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A doña Charito le sobran los comensales (Galería)

A doña Charito le sobran los comensales (Galería)
24 de agosto de 2014 - 00:00 - Elizabeth Maggi

La felicidad era evidente en su rostro, los gritos y barras de aliento retumbaron en la concha acústica del parque Guayaquil, las palabras, “arriba Imbabura” se hicieron eco entre los presentes.

La algarabía no se pudo ocultar cuando Rosario llegó a su puesto donde le esperaba su hermana Leonor. Entre las 2 levantaron el pesado trofeo del Mundial del Hornado realizado en Riobamba.

Rosario de Lourdes Tabango Ormaza, conocida entre sus parientes y amigos como doña Charito, tiene 50 años, la mitad de estos han sido dedicados a la preparación del hornado. Nació en Otavalo, donde tiene su local en el mercado 24 de Mayo. Es la cuarta de 8 hermanos. Tres son varones, pero solo ella y su hermana continúan con el legado familiar: preparar este plato que está reconocido a escala nacional como el mejor del Ecuador.

Explica que la receta proviene de su abuela paterna, Rosa Mena. Su madre, Rosa Elena Ormaza la heredó. Explica que en la preparación tiene mucho que ver el condimento, por eso lo elabora con productos frescos.

Su abuela —recuerda— le enseñó a su madre los truquitos del sabor y la manera de moler el condimento en piedra para obtener un buen resultado en la cocción del cerdo. Imbabura fue una de las 11 provincias que participaron en el Campeonato Mundial del Hornado, al cual asistieron más de 10 mil personas, provenientes de distintas provincias: Carchi, Pichincha, Bolívar, Tungurahua, Cotopaxi, Chimborazo, Azuay, Cañar, Los Ríos y Manabí.

Los visitantes llegaron con el propósito de degustar el hornado de las semifinalistas. Para que los asistentes disfrutaran de este plato típico se instaló una carpa en un espacio de 80 metros, pero el lugar resultó pequeño, lo que obligó a ocupar las zonas verdes de las 6 hectáreas que tiene el parque. Algunos se acomodaron en el césped otros en las bancas, pero todos con el mismo interés: apoyar a su provincia. En la mesa principal los jueces cataron los platillos sin conocer de qué provincia venían, para garantizar un concurso transparente.

Tras la deliberación, se anunció el tercer lugar para Narcisa Maldonado, de la provincia de Carchi; segundo para Sonia Llerena, de Tungurahua, y el primero para Rosario Tabango, de Imbabura.

Al escuchar su nombre Rosario sintió “un frío que le recorrió cuerpo”. Aunque muchas veces sus clientes ya le habían dicho que tenía una buena sazón, ese día lo reconocían a escala nacional. Rosario vende el platillo todos los días en el mercado. Suele ofrecer 2 opciones: el convencional con mote, lechuga y papas con un valor de $ 2,50; y el mixto que se acompaña con morcilla y menudencia por un valor de $ 3,00.

Los comensales nunca le han faltado. Algunos son de Otavalo y acuden a su local todos los días, religiosamente, porque consideran que tiene una sazón inigualable. Lo más probable es que después de ganar el premio, el número de clientes aumente.

Su hermana mayor Leonor, quien siempre permanece a su lado, dice que esta es una labor que exige sacrificio. “El hornado de Otavalo es muy conocido porque lo hacemos con mucho cariño; mi hermana y yo nos hemos esforzado mucho y ella es muy dedicada en lo que hace”.

Todas las noches Rosario prepara la venta del siguiente día: lava las lechugas, corta el tomate y pela las papas. Su labor comienza a las 23:00 y se extiende hasta la 01:00. Hace una pausa para descansar hasta las 05:00. A esa hora se dirige a su puesto en el mercado 24 de Mayo donde permanece hasta las 13:00. En la tarde, atiende a su madre de 86 años, que todavía recuerda los aliños que se utilizan para la preparación.

De hecho, cuando se acuerda de algún otro condimento, se lo hace saber a su hija. Doña Charito suele ir acompañada de su hija, Consuelo Ormaza, quien es ingeniera en Administración de Empresas. Aunque ella le ayuda en la venta, no continuará con este oficio, porque tiene otros proyectos de vida que Rosario apoya sin condiciones. Aun así, le enseñó el arte de la preparación del horando “por si acaso cambie de parecer en algún momento”.

Su esposo falleció hace varios años. En ocasiones, debe cargar sola las pailas con el mote y maíz tostado. Aunque el trabajo no es fácil, ahora está más motivada gracias al premio alcanzado en esta cita gastronómica.

El Campeonato Mundial del Hornado se ha convertido en una oportunidad para resaltar las artes culinarias de uno de los platos más cotizados del país.

La historia del hornado

Un estudio realizado por Cristina Robalino de la Universidad Técnica Equinoccial (UTE) revela que este plato nació hace varios años en Ambato. Desde allí se extendió al resto del Ecuador. Cada región le ha puesto su sazón. Por eso, existe el hornado pastuso o el hornado de Riobamba.

Según esta investigación, la primera mujer que preparó el manjar fue doña Clarita, dueña de la receta original del chancho cocido en horno de leña.

La primera vez que lo elaboró fue para una reunión familiar, y se le ocurrió que podía quedar bien cocinándolo en el horno de leña, donde se hacía el pan. Después de que los familiares comieron el suculento plato, le sugirieron que debía ponerse un negocio y venderlo.

Su local estaba ubicado donde hoy es el Mercado Modelo de Ambato. Clarita tiene ahora muchas sucesoras. Cada una tiene sus secretos para deleitar a los comensales. Los secretos de doña Rosario Tabango están bien guardados.

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