Ecuador, 16 de Abril de 2024
Ecuador Continental: 12:34
Ecuador Insular: 11:34
El Telégrafo
Comparte

Los karaokes son los laboratorios de nuevas voces en Guayaquil

En el Malecón del Salado hay un programa de karaoke conducido por los músicos William Zerda y Polo León, quienes invitan al público a cantar con pistas.
En el Malecón del Salado hay un programa de karaoke conducido por los músicos William Zerda y Polo León, quienes invitan al público a cantar con pistas.
Foto: Miguel Castro / El Telégrafo
01 de abril de 2017 - 00:00 - Giselle Hidalgo Villagómez

El público que gusta del karaoke es aquel que lo busca para cantar por diversión e incluso por afinidad a la actividad artística.

En Guayaquil esta modalidad se impuso a inicios de 2000, cuando algunos locales implementaron el sistema que despliega una lista de canciones de varios autores, junto a las letras expuestas en una pantalla.

La fiebre por este entretenimiento lleva a muchos, como María Fernanda Enderica, a expresar a través de las canciones sentimientos y emociones que no puede transmitir con sus propias palabras. Por su parte Juan Carlos Naranjo lo aprovecha “como válvula de escape para el estrés cotidiano”.

Aunque también hay a quienes no les agrada porque acuden a esos sitios para “entretenerse escuchando buena música”. Así lo asegura el baterista David Antepara, a quien le perturba porque “todos esos que disque cantan lo hacen horrible”. Denise Pastor señala que prefiere hacerlo en su casa porque en esos espacios “es una pelea por el micrófono y la gente grita para cantar por el ruido del bar”.

Los más frecuentados

Los locales de karaoke más concurridos son los que cuentan con   profesionales encargados de organizar a los aficionados, así como también los que tienen un DJ responsable de manejar el sonido para impedir los gritos y la desentonación.

En Urdesa, Nostalgias Bar, en la avenida Las Lomas, ofrece este servicio hace 9 años de lunes a sábados. “Es un karaoke común donde se pone la pista con las letras en la pantalla y se pierde la voz del que canta para poder escuchar al artista, es lo que le gusta a la gente”, opina Henry Perugachi, administrador del establecimiento.

En el centro de Guayaquil, el patio de comidas del Malecón del Salado es el escenario de los músicos Polo León y William Zerda, quienes conducen el karaoke los viernes y sábados. “Hemos conocido cantantes mejores que nosotros, pero hay otros que no saben cantar, a esos les bajamos el volumen y  les damos un tema o 2 por turno”, manifiesta León.

Zerda señala a una semiprofesional como la más aclamada “la única que canta bien ahí es Angie a quien siempre le piden canciones. Me encanta que el público participe, me gusta hacer cantar como en peñas”.

En la zona rosa, María José Salinas, propietaria de El Colonial, en la calle Rocafuerte, inauguró un área de karaoke para aficionados, profesionales y semiprofesionales. “Fue un mercado difícil de explotar por la queja de clientes que se molestan porque algunos cantan feo. Por eso contratamos a La Nena Sael, una showman que canta increíble e invitamos a los profesionales para que impulsen a los amateurs”.

Aficionados que destacan

Angie Velasco ama cantar, pero, por temas personales, no pudo dedicarse a esta profesión. Es reconocida en varios locales por interpretar temas de Isabel Pantoja, Lupita D’Alesio, entre otras. “Además del Malecón del Salado voy a El Galeón del Cerro Santa Ana donde tengo un público que aplaude y me sigue”.

Por otro lado está Sael Casal, la   anfitriona del karaoke de El Colonial. “Antes era aficionada y participaba en karaokes, después empezaron a contratarme para eventos. Canto con pistas baladas y lo tropical como merengue y cumbia, ya grabé mi primer cover y video”.

Shirley Mantilla, supervisora de un call center, es una de esas voces que, a decir de sus colegas, cuenta con un buen timbre de voz. “Me gusta ir a cantar sobre todo cuando estoy estresada, iba al bar de Rommel por el audio y voy al Colonial donde nos encontramos con otros aficionados, buenos cantantes”.

Jimmy Alvarado es otro de esos  asiduos a esta distracción musical. Sus conocidos aseguran que entona bien, pues le debe su experiencia al trabajo técnico que ejecutó por años  en un estudio de grabación. “He aprendido a cantar un poco y solía ir al bar de Rommel, el mejor de la zona rosa por el audio. Otros establecimientos tienen pistas demasiado plásticas que no se escuchan bien y el sonido es de cine en casa, nada profesional, no hay consola, solo parlantes muy modestos, sin tarima”, critica Alvarado, quien sobresale por interpretar temas de Rafael y El Puma.

Junto a Alvarado y Mantilla, Giordano Niana, propietario de una cafetería, cuenta que por muchos años iba una vez por semana a los mismos lugares. “Hay unos donde  van profesionales en el canto y de buena calidad. Soy aficionado porque canto desde que estaba en el grupo juvenil del colegio”, confiesa el joven empresario. (I)

Contenido externo patrocinado

Ecuador TV

En vivo

Pública FM

Noticias relacionadas

Social media