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El Telégrafo
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Puerto Engabao, cautivador de turistas en cualquier época

La formación rocosa de este sitio permite contar con zonas atractivas para realizar fotos panorámicas.
La formación rocosa de este sitio permite contar con zonas atractivas para realizar fotos panorámicas.
Foto: William Orellana / El Telégrafo
15 de julio de 2017 - 00:00 - Redacción País Adentro

Recorrer los casi 103 km de Guayaquil a Puerto Engabao es una aventura. Un tramo del camino que conduce de Playas al sitio está lleno de huecos y tierra reseca.

La comuna tiene poco más de 6.000 habitantes cuyas actividades están relacionados al mar que baña los casi 200 metros de longitud de playa existente. Ahí la vida se desarrolla con el turismo, la pesca artesanal y deportiva. Además se practica surf.

La zona es un bosque tropical seco que resulta un atractivo para los turistas que con sus teléfonos inteligentes hacen de este sitio su escenografía perfecta.

Esta actividad la conoce bien Bernardo Barragán, quien a sus 30 años combina su tiempo libre con la pasión por conocer nuevos sitios en el perfil costanero.

Para Barragán es una falta de respeto tanto para los habitantes de esta zona como para los turistas nacionales o extranjeros la ausencia de señalética en las rutas que se dirigen a este puerto pesquero.

“Conozco el sitio y sus bondades naturales porque aquí, hace algunos años, se realizaron eventos deportivos de surf. Porque ya había visitado el sitio, decidí regresar. Si fuera por indicativos de tránsito o de turismo, este lugar estaría perdido en el mapa costero”, comenta.

Barragán no fue solo a este viaje, estuvo acompañado de Laura Ramírez, quien  también vive en el sur de la urbe.

Asombrada de la belleza y de los paisajes del lugar, no desaprovechó la ocasión para hacerse fotografías. El sitio elegido fue los bajos del faro de Puerto Engabao, uno de los puntos referenciales del ecoturismo que realizan los comuneros.

“Es pesado el camino principal para llegar desde cualquier punto a esta playa, pero vale la pena; aquí hasta la brisa del mar es distinta. La amabilidad de las personas es cautivadora, así como ver el desembarque de las lanchas pesqueras. Estas son las mejores postales de mi país”,  dice Ramírez.

Habitantes buscan alternativas ante la falta de turistas

Miguel Alarcón es otro guayaquileño que se enamoró de Puerto Engabao y vive ahí desde hace 8 años  junto a su familia. 

A sus 40 años, el hombre, se hizo parte de la comunidad a la que describe como uno de los lugares más seguros para visitar o vivir en todo el país.

“Las pocas personas que llegan a la comuna pueden pasear por todo el sitio sin miedo a ser asaltados o maltratados por algún habitante”,  comenta el guayaquileño.      

Alarcón, dice que, a pesar de la pasividad del lugar, sus habitantes sienten incertidumbre al constatar que el turismo se aleja por la falta de promoción, vías de acceso y por el litigio legal por estos terrenos que existe contra un grupo de empresarios. “Ahora nos movemos en otras acciones, estamos incursionando en la creación de monigotes para a finales año tener algo de ingresos”. 

Laura Ramírez, de 28 años, ayuda en esta actividad. La mujer corta papel y pega trozos de periódicos mientras dice que tienen almuerzos para la venta.

“Nosotros buscamos diferentes maneras para subsistir, pero necesitamos que no solo sean los comerciantes de mariscos los que visiten todas estas tierras”, cuenta Laura.

La gastronomía tiene su propio espacio, en un sitio donde la pesca deportiva es otro atractivo.

Uno de los platos preferidos es el arroz engabadeño en la zona conocida como playa paraíso.

En este sitio de martes a domingo trabajan tres locales hasta al atardecer mientras que los fines de semana son casi una veintena de negocios los que abren sus puertas.

La portovejense, Cenet Borja, tiene 12 años preparando comida, pero desde hace 8 años el arroz engabadeño, que tiene un costo de $ 8 y gracias a sus porciones alcanza para satisfacer a dos personas.

Los habitantes de Puerto Engabao tienen todo, playa, gastronomía, comida, paisajes de un bosque seco, cosas que se apreciarán solo estando en el lugar. (I) 

Datos

La playa de Engabao tiene alrededor de  200 metros de longitud y se encuentra ubicada a unos 20 minutos del cantón General Villamil unos 16,6 km.

La pesca deportiva es una actividad que se desarrolla en cualquier época del año en el puerto pesquero. Los adeptos a esta práctica  pueden encontrar diferentes peces como corvina y robalos, entre otros.

El arroz engabadeño identifica a esta comuna y es una especie de arroz marinero. La preparación tiene un costo de $ 8 y alcanza para dos personas. Además, está la guatita de churo, otra preparación de los comuneros que cuesta $ 8.

Este sitio es ideal para la realización de eventos deportivos. Para 2014 se efectuó el Circuito Latinoamericano de Surf Profesional Alas y en el mismo año Reef Classic Guayas Turístico.

El hospedaje funciona de manera comunitaria entre los habitantes de este sector. Los costos dependerán de la temporada, pero en promedio hay sitios desde los $ 7. Además se ofrecen servicios de guía o de comida. 

Los paseos en bicicleta también son una alternativa para los turistas gracias a la vegetación de bosque tropical seco con especies como: saman, ficus, falso caucho, peregrina, croto, veranera o bugamvillea, palmas, papayo y almendro, entre otros.

Los bañistas están protegidos por las torres de salvavidas que se han instalado junto al faro y en playa paraíso. (I)

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