La historia de Riyad Mahrez es la de un niño indolente originario de Sarcelles (en la periferia de París), segunda generación de una familia de inmigrantes. Uno de esos tantos chicos que no llamó la atención en el fútbol francés y que se vio forzado al exilio en Inglaterra para labrarse un futuro.    

“Todos me decían que era muy flaco, que todos me quitarían el balón”, explicaba al inicio de la temporada en el diario The Guardian. “Técnicamente me defendía, pero físicamente... Yo no era demasiado fuerte, ni tan solo rápido. Cuando eres pequeño, evitas los duelos. En el Quimper (club amateur en el que jugó la temporada 2009/2010 antes de fichar por el Le Havre) me dijeron: ‘Juega evitando el contacto. No eres fuerte, tienes que ser más inteligente’”.

Formado en el equipo de su ciudad, el AAS Sarcelles, Mahrez fichó en 2009 por el Quimper, de la cuarta división del fútbol francés. Tras una temporada y pese al interés del París SG y del Marsella, del que es hincha, el extremo acabó fichando por el modesto Le Havre.

Primero como jugador de las categorías inferiores y, tras solo un año, dio el salto al equipo profesional. Pese a un comienzo tímido, empezó a hacerse un nombre en la Ligue 2 y acabó estallando en la temporada 2012-2013, en la que se ganó la titularidad y acabó con 4 goles y 4 asistencias.     

El Leicester, que le seguía desde hacía un año y medio, lo fichó en enero de 2014. “Me decían, ‘Riyad, Inglaterra no es para ti, es demasiado físico, España te conviene más’. Y cuando llegué me encantó”, ríe ahora.    

Seis meses después de su llegada, Mahrez ganó la Championship y celebró con el Leicester el ascenso a la Premier League.

Necesitó un año de aprendizaje en la máxima categoría antes de explotar esta temporada.

Antes del desplazamiento a Londres para jugar mañana (07:00) contra el Arsenal, este zurdo de 24 años ha anotado 14 goles y dado 10 asistencias decisivas para que el Leicester lidere la Premier League con 5 puntos de ventaja. Su precio en el mercado alcanza los 20 millones de euros.    

En diciembre, cuatro meses después de haber prolongado su contrato hasta 2019, se convirtió en el primer internacional argelino en anotar un hat trick en la Premier League. “Este año, Mahrez es para nosotros un mago increíble. Cuando hay que crear algo, simplemente le damos el balón”, destaca su técnico, el italiano Claudio Ranieri.     

De padre argelino y madre marroquí, Mahrez, que también podría haber jugado con Francia, acabó decantándose por la llamada de los Zorros del Desierto.

Convocado por primera vez en mayo de 2014, disputó con Argelia el Mundial 2014 y desde entonces se ha convertido en uno de los jugadores clave.

Balón de Oro argelino en 2015, ha marcado cuatro goles en 21 partidos como internacional. Solo en esta temporada, ha jugado seis partidos con Argelia, con un gol y cuatro asistencias.

“La muerte de mi padre (a los 15 años) fue quizá el punto de inflexión. No sé si entonces empecé a ser más serio, pero, tras su muerte, las cosas comenzaron a cambiar”, asegura el artillero.

El presidente del Marsella, Vincent Labrune, aún debe tener pesadillas cada vez que recuerda que hace un año rechazó su fichaje. Ofrecido por un agente, el dirigente lo desestimó “por no querer quedar como un idiota”.

De continuar la actual dinámica, el sorprendente Leicester podría ganar el considerado como mejor campeonato del mundo y Mahrez tendría todos los números para ser designado el mejor jugador de Inglaterra. (I)