El Parque Histórico de Guayaquil (vía a Samborondón) y la Terminal Terrestre (al norte) fueron los sitios que por la mañana registraron mayor movimiento, en contraste con las calles de la urbe que lucieron despobladas.

En el primer lugar, a las 10:30, familias enteras concurrieron al espacio público, con el fin de conocer sus atractivos. Stalin Sánchez e Irina Castro fueron dos de los habitantes del cantón, que, a pesar de vivir aquí, no habían visitado el sector. 

Por eso, aprovecharon el feriado para conocerlo. “Están bonitas las casas antiguas y las recreaciones de los actores”, expresa Castro. Mientras que Sánchez destaca la decisión de haber eliminado el costo de la entrada que al principio cobraban los administradores del espacio público.  

Entre los asistentes de ayer se destacaban los turistas de Estados Unidos y de países asiáticos, que a pesar de que no hablaban el idioma español sonreían cuando se retrataban junto a los sitios en los que estaban los loros, el águila harpía y los reptiles.

Hubo afluencia de visitantes, que en algunos casos no pudieron realizar el recorrido  acompañados por los guías: “Tienen que ser grupos grandes para que los guíen, es la única manera de que alcancen”, se excusaba una de las personas que recibía a la gente.

En otro sitio, en la Terminal Terrestre de Guayaquil, si bien la concurrencia no fue la misma del día viernes, en la mañana se evidenció una asistencia superior a la de los anteriores domingos.

Principalmente, los visitantes eran aquellos que se dirigían hacia otras provincias. Es el caso de Narcisa Rodríguez, una residente de la capital de la República, que aprovechó la mañana para retornar a Quito. “Es que en la noche ya todo va lleno y resulta más saludable porque no hace tanto frío”.

Asimismo, en el peaje de la vía a la Costa, hasta las 13:00, no había afluencia de caravanas de carros.

PARQUE SAMANES, IGUAL A LOS MUNICIPALES

Desde el estacionamiento se observaba que familias enteras y grupos de jóvenes ayer visitaron el Parque Samanes, el nuevo espacio público de la ciudad. Con trajes deportivos y balones presentaban sus identificaciones, para utilizar las canchas, a las 10:00.

A la misma hora, que El Telégrafo intentaba captar las actividades que realizaban, un guardia preguntó al equipo de este medio si contaba con permiso para ingresar. Ante la respuesta negativa, dijo que no podía entrar el fotógrafo.

Al avanzar, dos encargados de registrar a los visitantes, confirmaron que no se podía hacer tomas. “Es disposición de la gerenta general de la Empresa Pública de Parques Naturales y Espacios Públicos”, explicaron.

Tras esperar 30 minutos, para que alguien autorizara ingresar al lugar, este medio se retiró sin poder hacer su trabajo periodístico.

El actual sistema de exigir solicitudes para ingresar al Parque Samanes y tomar fotos periodísticas es igual al que emplea el Municipio de Guayaquil, con este medio, para acceder a los malecones y parques del cantón.