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Ante la falta de atención, los vecinos denunciaron en la defensoría del pueblo

Las aguas servidas anegan calles de Estrella de Belén

Las manzanas 1831 y 1832 del sector son las más afectadas por la anegación.
Las manzanas 1831 y 1832 del sector son las más afectadas por la anegación.
Foto: William Orellana/El Telégrafo
21 de septiembre de 2016 - 00:00 - Redacción Guayaquil

Los habitantes de la cooperativa  Estrella de Belén, en el norte de Guayaquil, tienen aproximadamente 6 años lidiando con un colector de aguas servidas que desfoga directamente en uno de los accesos peatonales.

Por un tramo de 50 metros, los líquidos residuales pasan entre las viviendas de las manzanas 1831 y 1832 del sector, causando fuertes olores.

Los vecinos que habitan al pie de la zanja que recibe el líquido negruzco se quejan de que los hedores no les permite ni comer.

En reiteradas ocasiones se enviaron oficios al Municipio y a Interagua para que arreglen la situación “pero solo se limitan a recoger las aguas”, aseguró Simón Vargas, de la manzana 1831.

Maquinaria de Interagua estuvo ayer en el sector para realizar la labor descrita por Vargas utilizando bombas de succión. Ante la demora de la atención por parte de las autoridades locales, los vecinos optaron por poner una denuncia en la Defensoría del Pueblo.

Zaida Rovira, coordinadora zonal 8 de la entidad, se reunió con representantes de Interagua para conocer las razones por las que los moradores se exponen a malos olores y enfermedades.

Los técnicos de la concesionaria -que no revelaron su identidad- explicaron que en el sitio se construyeron dos colectores (uno pluvial y otro sanitario) que se conectan entre sí a través de un ducto.

Sin embargo, la falta de la tubería es lo que provoca que las aguas residuales terminen directamente en una zanja “y en época de lluvias, contaminen la zona”, explicó Rovira.
Aurora Narváez, quien reside en Estrella de Belén hace 34 años, comentó que las calles no pavimentadas empeoran la situación.

Durante las precipitaciones, las angostas vías se vuelven lodazales y el agua ingresa a las viviendas. “Caminamos con mucho cuidado para no caer y hundirnos”.

Aunque los habitantes sugieren  la construcción de un ducto cajón, Interagua informó que ya existen los estudios sobre el líquido pluvial y residual, que se registra en la zona, que determinan que la opción más idónea es la instalación de una tubería de amplia capacidad.

Sin perjuicio de ello, la Defensoría convocó a una audiencia dentro de 15 días en la que la concesionaria deberá presentar las razones por las que la obra demoró 6 años. (I)

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