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El Telégrafo
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El ministro de hidrocarburos aseguró que la compra de crudo para la planta es un proyecto que avanza y por el momento se realiza el análisis de todos los tipos de petróleo que se ofrecieron.

Refinería Esmeraldas resurge luego de 38 años

Foto: Fernando Sandoval/El Telégrafo
Foto: Fernando Sandoval/El Telégrafo
17 de diciembre de 2015 - 00:00 - Redacción Economía

Para Ecuador, la Refinería Esmeraldas, ubicada en la provincia que lleva el mismo nombre, es una instalación estratégica, sin embargo no se le dio mantenimiento durante 38 años. Aquello produjo derrames, contaminación y muertes, en muchos casos.

Esta realidad cambió luego de casi 4 décadas. Hoy, tras 7 años de procesos de rehabilitación y $ 1.200 millones en inversión, será reinaugurado el complejo petrolero que estará en capacidad de procesar 110 mil barriles de petróleo al día (BPD) y le permitirá generar al país $ 305 millones de ingresos adicionales  por el ahorro en compra de combustibles. Según el Gobierno Nacional, si no se hubiese tomado la decisión de rehabilitar este complejo, hoy habría sido una catástrofe para el país.

La refinería fue diseñada y construida entre 1975 y 1977 para procesar 55.600 barriles de petróleo diarios (BPD) y obtener productos derivados que cubran la demanda nacional. En 1987 se amplió a 90.000. Luego de 20 años, en 1997, amplió sus instalaciones para procesar 110.000 BPD; sin embargo, durante 13 años estuvo operando por debajo de su capacidad.

De acuerdo a Petroecuador, en más de 30 años, la Refinería de Esmeraldas no contó con un programa de paros oportunos que hubiese permitido mayor conservación de las diferentes unidades de proceso; a esto se sumó la falta de inversión de los gobiernos de turno y el desgaste propio de los equipos que provocaron que la capacidad de procesamiento de crudo baje a 90.000 barriles por día.

Después de que se realizó una evaluación del estado en que se encontraba la refinería, el Gobierno llegó a la conclusión de que era necesaria una intervención de gran magnitud para evitar que la planta llegase a un punto en que ya no funcione o cause un grave incidente. Por ello,  a fin de recuperar la capacidad operativa de la mayor planta industrial del país, en noviembre de 2007, el Presidente de la República, mediante Decreto Ejecutivo N° 766, declaró el estado de emergencia para la empresa pública Petroecuador, que involucró a todas sus actividades.

El gerente de Petroecuador, Álex Bravo, resaltó 3 puntos en la rehabilitación de la refinería: la renovación de equipos, la adquisición y desarrollo de hardware y software que permiten la operación electrónica y la capacitación del talento humano.

“Este proyecto se trata de una rehabilitación y no de una repotenciación”, puntualizó el gerente de Petroecuador y criticó la falta de mantenimiento en los equipos que durante años derivó en problemas, como la pérdida de capacidad productiva de derivados y condiciones de inseguridad para los trabajadores y la población.

Por ejemplo, en 2010 ocurrió un derrame de crudo que afectó al río Teaone y, en ese entonces, el Ministerio del Ambiente ordenó la remediación de las riberas.

El funcionario destacó que en el trabajo de rehabilitación participaron importantes empresas internacionales, como SK E&C (Corea); Eagle Burgman (Alemania); KBC (Inglaterra); Morley Parsons (Australia), entre otras.

Contaminación y afectaciones

La falta de mantenimiento y cuidado en la aplicación de las normas ambientales, por casi 40 años, produjo derrames de crudo y productos, contaminación y afectaciones, por ser una planta que no contaba con todos los beneficios tecnológicos y de control.

El proceso de modernización de la Refinería Esmeraldas tuvo como objetivo principal la restauración ambiental de 44 fuentes de  contaminación inventariadas hasta 2013. Aquello involucró la limpieza y rehabilitación del área afectada y la remediación del suelo contaminado.

