Proyecto con poca inversión permite promocionar marcas
Publicitar en medios tradicionales es costoso para negocios pequeños.
Alfredo Larrea, aficionado a la mecánica automotriz y miembro del Club de Autos Clásicos de Guayaquil, analizó esta situación mientras se dedicaba a la fotografía, profesión que lo llevó a conocer sobre marketing callejero. Una modalidad que aplica técnicas innovadoras para promover una marca en plataformas recreativas, estands, con animaciones a pie o en auto.
Por su afinidad a los carros, Larrea investigó en internet el tipo de vehículo que debía utilizar para implementar la idea en Ecuador. Su búsqueda lo llevó a descubrir que el Volkswagen escarabajo era el modelo que se ajustaba a su visión.
“Por falta de empleo me había dedicado a la venta y compra de autos de segunda mano. Consigo modelos de 1970 a 1975 que los compro desde $ 1.500”, comenta y añade que los tunea con piezas y mano de obra local. Luego los matricula y conduce por las carreteras del Guayas para popularizarlos.
El mecánico Carlin Zambrano es su colaborador, encargado del desmantelamiento vehicular. “Primero les quito el tren delantero y luego el cascarón. Me quedo con el motor, la caja de cambios y la parte frontal. Si el carro está podrido debo restaurarlo y después me pongo a soldar la estructura de tubos, de célula 40, de hierro”, detalla y agrega que las piezas terminadas se llevan a pintar.
Álex Cedeño es quien aplica color al lado frontal, a las bases del motor y a la dirección del volante, entre otras partes, pero lamenta que “en época de lluvias sea difícil este oficio, ya que el agua daña todo, alarga el tiempo de entrega y, por ende, el pago”.
Patricia Barcia, de la agencia de publicidad PB, fue una de las primeras en alquilar estos modelos. “La propuesta me pareció interesante ya que en este negocio el tiempo es apremiante y vi la rapidez para brandear el auto, una palabra que usamos los marqueteros que significa vestirlo con la marca del cliente”, dice la publicista, quien revela que los logos van en viniles adhesivos, impresos a full color, que se pegan a un par de latas planas colocadas a los costados del auto.
Dos ingenieros en Marketing coinciden en que tomará tiempo posicionar este emprendimiento. “A duras penas se hace mercadeo tradicional en el país, funcionaría para un nicho específico”, opina Andrés Zerega, secundado por Xavier Álvarez, quien cree que “impactará más a jóvenes de entre 15 y 25 años, aunque no seamos de cultura de autos clásicos”. (I)
