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Luis Castro enraíza en Guayaquil una tradición traída desde Píllaro

Luis Castro enraíza en Guayaquil una tradición traída desde Píllaro
Foto: Karly Torres / El Telégrafo
20 de agosto de 2016 - 00:00 - Néstor Espinosa

Su carrera no es accidente ni producto de las coincidencias. Luis Castro Miranda arrastra tradición musical por todos los lados de su familia. Desde su abuelo paterno, su padre, sus tíos y hasta su madre son artistas y músicos.

Con toda seguridad esas raíces van incluso más atrás, pues él mismo se sorprende con los descubrimientos hechos mientras investiga para su tesis de maestría en Educación  Musical, que estudia en la Universidad de Cuenca.

Las raíces de los Castro se entretejen en Píllaro, cantón de la provincia de Tungurahua, famoso por las diabladas, pero también por los artistas del arpa, tradición que conserva toda su familia.

En Guayaquil, el nombre de Gonzalo Castro Rodríguez (85), su padre, es ampliamente conocido, pues con su arpa ha acompañado a artistas nacionales de renombre: Julio Jaramillo, el dúo Benítez-Valencia, las hermanas Mendoza-Suasti, entre muchos otros de la época.

Luis Castro considera a su padre como su escuela. Desde que tiene memoria se ha desenvuelto entre arpas, violines, guitarras, bajos y ensayos diarios en la sala de su casa. Para él, su carrera se inició a los 7 años, cuando grabó con su padre y sus hermanos un disco de 12 canciones de música instrumental.

Al igual que don Gonzalo Castro, Luis ha sido el soporte y muchas veces parte misma de la vida de famosos artistas nacionales. En la década del 90 integró el grupo de música tropical De Luxe y de ello da fe Enrique González, director de la desaparecida agrupación, quien considera que Castro Miranda es uno de los mejores productores con los que ha trabajado. “Él fue el productor del cover ‘Tabaco y ron’, un tema que tuvo mucho éxito. Es un excelente profesional”, cuenta González.

Muchos otros temas que los ecuatorianos añaden a su cultura musical como ‘La tumbadora’, de Jazmín; ‘La hechicera’, de Sharon; o ‘La cocotera’, de Paola Farías; son producciones de Luis Castro.

Pese a lo que esos temas significan en la cultura popular ecuatoriana, Luis Castro no hace alarde de ello. Precisamente la humildad es la característica que todos quienes lo conocen destacan del músico.

Kerly es una artista guayaquileña joven que, en estos días, trabaja con Luis Castro Miranda. No duda en resaltar la humildad como la más importante de las características de quien considera su maestro. La joven cuenta que trabaja en un cover que “con toda seguridad será un éxito cuando salga al mercado, en septiembre”.

Con la opinión de Kerly coincide Noris, otra joven promesa y alumna de Luis Castro. Ella cuenta que en todos los años que tomó clases con Castro Miranda jamás él se refirió a su trayectoria. “Es increíble, jamás me imaginé todo lo que el maestro ha hecho. Es exigente, sumamente ordenado. Toda su familia se ha dedicado a la música y uno se da cuenta de eso solo cuando se revisa su trayectoria, porque él jamás le cuenta a la gente”.

Luis Castro Miranda no es famoso mediáticamente como los artistas con los que ha trabajado, pero todos ellos tienen solo halagos para el productor y músico, a quien consideran un maestro.

Castro ha recorrido bares, restaurantes, hoteles y discotecas guayaquileñas con su música en vivo, lo ha hecho junto a su padre, a sus hermanos o con otros músicos y productores de la talla de Felipe Quiroz, quien destaca la entrega y el profesionalismo de Castro.

“Más allá de la entrega profesional de Luis, reconozco su calidad humana; excelente compañero y amigo incondicional”, dice Quiroz. Esas características también las reconoce Nelly Pincay Jurado, su esposa y compañera por cerca de 20 años.

“Lo conocí mientras tocaba en la inauguración de un sushi bar en el hotel donde yo trabajaba como recepcionista”, cuenta Pincay, para quien la característica que le atrajo de él fue “su dulzura”.  

Nelly Pincay ríe cuando recuerda que quien es hoy su esposo le contó que era arreglista y ella creyó que arreglaba cosas. “Hasta hoy -admite- hay temas que no comprendo de su trabajo”. (I)

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