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Punto de vista

El despertar a una nueva era

El despertar a una nueva era
10 de enero de 2017 - 00:00 - Freddy Ehlers Zurita

Nada es suficiente para quien lo suficiente es poco, manifestó el filósofo de la Grecia antigua Epicuro, y esta máxima encierra una gran verdad. Nada es suficiente para las personas para quienes tener lo suficiente no es suficiente, sería otra manera de reiterar lo mismo. Y lo hago intencionalmente porque es indispensable tener claro este concepto que podría considerarse el fundamento de los males del mundo actual. La insatisfacción humana es la raíz del consumismo. El marketing descubrió que una mentira repetida mil veces se convierte en realidad y así fue como, con la avalancha de publicidad indispensable para mantener una economía basada en el crecimiento ilimitado, se construyó esta sociedad posmoderna derrochadora y depredadora.

Se nos vende desde el nacimiento la falsa idea de que la fama y el poder económico o político nos hará felices. Los padres repiten el engaño a sus hijos promoviendo que sean exitosos y midiendo el éxito según el mayor nivel de ingresos económicos o de ubicación en el gobierno o empresa privada u organización a la que pertenecen. La escuela, el colegio y la universidad siguen promoviendo y premiando a los mejores alumnos destacando los conocimientos y la capacidad intelectual o física y dejando a lado la dedicación a causas humanitarias, la solidaridad, el amor, la apreciación de la belleza y la práctica de virtudes universales. La competitividad se considera más importante que la cooperación. La vida se la valora por el costo-beneficio de las cosas y a todo se le considera un activo productivo.

Este mundo está llegando a su fin porque ha conducido a la humanidad a un callejón sin salida por la enorme destrucción de la naturaleza y la inmensa soledad de los seres humanos, que tienen cada vez más pseudo-amigos e información virtual que amigos de verdad. Las enfermedades mentales se van convirtiendo en el mayor problema de la humanidad, según el destacado economista inglés Richard Layard. La Organización Mundial de la Salud coincide con ese criterio.

Pero no todo es negativo; en medio de la incertidumbre económica, la degradación del ser humano, la catástrofe ecológica, la violencia y las injusticias están surgiendo cada vez más personas que se rebelan contra este camino hacia el ecocidio, que es el suicidio colectivo, y proponen formas más simples de vivir. Hacer de la solidaridad, del amor incondicional, del disfrute de la maravillosa naturaleza y de los buenos amigos el objetivo fundamental de la vida. De la comida sana y del necesario ejercicio una práctica diaria, así como del silencio el camino para el encuentro con lo más profundo de lo que todos somos. Del encuentro con el ‘ser’ más que con el ‘tener’ el objetivo fundamental de la existencia humana. Para lograrlo es indispensable reflexionar profundamente sobre nuestra situación personal, más allá de las pertenencias materiales y emocionales, y encontrar que nuestra sola existencia es un milagro y que debemos honrar de la mejor manera cada día de nuestra vida. Dar más que recibir, amar más que esperar solo ser amado y tener el optimismo y la fe en que un cambio personal es posible, que la esperanza es nuestro mayor capital y que el servir nos honra en nuestra condición humana.

Un despertar ya está ocurriendo. Una nueva civilización que aún no tiene nombre está naciendo. Nosotros, todos nosotros, podemos ser actores del mayor cambio positivo en nuestra ya larga y compleja historia. Solo hay que esperar pacientemente sin desmayar en nuestro trabajo y dedicar el mayor número de horas posible al servicio de la vida en su mayor y más pura concepción. (O)

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