La opción de regular el transporte de busetas que cubren las rutas interprovinciales provocó malestar entre los transportistas formales.

Bolívar Bonilla, chofer y dueño de un bus de la cooperativa Caluma, desaprobó la acción de legalización aduciendo afectación e irrespeto al esfuerzo que realizan.

“En esta cooperativa tenemos 70 unidades nuevas y las estamos pagando con el diario trabajo, al permitir a las furgonetas nos perjudican”, criticó Bonilla.

El profesional lamentó también que otro problema fue la poca socialización del tema entre el gremio de transportistas. En Salitre, la postura de los choferes es similar a la de Bonilla.

Danny Arreaga, quien es parte de la compañía de transporte Las Delicias, insiste en que “todos tenemos derecho a trabajar”, pero con esto se sobrepoblará la actividad.

Lourdes Ruiz, pasajera de la cooperativa Caluma, indicó que los servicios deben tener competencia para mejorar. Reglamentarlos no lo percibe como algo nefasto.

La regularización de las furgonetas fue solicitada por el legislador Diego Vintimilla, y apoyada por la entonces asambleísta Rosana Alvarado, quien fue vicepresidenta de la Asamblea.

La propuesta fue incluida en la Ley de Reactivación Económica.

Sin embargo, Pabel Muñoz, presidente de la Comisión de lo Económico del Legislativo, informó ayer que los elementos que perjudicaban a los transportistas se retiraron del proyecto.

Al cierre de esta edición la Ley de Reactivación Económica fue aprobada en la Asamblea. Los transportistas, no obstante, advirtieron que se mantienen en alerta. (I)