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Érase una vez una sexy Brigitte Bardot que ahora defiende a los animales

Érase una vez una sexy Brigitte Bardot que ahora defiende a los animales
15 de octubre de 2012 - 00:00

Hablar de Brigitte Bardot es hablar, sin duda, de uno de los mayores mitos eróticos de toda la historia del cine; pero más allá de esta mitificación sexual podemos encontrar a una mujer que marcó toda una época con su particular rebeldía, con su provocativa libertad y con sus arriesgados estilismos.

Actualmente se la recuerda como una de las mujeres más bellas y provocativas que pasaron por el cine, mas su nombre también se asocia a la defensa de los animales, o por sus claras y directas opiniones sobre polémicos temas sociales que muchas veces la comprometen ante la opinión pública, particularmente cuando se pronuncia en temas relacionados con la inmigración.

Su extraordinaria belleza hizo soñar a miles y miles de hombres, tanto europeos como americanos, ya que era prácticamente imposible que una mujerona de tal calibre fuera obviada por la más poderosa industria del cine: lo curioso es que Brigitte desestimó varios proyectos y pocas fueron las veces que apareció en el cine americano.

Brigitte representó en Europa lo que Marilyn en América, siendo casi todos sus movimientos perseguidos e inmortalizados mediante el objetivo de una cámara.

Su fresca y juvenil imagen fue copiada por numerosas adolescentes, sirviendo de inspiración para muchos artistas que compusieron canciones en su honor, entre quienes se encuentran Bob Dylan o Serge Gainsburg que le dedicó la canción ‘Je T’aime’ a petición expresa de la actriz.

Durante la década de los 50 y hasta la muerte de Marilyn, la rivalidad entre ambas fue evidente, aunque ni ellas mismas lo supieran: enfrentamiento a la hora de conquistar al hombre, que muchas veces llegaba a preguntarse si tanto erotismo concentrado en un solo cuerpo podía existir en realidad, si podía una diosa del Olimpo convertirse en un ser terrenal.

Simone de Beauvoir, novelista y filósofa francesa, llegó a decir de ella: “Bardot no se preocupa en absoluto de la opinión que alguien tenga sobre ella. Come cuando tiene hambre. El deseo y el placer le resultan más convincentes que los preceptos y las convenciones. Hace lo que le viene en gana y eso es lo que perturba de ella”.

Dos semanas después de haber cumplido 78 años, nació en París el 28 de septiembre de 1934, la exactriz francesa volvió a llenar los tabloides con sus comentarios en los que miró hacia atrás y elogia su pasado, diciendo incluso que su vida debería ser vista como un ejemplo.

“Hice siempre lo que quise (...) Sé que tengo más ‘huevos’ que muchos hombres”, explica la exmusa del cine europeo.

“Podrían tomarme como ejemplo. Siempre he asumido lo que hecho o lo que he dicho”, subraya la protagonista de ‘Viva María!’ , cuya principal ocupación es la defensa de los animales.

Afirmando que ahora “solo aspira a la soledad”, Bardot estima que el mundo actual no le complace. “Como soy de naturaleza contemplativa, (la soledad) me va muy bien”, señala. Además, “el mundo actual no me gusta. Si fuera diferente, quizá viviría menos aislada”.

Evocando su carrera de artista, Bardot afirma que no se encontraba atractiva.
“Trataba de hacerme lo más bonita posible, incluso así me veía fea. Me costaba mucho salir, mostrarme. Tenía miedo de no estar a la altura de lo que se esperaba de mí”, declara el ícono de los años 50 y 60 con su papel en ‘Y Dios creó a la mujer’ (1956).

“Ahora, a mi edad, me da completamente igual. No quiero seducir, nada ni nadie”, recalca la exestrella, que confiesa que fue “literalmente aplastada por la fama”.

Brigitte nació en el seno de una familia burguesa tradicional. De niña soñó con convertirse en una bailarina de danza clásica y muchos fueron los años que dedicaría a este bello arte, que además de aportarle momentos inolvidables, le procuró unas piernas torneadas e interminables, que años después serían la envidia de muchas y causarían la admiración de otros tantos.

Con tal solo 16 años ya apareció deslumbrante en la portada de la revista Elle con una imagen que no dejó indiferente a nadie: mitad niña, mitad mujer. Sugerente y de una inquietante belleza natural y aniñada.

Esta portada llamó la atención del cineasta Roger Vadim (el primero de los cuatro esposo que ha tenido), que no se detuvo hasta conocerla. Él le abrió las puertas de la fama, una que se refleja en los 50 filmes que actuó entre 1952 y 1974. El resto es una historia conocida.

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