la columna del animal tiende a activar la zona motriz en el cerebro y además se desarrolla un vínculo afectivo, esto les ayuda a potenciar su autoestima.

“Esto es una muestra de que la Policía no trabaja únicamente para temas de seguridad, hoy es una institución involucrada con los ciudadanos de manera permanente”, informó el viceministro del Interior Javier Córdova, respecto al inicio del programa que también cuenta con el apoyo del Ministerio de Desarrollo Urbano y Vivienda (Miduvi) y la fundación “A Caballo Vamos”.

Asimismo resaltó la importancia del programa a nivel latinoamericano. “Va mucho más allá de lo que se conoce como hipoterapia, vamos a dar la mano a todas esas personas que lo requieran; a servir de mejor manera a la ciudadanía que más necesita de estos recursos”, dijo Córdova.

Isabel Maldonado, coordinadora general, explicó que utiliza al caballo como herramienta educativa, porque tienen una comunicación no verbal, funcionan, socializan y reaccionan en grupo. También destacó que en la manada de caballos no hay líderes y que ellos actúan en forma solidaria.

Al respecto el teniente Marlon Ganchala, comandante del parque Guápulo, aclaró que las terapias asistidas son totalmente gratuitas. “Lo fundamental es llegar a las familias de escasos recursos para que puedan acceder a este tipo de tratamientos, que en medios particulares resultan costosos. Por ejemplo, una sesión diaria cuesta entre 25 y 30 dólares”.

El programa se desarrollará en sistema de quimestres (cinco meses), dos por año lectivo. Los 1.000 infantes inscritos son de diferentes escuelas y fundaciones dedicadas a la atención especial.

La primera fase consistirá en un período de conocimiento y amistad, una vez que adquieran confianza y se acerquen al caballo, se iniciará con la parte de desarrollo de habilidades, con lo cual mejorarán su autoestima y se motivan a seguir adelante. Todo esto con la supervisión de los terapeutas contratados para este programa y 25 policías.

La Policía escogió a los caballos que forman parte de la UER. “Son equinos muy mansos previamente preparados cuyas edades van de los 4 años a los 16 años, mientras más edad tiene el caballo, es más dócil, es ideal para este tipo de entrenamiento”, declaró Ganchala.

El Gobierno está encargado de proveer la alimentación y las instalaciones a través de la Empresa Pública de Espacios Urbanos y Públicos; el Miduvi cubrirá los gastos del área pedagógica y los expertos en este campo que asesorarán a los niños. El programa también incluye terapia musical, artística y física.

Una vez que termine el año lectivo (agosto de 2014) se evaluará a los niños en un campamento donde se estima verlos con mayor confianza e independencia. “Esperamos que mejoren en una parte medible su discapacidad, obviamente son niños que no se curarán al 100 por ciento, eso se les explica a los padres, pero nosotros los ayudamos a que tengan mayor independencia y sean autónomos, dependiendo de la afección que sufran”, explicó.  

Guangala informó que en Quito iniciaron las terapias hace 15 días y que dentro del programa que se efectúa en Guápulo no hay cupos disponibles, pero esto no significa que quienes necesiten rehabilitación no puedan solicitarla.

El comandante del parque aclaró que los interesados deben acudir al edificio de UER, ubicado en Tambillo, donde se les realizará un chequeo y de ser necesario y factible iniciarán con las terapias.

Cerca de Guayaquil la UER está situada en el Club La Herradura, en la vía Durán-Yaguachi, donde laboran  12 especialistas con 15 caballos. En Cuenca, en Santa Ana de los Cuatro Ríos, 8 instructores y 8 equinos atienden a la ciudadanía. “Si es una persona particular, que no pertenece a una fundación, hay muchos de esos casos, las puertas están abiertas”, dijo Ganchala tras comentar que la institución tiene 16 años de experiencia.

DATOS

Al finalizar el año lectivo(agosto de 2014) se espera que los pacientes  mejoren su autoestima, se movilicen con mayor independencia y superen en un nivel significativo su discapacidad, pero no es posible que progresen al 100 por ciento.  

Quienes no alcanzaron cupoen el parque de Guápulo, pueden acercarse a la UER situada en Tambillo, ahí le realizán al paciente una valoración y de ser imperioso (previa planificación) iniciarán las terapias; no es requisito estar inscrito en fundaciones.

Cerca de Guayaquil está el Club La Herradura, en el km 10 de la vía Durán-Yaguachi. En Cuenca la UER se sitúa en Santa Ana de los Cuatro Ríos, allí la ciudadanía puede solicitar información sobre la disponibilidad de las  terapias.