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Punto de vista

El amor y la belleza

El amor y la belleza
08 de mayo de 2017 - 00:00 - Freddy Ehlers Zurita

Estamos hechos de amor, y la belleza es la representación humana del amor. Un gran maestro espiritual como fue el sacerdote jesuita Marco Vinicio Rueda, un día me dijo que esas dos palabras de alguna manera resumían la esencia de Dios. Y esas dos palabras son probablemente la mayor expresión de todas las personas, creyentes o no; es lo que anhelamos, lo que llena de paz y alegría nuestro corazón.

Amor puede entenderse de muchas maneras. El pasional es probablemente el más cercano, para bien o para mal, cuando es mal entendido. El amor a los hijos, a los padres, a la naturaleza, a los amigos, al trabajo, a la patria. Y para las personas religiosas, el primer mandamiento bíblico: Amar a Dios sobre todas las cosas.

De todas las definiciones, posiblemente la más cercana a la plena realización humana es aquella de amar al prójimo como a uno mismo. Toma toda la vida, y cada día, acercarnos a esa nueva civilización humana, como la pronostica ‘Pepe’ Mujica, la de los sentires. No es fácil amar no sólo a quienes hacen el bien, a nuestros amigos y familiares y a los que piensan como nosotros, sino amar a quienes nos hacen daño, a quienes consideramos equivocadamente nuestros adversarios o enemigos. Ese es el verdadero amor, el amor incondicional, el que nada pide y todo lo da, el que describe bellamente el hermano mayor de Nuestra América, José Martí, en su pequeño poema:

“Cultivo una rosa blanca

en junio como en enero

para el amigo sincero

que me da su mano franca.

 Y para el cruel que me arranca

el corazón con que vivo,

cardo ni ortiga cultivo;

cultivo la rosa blanca”.

La belleza es más sencilla. Es aquel producto del hombre que nos llena el alma de felicidad: la buena música, el buen ejemplo y consejo, el buen caminar bellamente acompañado, la maravillosa artesanía y el barrio con casas bellamente construidas, las obras de los grandes maestros del arte y la cultura o la buena comida. La belleza es un producto del amor; solamente son bellas las cosas o acciones que se hacen con amor. Y la naturaleza es el mejor ejemplo de la perfección de la belleza. Ella es nuestra maestra mayor, nuestra fuente de inspiración, de donde vinimos y a donde iremos todos a descansar. El amor y la belleza, la mejor definición del Buen Vivir. (O)

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