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El agua llega a medias a las parroquias rurales

Un ciudadano residente en el barrio El Guasmito, de la parroquia rural El Morro, almacena agua.
Un ciudadano residente en el barrio El Guasmito, de la parroquia rural El Morro, almacena agua.
Fotos: Karly Torres / El Telégrafo
10 de octubre de 2016 - 00:00 - Redacción Ciudadanía

Algo tan cotidiano para el común de la gente, como abrir el grifo para lavarse las manos, es una acción que para Yuly Litardo y Héctor Banchón, una joven pareja con dos niños, no existe; es algo ajeno a su realidad.

A ellos, al igual que a decenas de familias que habitan en el barrio Bellavista, ubicado en la periferia de la cabecera parroquial de Posorja, el agua para consumo y limpieza no  llega por conexión formal sino mediante mangueras que ellos mismos han comprado e instalado.

Héctor Banchón explica que mientras las viviendas ubicadas en el centro de Posorja tienen redes domiciliarias de agua potable, en su barrio la situación es distinta: “Nosotros traemos el agua con mangueras de la casa de mi mamá, y ella a su vez la toma de más arriba”. Esta es la forma en que la mayoría de vecinos se provee de agua.

Posorja tiene una cobertura por redes de 90%, según Miguel Chuqui, vocal alterno de la junta parroquial. Los barrios periféricos de Bellavista, Colinas de Posorja y otros asentamientos representan el 10% restante.

Posorja es una de las 5 parroquias rurales del cantón Guayaquil y también la más poblada: según el último censo tiene 24.136 habitantes y se espera que la población aumente porque aquí se construirá el puerto de aguas profundas.

Esa es precisamente la principal preocupación de los miembros de la junta parroquial, pues saben que durante la construcción y luego de ella habrá un aumento considerable de la población, lo que incidirá en problemas futuros para la dotación del líquido, explica Chuqui.

El dirigente comenta que han expresado esta preocupación a los directivos de Interagua, la concesionaria que, desde el 1 de octubre de este año, maneja el abastecimiento en Posorja y El Morro y sus recintos.

La vocera de Interagua, Ilfn Florsheim, explica que para mejorar el servicio de dotación en estas poblaciones la empresa construirá la planta de tratamiento y una estación de bombeo, dentro de un plazo de 12 meses, contados a partir del primero del mes en curso.

En la vecina parroquia de El Morro, aunque con una población menor (5.019 habitantes), la situación es similar a la de Posorja.

Jaime Aragonés, presidente de la Junta parroquial, asegura que la mayoría de viviendas de la cabecera parroquial, así como los recintos que la conforman, se abastecen de agua por medio de redes domiciliarias. Lo aseverado por el funcionario, sin embargo, contrasta con lo señalado por José Armando Leyton Montalván, de 59 años, y su esposa María Vera, de 44 años, moradores del barrio Guasmitos, situado en la periferia de esta parroquia rural del cantón Guayaquil.

“Aquí no tenemos llave... el agua llega por manguera y la recogemos en pomas de plástico o tanques”, dicen los esposos al unísono.

Una situación parecida a la de Leyton y Vera viven María Solórzano y sus hijos, también residentes en el barrio los Guasmitos.

“Nosotros somos el único barrio de El Morro que todavía tenemos que recoger agua en tanques”.

Sobre el problema que afrontan los pobladores de los barrios periféricos de Posorja y El Morro, la vocera de Interagua señaló que el proceso de expansión de redes está inmerso en los estudios de servicio que deben hacerse una vez que la empresa ha iniciado las operaciones en dichas poblaciones.

Aunque la parroquia Juan Gómez Rendón (Progreso), tiene redes domiciliarias de agua potable desde hace mucho tiempo, dice Cristina Quinde, vocal de la junta parroquial, la población afronta dos problemas: el primero, es el corte frecuente del servicio de agua debido a la obsolescencia de las tuberías. El otro problema de esta parroquia de 11.897 habitantes es la falta de alcantarillado: “Algo que es competencia del Municipio de Guayaquil” afirma. Prometieron el alcantarillado en el quinquenio pasado, pero no sucedió, dice Quinde.

Al respecto, Florsheim expresó que en este cuarto quinquenio tienen previstas obras de rehabilitación y expansión en Progreso.

Con la anexión, el pasado 1 de octubre, de Posorja y El Morro (que anteriormente dependían de la empresa Hidroplayas), a la red de agua potable de Guayaquil, la concesionaria Interagua maneja el suministro del líquido vital en todas las cinco parroquias rurales que conforman el cantón Guayaquil.

Sobre el servicio que la compañía presta en Tenguel, Florsheim dijo que en esta población, de 11.936 habitantes,  está cubierto el servicio de agua potable.

Puntualizó también que se encuentra en proceso de construcción el sistema de alcantarillado sanitario que incluye una planta de tratamiento de aguas servidas. En un documento de Interagua, enviado vía correo electrónico, se anota que está en marcha la licitación internacional para la construcción y el diseño de una planta desalinizadora, para la isla Puná. (I)

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