Hasta la noche del pasado domingo 24 de febrero, ‘Zero dark thirty’ (conocida en Latinoamérica como ‘La noche más oscura’) era una de las candidatas para llevarse el Oscar a la mejor película.

Además tuvo a su directora Katrhyn Bigelow como nominada a la estatuilla dorada, que ya había ganado en 2009 por ‘The hurt locker’, y Jessica Chastain como actriz protagónica.

Esta última obtuvo el reconocimiento con el Globo de Oro por su trabajo en ‘Zero dark thirty’.

La película que se filmó en 2012 se estrenó el 12 de diciembre del mismo año en Los Ángeles y se exhibió en las demás cadenas de cine desde el 11 de enero del año siguiente.

Tras 366 días de su debut en Los Ángeles, el filme llega a las salas de cine ecuatorianas.

Se trata de una cinta, que en casi tres horas (exactamente 160 minutos) el espectador se sumerge en un mundo de tensión, enredos y traiciones propios de la cacería de un terrorista.

Y claro, ‘Zero dark thirty’ no es más que el relato que hace Bigelow sobre la persecución a Osama Bin Laden.

Lo maneja bien desde el principio con un ‘flashback’ solo de audio acerca de lo que ocurrió el 11 de septiembre de 2001, cuando cayeron las torres gemelas. De hecho es una imagen perennizada y global que descansa en la memoria humana, al punto de recrearla con solo cerrar los ojos mientras se escuchan los desgarradores gritos.

Por eso Bigelow no muestra nada y los primeros minutos del filme son con la pantalla en negro y solo se escuchan frases sueltas de algunos de los protagonistas de aquella tragedia.

Hasta ahora el filme es cuestionado por la tortura que se expone en la pantalla, según el guión de Mark Boal.

De entrada Ammar (Reda Kateb) es cruelmente interrogado en Pakistán porque está vinculado con un mensajero de Bin Laden. Allí Dan (Jason Clarke), un agente de la CIA, lo tortura psicológicamente y físicamente.

Y aunque Dan es cruel para sacar información es también un humano sensible que, incluso, pide irse de Pakistán y se niega a interrogar a más detenidos. También es vulnerable con los monos que tiene como mascota.

Otro aspecto es que la cinta está plagada de actores, entre buenos y malos, según el desarrollo que es largo, denso y dividido por capítulos.

Chastain es el personaje central. Interpreta a una ficticia Maya, agente de la CIA, quien se obsesiona con acceder a Bin Laden y ajusticiarlo.

Es evidente el mérito del guionista del reparto y, sobre todo, de la narradora. Obviamente de Bigelow, que exprime con habilidad y mucha inteligencia los recursos de los que dispone.

Todos los intérpretes cumplen y convencen, entre ellos, Mark Strong, Jennifer Ehle, el ahora fallecido James Gandolfini, Joel Edgerton y más, pero es Chastain, quien sostiene el peso de la película.

Su personaje intenta, durante 10 años, la captura de Bin Laden (vivo o muerto).

Definitivamente existen varios momentos memorables en el trabajo de Chastain, a veces calmada, parca o exasperada, según los resultados que obtenga en su búsqueda, y eso es también mérito de Bigelow, que sumerge al espectador a una ficción basada en dolorosos hechos reales, a través de ‘Zero dark thirty’, un filme muy mediático (accesible a los DVD originales o piratas), que llega a las salas locales con un año de retraso, quizás sin el mismo impacto que tuvo en su real estreno, pero con una historia imperdible.