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Dos barrios del sur conservan el legado del padre Cléver Barzallo

El padre Cléver Barzallo actualmente coordina la autogestión de fondos para arreglos en la iglesia San Bautista.
El padre Cléver Barzallo actualmente coordina la autogestión de fondos para arreglos en la iglesia San Bautista.
Foto: Eduardo Escobar / El Telégrafo
19 de noviembre de 2016 - 00:00 - David Guerrero

“¿No verá el partido de la Selección?”, cuestiona en tono alegre el padre agustino Cléver Barzallo, de 46 años, en una llamada para confirmar que estará disponible en la iglesia San Juan Bautista de Los Esteros, donde es párroco desde diciembre de 2015.

Es la característica que más sobresale en su labor diaria al atender a su feligresía desde hace 16 años, cuando terminó su instrucción sacerdotal en Quito: la camaradería.

De estatura media, piel trigueña y lento caminar. Al recorrer las instalaciones de la iglesia, va recordando el trabajo realizado, pero enfatizando que los logros son de la comunidad.

Inició el seminario en 1989, bajo la orden agustina radicada en la capital del país, donde fue ordenado sacerdote. Al primer lugar donde llegó a trabajar fue en una localidad de la vía Salinas-Lita, en Imbabura.

En este sitio permaneció 6 meses y luego retornó a la iglesia San Agustín de Quito, donde estuvo por 18 meses, aproximadamente. “De ahí, me vine a Guayaquil”.

Su primera parroquia en el Puerto Principal fue la Santísima Trinidad de la ciudadela Las Acacias donde sirvió durante casi 12 años,  a casi 2 km de su actual ubicación en Los Esteros.

Durante ese tiempo, destinó sus esfuerzos a realizar mejoras en cuento a la infraestructura del lugar y a gestionar vínculos con la comunidad. “Lo primero fue hacer los altares de las advocaciones de la Virgen del Cisne y el Divino Niño que antes no había”.

Para quienes habitan en Las Acacias, uno de los mejores legados del padre Cléver —como lo recuerdan— es  instalar una casa parroquial en unos terrenos que fueron donados por el Municipio.

La implementación del lugar se autogestionó mediante colectas, bingos y actividades similares. En este espacio, hay talleres para elaborar manualidades y la escuela de danza Fouette Danse.

La labor ejecutada se tradujo en una alta estima de los habitantes de Las Acacias, a tal grado, que algunos visitan ocasionalmente la iglesia San Juan Bautista para saludar al padre Cléver.

Sin embargo, el sacerdote agustino prefiere no tomar el crédito por lo que considera un logro comunitario. “Mientras exista voluntad de equipo, todo es posible”.

El trabajo social se extendió hacia otros sectores de la ciudad, gracias a la iniciativa de estudiantes de la Universidad Católica.

Uno de los sitios visitados fue la cooperativa Balerio Estacio, al noroeste, donde los vecinos decidieron bautizar una de sus peatonales con el nombre del padre Cléver por la ayuda recibida durante la temporada de Navidad.

En tanto llegó a Los Esteros, Barzallo no demoró en desarrollar algunos cambios de infraestructura y dar continuidad a los proyectos de su antecesor, el padre Diego Solano.

El Cabildo local contribuyó con el arreglo de la fachada y diseño arquitectónico. Detalles como la seguridad, a través de cámaras, fue uno de los primeros trabajos de Barzallo.

Las instalaciones de la iglesia en Los Esteros son bastante amplias y el actual párroco ha comenzado a acondicionar los espacios donde se imparten las catequesis.
Hasta la academia de danza que vio nacer en Las Acacias fue replicada en Los Esteros.

Barzallo no descarta aumentar los grupos comunitarios y de catequesis, además de seguir trabajando junto a la gente que conoció en su primera parroquia en Guayaquil.

Concluye el recorrido en la iglesia San Juan Bautista y el padre Cléver ingresa a su despacho. A lo lejos, se alcanza a ver más de su alegría por el segundo tanto de Ecuador ante Venezuela. (I)

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