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En 1862, el régimen garciano planteó el eje de su programa vial

García Moreno y la integración nacional (I)

García Moreno y la integración nacional (I)
09 de julio de 2016 - 00:00 - Ángel Emilio Hidalgo, Historiador

El proyecto de construcción nacional del presidente conservador Gabriel García Moreno, a pesar del fanatismo católico del personaje, puede ser calificado de progresista en ciertos aspectos: en primer lugar, diseñó un Estado basado en un orden jurídico, económico y fiscal. A la vez, fue un apasionado defensor de la idea del progreso como un fin que debía alcanzar el país, en la búsqueda de cohesión social y territorial. Para ello, invirtió sobre todo en educación, así como en obras públicas: construyó escuelas y caminos, patrocinó el arribo al Ecuador de misiones científicas europeas, construyó un Observatorio Astronómico, creó la Escuela Politécnica Nacional y una Escuela de Bellas Artes, e ideó un ferrocarril que uniera Costa y Sierra.

En 1862, el régimen garciano planteó el eje de su programa vial. En vista de que el atraso de la república se debía, en buena medida, a la falta de caminos que activen el intercambio comercial, en la idea de que estos “aceleran el curso de los cambios y constituyen el más poderoso vehículo de civilización” (1),  se resolvió construir una carretera de Quito a Guayaquil que articulara el espacio nacional y contribuyera a fortalecer el mercado interno, formando una red viaria que conectó las ciudades intermedias del corredor andino con la cuenca baja del Guayas.   

Paralelamente, se iniciaron los trabajos en Quito, Latacunga, Ambato y Riobamba y se contrató al ingeniero francés Sebastián Wisse junto con dos ayudantes. No obstante, Wisse falleció al poco tiempo de llegar al Ecuador, aunque dejó levantado el plano de la carretera trasandina.  

En 1865, el ministro Pablo Herrera informaba que “se camina en coche desde Quito a Machachi” (2),  lo que indica que se avanzaba con celeridad, a pesar de los accidentes geográficos que debían ser salvados por puentes: “En la provincia de Pichincha se han construido 23 puentes y 63 acueductos; en la de León 5 puentes, fuera del que actualmente se trabaja en Panzaleo y 45 acueductos, y en Tungurahua un puente y 4 acueductos: por manera que se han construido en las tres provincias 29 puentes y 112 acueductos; que restando de los 12 puentes y 40 acueductos concluidos en los años de 1861 y 1862, resulta que en 1863 y 1864 se han trabajado 17 de los primeros y 72 de los últimos” (3).  

Dos antiguos proyectos de vialidad que habían sido postergados por anteriores gobiernos fueron retomados por García Moreno, como parte de su estrategia de debilitar el poder de las élites regionales y avanzar en la integración nacional: el camino de Quito a Esmeraldas y la vía Cuenca-Molleturo-Naranjal.  

En el primero de los casos se trataba de una vieja aspiración de las élites terratenientes quiteñas, que había sido sistemáticamente neutralizada por Guayaquil, por lo cual, el “camino de Malbucho” se había convertido en una especie de utopía, alimentada por las condiciones de un terreno excesivamente húmedo, en la cuenca de los ríos Esmeraldas y Santiago. No obstante, en 1863, arribó el ingeniero estadounidense James S. Wilson para hacerse cargo de la obra, prevista para inaugurarla en los tramos de senda y herradura.

Por su parte, la vía Cuenca-Naranjal fue esperada durante largo tiempo por los comerciantes cuencanos que tenían lazos con Guayaquil y la Costa. La construcción se aprobó en 1867, por las gestiones del gobernador de Cuenca (quien asignó indígenas asalariados), y los trabajos empezaron el 1 de abril de 1869 bajo la dirección del ingeniero Christoval Thill (4). Hacia 1877, únicamente se había avanzado la cuarta parte de la obra, por falta de brazos y constantes deslaves (5).

El impulso constructor de García Moreno no finalizó aquí. A estas principales vías interregionales se sumaron la carretera entre Sanancajas y Yaguachi (1862), el camino de Otavalo al Pailón (1865), de Cuenca a Gualaceo por la vía de Jadán (1865), de Arenal a Playas (1872) y de allí hasta Guaranda (1873), de Zaruma a Santa Rosa (1873),  así como las vías Ibarra-Caranqui, Pomasqui-Guayllabamba y el camino a Santo Domingo de los Colorados (1875), más un sinfín de trochas entre pequeños pueblos serranos y costeños.

1. - Rafael Carvajal, Exposición del Ministro del Interior y Relaciones Exteriores dirigida a las cámaras legislativas del Ecuador en 1863, Quito, Imprenta Nacional, por M. Mosquera, 1863, p. 6.
2.-  Pablo Herrera, Exposición del Ministro del Interior y Relaciones Exteriores dirigida a las cámaras legislativas del Ecuador en 1865, Quito, Imprenta Nacional, por Mariano Mosquera, 1865, p. 25.
3.- Ibídem, p. 25.
4.- Manuel Bustamante, Informe del Ministro del Interior y Relaciones Exteriores dirigido a las cámaras legislativas del Ecuador en 1867, Quito, Imprenta Nacional, por Mariano Mosquera, 1867, p. 29.
5.- Javier Endara, Memoria del Subsecretario de lo Interior y Relaciones Exteriores del Ecuador a la Convención Nacional de 1877, Quito, Tipografía de F. Bermeo, 1877, pp. 203-204.

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