“No hemos evolucionado nada en eso que podríamos llamar la calidad humana. No hemos evolucionado nada en nuestra capacidad espiritual. No hemos aprendido nada en todo este tiempo, nada desde que inventamos el dinero. La compasión ahora se entiende como una especie de debilidad. La compasión ha dejado de ser una virtud para convertirse en un defecto”.

Estas profundas reflexiones las dio en una reciente entrevista el destacado director de cine y ganador del Óscar de la Academia en los dos últimos años, el mexicano Alejandro González Iñárritu. El dinero es para muchos la razón de los mayores males de la humanidad, ya que todo se mide con dinero. Es la forma en que los países demuestran cuán desarrollados son. El Producto Interno Bruto o PIB se califica con dinero y las personas según su productividad se analizan con dinero. ¿Cuánto vas a ganar? ¿Te van a subir el sueldo? A más responsabilidad, más dinero, y así en todos los actos de la vida. ¿Cuántas personas escogerían ser pobres en lugar de ser ricas? ¿Por qué Marcos el evangelista pone en palabras de Jesús que “Es más fácil para un camello pasar por el ojo de una aguja que para un rico entrar en el reino de Dios”?

Los padres se enorgullecen cada vez que el hijo hace un negocio lucrativo o gana más dinero. El bienestar en definitiva se mide principalmente con base en el dinero que tiene la empresa, el país o la persona. Los “rich and famous”, es decir, los ricos y famosos, son el ejemplo a seguir en el sueño americano, y el mundo entero sigue ese modelo, incluso las potencias comunistas o socialistas de otros tiempos como China y Rusia.

Parecería que vivimos en la época de la codicia, se la promueve y anuncia a través de la publicidad del sistema consumista globalizado que predomina en la economía de todos los países del mundo. El bienestar es lamentablemente sinónimo de consumismo, es decir, mientras más compro o consumo me considero una persona con mayor bienestar. Todos quieren vivir mejor, los pobres y los ricos, no importa cuánto dinero se tenga. El sistema está hecho para siempre querer más, de manera ilimitada.

Este es el modelo económico imperante, ningún país quiere tener menos dinero que el año anterior y se vende la idea de la clase media de los países ricos como el nivel al que todos los ciudadanos deberíamos aspirar; pero esto no es posible, porque para alcanzarlo necesitaríamos varios planetas, y solo tenemos uno.

La idea del Bienestar debe ser repensada, así como el real significado de Progreso y Desarrollo. El vivir mejor, siempre mejor, el tener más, siempre más, es la trampa de nuestro tiempo y debemos denunciarla porque de lo contrario, como lo anuncia el buen Papa Francisco, una catástrofe ecológica amenazará a la humanidad entera. Penosamente, a pesar de conocer en menor o mayor grado la gravísima situación de la naturaleza, poco hacemos para construir un nuevo modelo de vida.

No es tarea fácil, pero es posible construir la sociedad del Buen Vivir. Para ello debemos comprometernos a hacer de los valores y virtudes universales la base de nuestro comportamiento, construyendo día a día un modelo de vida basado no en la codicia sino en el amor incondicional en cada una de nuestras acciones. (O)