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El Telégrafo
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El Municipio asignó $ 7 millones, aproximadamente, para mantenimiento de obras en 2017

El desgaste de las calles se acelera en Guayaquil

En el puente de Portete, del lado de la av. Rodríguez Bonín, se observa el desprendimiento de asfalto.
En el puente de Portete, del lado de la av. Rodríguez Bonín, se observa el desprendimiento de asfalto.
Foto: José Morán / EL TELÉGRAFO
24 de marzo de 2017 - 00:00 - Redacción Ciudadanía

El desgaste del pavimento en las calles de Guayaquil es más notorio en los últimos días. Las lluvias, que según el Instituto Nacional de Meteorología e Hidrología (Inamhi) se intensificarán las siguientes semanas, contribuyen al acelerado deterioro.

En sitios como el puente de la calle Portete, el ingreso a las avenidas Pedro Menéndez Gilbert, Juan Tanca Marengo, 25 de Julio, Domingo Comín, tramos de la Carlos Julio Arosemena, entre otras, se presentan daños y baches.

Este año el Municipio asignó $ 7’154.878,73 a la Dirección de Obras Públicas para “mantenimientos y reparaciones de obras”, según consta en los anexos del presupuesto aprobado por el Concejo.

El monto incluye los gastos que se generan por la mano de obra y la movilización de la maquinaria requerida para arreglar las calles. Sin embargo, en puntos como el puente que une la calle Portete con la avenida Rodríguez Bonín (que no tiene más de tres años desde que fue renovado), la gestión está demorada, dice Víctor Vera, conductor de taxi desde hace dos décadas.

En la estructura no solo se observan huecos, sino también grava proveniente del pavimento deteriorado. “En la lluvia, eso puede ser peligroso para los motociclistas porque las ruedas patinan”, comenta Vera.

En el tramo que conecta la calle Julián Coronel con la av. Pedro Menéndez Gilbert hay huecos de hasta 20 cm de profundidad.

Para los conductores, como Hilario Ponce, esto genera riesgos porque “al ser en curva, obliga a orillarse por la izquierda, si la maniobra es forzada causa choques”. En sitios como las av. 25 de Julio y Juan Tanca Marengo, estas hendiduras también vuelven lento el flujo vehicular, porque los carros disminuyen la velocidad para evitar daños. La av. Carlos Julio Arosemena, desde el puente 5 de Junio hasta el km 4.5, experimenta un acelerado deterioro de la calzada.

Las afectaciones más comunes en los automotores por causa de los baches son los amortiguadores y el tren delantero. Según mecánicos consultados, los gastos de reparación bordean los $ 500, entre repuestos y mano de obra.

En los últimos años, la Dirección Municipal de Obras Públicas ha implementado mejoras en el material que se utiliza para pavimentación y bacheo de las vías.

Una de ellas es el uso de hormigón en lugar de la capa asfáltica. Esta opción tiene mayor durabilidad y la corroboran habitantes de Los Vergeles y Mapasingue Este, donde las calles tienen entre cinco y tres años de reconformadas sin presentar mayor afectación.

Otra alternativa es el uso de una capa protectora que, al ser colocada, se funde con el pavimento original y prolonga el tiempo de vida útil.

Este trabajo fue realizado en 22 cuadras de la calle Tungurahua (desde la Av. 9 de Octubre hasta la calle Letamendi) en 2015.

A esta vía no se le ha dado mantenimiento en dos años. Los contratistas municipales no descartan implementar la capa protectora en otras vías de la ciudad. Mensualmente, el Municipio utiliza un promedio de 2.500 metros cúbicos de asfalto para trabajos de repavimentación. (I)

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