Dicen que el amor es un encuentro con Dios. Esa es su casa, la verdad.

La vida se manifiesta de mil maneras, todos los días, a cada momento y nosotros pensamos que nos es ajena, cuando en realidad somos la vida.

La “separatidad” nos aleja de la vida. La “unicidad” nos integra. El Ego solo puede existir si estamos separados, esa es su misión, hacernos sentir disgregados de todo, por eso juzgamos permanentemente lo bello y lo feo, lo bueno y lo malo, lo grande y lo pequeño y se nos va la vida en una ilusión.

Debemos entender que los amigos y enemigos están dentro de nosotros mismos, al igual que la salud y la enfermedad y todo lo que se considere contrario. Por eso somos Ying y yang. Luz y sombra, silencio y ruido, materia y espacio.

El amor todo lo une, todo lo incluye, todo lo cobija. La compasión es sentir a todo el universo en una célula, todo el tiempo de nuestra existencia, en cada respiración.

El Ser y el no Ser son lo mismo, porque somos y no somos al mismo tiempo. Somos pájaro y nube, tenemos en nuestra piel todos los colores y percibimos los aromas porque somos eso, el grito y el silencio, la indiferencia y la ternura, el bosque y el desierto.

No podemos entenderlo, no es posible, porque simplemente somos. Solo al reconocernos en el otro, él nos podrá considerar y podremos Ser.

El hombre moderno ha perdido su identidad esencial y se ha convertido en un simple consumidor dentro del sistema globalizado, que todo lo vende para que todos lo compren. Existe un desencanto cada vez mayor sobre el modelo de vida imperante. Queremos “tener más” y no “ser más” como decía el gran pensador Erich Fromm.

Hoy la situación más compleja, ya que los hombres y mujeres, alienados, han sido poseídos por el afán de comprar la felicidad, y esto no es posible. Una revolución cultural y espiritual es indispensable para garantizar la sobrevivencia del género humano.

Millones se encuentran trabajando para encontrarse a sí mismos. Las milenarias escuelas de pensamiento y práctica, como las de meditación del hinduismo y el budismo, tienen más adherentes que intentan descubrir que la verdadera libertad se encuentra dentro de uno mismo.

Yoga quiere decir unión, unión con la existencia misma. Es un estado de consciencia en el que, mediante la autodisciplina, se aspira a encontrar la realidad última. Para lograrlo, el camino fundamental es el de la práctica de la meditación y la respiración consciente, técnicas que nos permiten alcanzar la evolución espiritual, trascender el ego y lograr un estado de plenitud.

Bienvenida sea la práctica del yoga en el mundo entero. Nació en la India hace más de seis mil años y hoy llega al encuentro del Sumak Kawsay, para juntos construir la tan anhelada sociedad del Buen Vivir. (O)