“El esfuerzo no se negocia. Ni tolero el conformismo. La pasividad está alejada de mí”. Diego Simeone, el técnico de moda en el mundo, hace cumplir sí o sí lo que predica. Para hacerlo realidad  consigue jugadores con excelentes condiciones técnicas, pero también dispuestos a pelear por un puesto con trabajo y no con el nombre ni la  trayectoria, que puedan plasmar en la cancha lo que él transmite en las prácticas, en las charlas y al borde del campo. Luchar, correr, meter, esforzarse, sacrificarse, discutir, son algunos de los pedidos del ‘Cholo’ a todos los miembros del Atlético de Madrid, apoyado siempre por un líder -o algunos- que se encargue de refrescar los conceptos en la cancha, sobre todo en momentos difíciles. Así, se puede ver a Simeone en la defensa, en el  medio campo y en el ataque, disfrazado de Godín, Gabi o Griezman. Con ese espíritu como bandera de su trabajo -donde la labor del PF Óscar Ortega es clave- el DT argentino ha logrado lo que se pensaba imposible: campeón de la Copa del Rey, Liga española, Supercopa de España, Liga Europea de la UEFA y la Supercopa de Europa. Simeone ha logrado demostrar que la garra es de suma importancia en los partidos, siempre y cuando exista un proceso y un trabajo organizado para que los futbolistas puedan responder como él quiere. Pero la garra sola no basta. Si lo
mejor de Godín fuese su entrega y no el cabeceo, ni la calidad para bloquear a Cristiano Ronaldo o Suárez no jugaría en la Liga española ni sería el capitán de la selección uruguaya. El domingo, cuando vencía 1-0 a Liga (Q) en la Casa Blanca, a Barcelona le faltó esa cuota de sacrificio que exige Simeone, que tiene Godín y que mostró Alemán en la otra vereda. El equipo de Almada careció de ese “algo más” que dan los grandes campeones como Jefferson Pérez, que después de terminar primero en Atlanta 96 debió ser auxiliado porque no pudo seguir de pie, mientras que el segundo, el tercero y el cuarto siguieron caminando sin ayuda de nadie. En el arranque del segundo tiempo, el equipo ‘albo’, liderado por Alemán, comenzó a martillar sobre el arco de Banguera y los jugadores amarillos hicieron poco por cambiar la historia y equilibrar el partido antes de que fuera tarde, como terminó sucediendo. ¿Cómo entender que Alemán recibió una pelota sin marca y que tras el centro nadie ‘se mató’ por llegar a la pelota como sí lo hizo Cangá? ¿Por qué nadie buscó la pelota como Daniel Angulo cuando Alemán volvió a centrar? En la ‘U’, en cambio, los autores de los goles y el resto decidieron dar “algo más” para superar al archirrival; así llevaron a su equipo a darle vuelta al marcador y romper una mala racha de 6 juegos. Alemán, uruguayo como Godín, sacó a flote su garra -charrúa- y su mejor repertorio. (I)