Tras 9 años de democracia continua, en un país con 10’232.000 habitantes y 4’694.684 de ellos habilitados para sufragar, se convocó a las urnas el 31 de enero de 1988, para elegir 71 diputados (12 nacionales y 59 provinciales); 19 prefectos, 25 alcaldes, 123 consejeros, 125 presidentes de concejos municipales y  1.112 concejales municipales, presidente y vicepresidente de la República.

Diez binomios presidenciales participaron en la contienda: Rodrigo Borja-Luis Parodi (ID); Abdalá Bucaram-Hugo Caicedo (PRE); Sixto Durán-Ballén-Pablo Baquerizo (PSC); Frank Vargas-Enrique Ayala (APRE-PSE); Jamil Mahuad-Juan José Pons (DP); Ángel Duarte-Teresa Minuche (CFP); Jaime Hurtado-Efraín Álvarez (MPD-FADI); Carlos Julio Emanuel-Pedro José Arteta (FRA); Miguel Albornoz-Roberto Goldbaum (PLRE); Guillermo Sotomayor-Alfonso Droira (Partido Republicano).

Borja fue el triunfador en la primera vuelta, con 744.409 votos (24,5%), seguido de Bucaram con 535.482 votos (17,6%). En la segunda vuelta, realizada el 8 de mayo de 1988, el fundador de Izquierda Democrática gana con 1’700.648 votos (54%); Bucaram captó 1’448.498 votos (46%).

Su eslogan de campaña -‘Ahora le toca al pueblo’- caló hondo. Sus ofertas se centraron en responder a las necesidades del pueblo, reformas políticas para lograr mejorar la condición de vida de la población, mayor inversión del Gobierno en proyectos sociales, restablecer las libertades sociales, la paz en el país y un alto al sistema neoliberal.

Bajo el lema ‘Justicia social con libertad’, Borja se presentó como un candidato serio y preparado académicamente, con un plan de gobierno estructurado a partir de una ideología socialdemócrata, lo cual también influyó en el electorado.

Su contendor, Abdalá Bucaram, hizo una campaña agresiva, usando la lucha de clases en su discurso, insultando a los políticos de derecha, a quienes denominó genéricamente como “la oligarquía”.   

El triunfo de Borja y de la ID fue amplio: de los 71 diputados electos, 30 fueron de su partido. Si se agrega el resultado de las alianzas realizadas a nivel interno, en 1988, la ID controló prácticamente todos los resortes del poder: Ejecutivo, Legislativo, Judicial y los organismos de control. (I)

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EL HECHO RELEVANTE

La Vicepresidencia de la República tuvo un perfil técnico con la llegada de Luis Parodi Valverde

Dos días antes de cumplir 52 años, el ingeniero eléctrico guayaquileño Luis Parodi Valverde asumió la Vicepresidencia de la República. Sustituyó al político Blasco Peñaherrera Padilla.

El segundo mandatario fue escogido por Rodrigo Borja como su compañero de fórmula, en razón de las cualidades, como: Medalla de Oro al concluir sus estudios por alcanzar 9,63 de promedio, el más alto en la Espol. Récord que, por cierto, no ha sido superado, por lo que el 29 de octubre de 1997 la Espol institucionalizó la presea ‘Luis Parodi Valverde’ para premiar cada año al mejor egresado de las carreras de ingeniería.

Parodi Valverde fue el primer y único Profesor Emeritus de la Espol. De 1974 a 1978 se desempeñó como rector, siendo el primer egresado en ejercer dicho cargo. También recibió casi una decena de distinciones nacionales e internacionales.

Este técnico de alto nivel, antes de llegar a la Vicepresidencia de la República, tuvo un breve paso por la administración pública, como subsecretario del Ministerio de Recursos Naturales (1976-1977). Fue presidente del directorio de Inecel, presidente del Directorio del Instituto Nacional de Meteorología e Hidrología y subgerente general de la estatal petrolera CEPE (hoy Petroecuador), de noviembre de 1980 a septiembre de 1981.

“Era lo que necesitaba Rodrigo Borja para cumplir su trabajo: el uno como técnico y el otro como político”, comenta el historiador y catedrático Fernando López, al señalar que pasados los años se pudo ver que cada uno cumplió su papel.

Al frente del Fondo Nacional de Preinversión (Fonapre) y del Consejo Nacional de Desarrollo (Conade), Parodi fue el elemento planificador del gobierno de la ID, se encargó de los programas nacionales de investigación tecnológica, diseñó los programas de salud pública, medio ambiente, ingeniería agropecuaria y revitalizó los programas educativos y de biotecnología.

Entre otras tareas tuvo a su cargo los estudios de los nuevos aeropuertos, dio impulso a la formación científica, diseñó el plan de desarrollo social, revitalizó y modernizó el Sistema Nacional de Estadísticas y Censos (INEC), previa realización del V Censo de Población y IV de Vivienda de 1990. Esa línea de planificación permitió la aplicación del plan de desarrollo de Guayaquil, de Manabí, y el desarrollo integral de la región amazónica. (I)