Esta restauración ambiental contempla la limpieza y remediación de todas las piscinas de residuos contaminantes hasta 2017, con una inversión superior a los $ 18 millones.

El gerente de Petroecuador aseguró que la refinería se encuentra libre de desechos industriales peligrosos, como la dietanolamina y la sosa gastada, que son los desechos resultantes de la refinación.

Estos materiales tóxicos fueron enviados a las plantas de Sedibex en Francia y a la planta ATM en Holanda; hasta el próximo año se espera enviar cerca de 7.600 toneladas de los residuos. Es la primera vez en la historia que Ecuador exporta residuos industriales altamente tóxicos. Ahora Esmeraldas está libre de desechos industriales peligrosos.

Pasivos ambientales

Dentro del proceso de rehabilitación también se desmontó la planta de tetraetilo de plomo, que por 15 años estuvo fuera de operación en la Refinería Esmeraldas. Ese químico se utilizó hasta 1997 en el país para elevar el octanaje de las gasolinas y como compuesto antidetonante. Desde esa fecha, la planta quedó sellada con alrededor de 110 toneladas del producto, convirtiéndose en  uno de los pasivos ambientales más peligrosos y tóxicos del país. En 1997, debido a su alto nivel de toxicidad y a las altas concentraciones detectadas en la sangre de los habitantes de las urbes más pobladas del país, el Gobierno de turno prohibió su uso para la producción  de gasolinas.

Más de 122 mil metros cúbicos de suelo contaminado de los terrenos de la refinería fueron remediados y se utilizarán en programas de reforestación. Según datos de Petroecuador, publicados por la Agencia Andes, de estos suelos se recuperaron 180 mil barriles de crudo residual, el cual pasó a refinería para su procesamiento.

Por su parte, Carlos Pareja, ministro de Hidrocarburos, detalló que 6.000 trabajadores rehabilitaron la refinería y que hay un cambio notorio debido a que antes, incluso, había tanques parchados. Destacó que los trabajos dejaron 8.000 toneladas de chatarra, lo que demuestra el descuido que padecía el complejo que, si no se lo recuperaba, podría generar pérdidas para Ecuador.

“Es un  orgullo  para  Petroecuador  y para  Esmeraldas haber cumplido con la rehabilitación en los  tiempos establecidos y bajo las  condiciones  planteadas.  Los combustibles que se procesan en Esmeraldas son de alta calidad y podemos decir con satisfacción que tenemos los mejores combustibles de Sudamérica”, aseveró el ministro.

Inversión social

La empresa pública Petroecuador ha destinado desde 2011 un total de $ 137 millones para obras sociales. Entre estas destacan la construcción de 34 centros educativos, una escuela del milenio, 2 centros de salud para la ciudad y 50 kilómetros de vías pavimentadas.  

La empresa terminó la intervención en 5 áreas básicas para el bienestar de la población: educación, salud, agua potable, saneamiento y vialidad.

En educación se ejecutó la rehabilitación, reparación y ampliación de 34 centros educativos y la construcción de una unidad educativa del milenio.

En el área salud se edificó un centro de salud en la zona sur para los barrios aledaños a la Refinería Esmeraldas y otro se encuentra en construcción en la zona norte.

También se trabaja en la ampliación y actualización del Estudio del Sistema Regional de Agua Potable de Esmeraldas. Se construyeron dos lagunas de presedimentación en la planta potabilizadora de San Mateo, obras emergentes para que entre en funcionamiento el sistema de agua potable de Esmeraldas.

En saneamiento, Petroecuador entregó la ampliación y actualización del Estudio del Sistema de Alcantarillado, que contempla la construcción de la línea de impulsión, estación de bombeo, planta de tratamiento y redes. Actualmente avanza la construcción de estas obras, que incluyen una planta de tratamiento de aguas servidas en la isla La Burrera, lo cual disminuirá en 80% la contaminación de los ríos Esmeraldas y Teaone.

Estas obras beneficiarán a aproximadamente 85 mil habitantes de los barrios del sur de la ciudad de Esmeraldas. En tanto que el plan de vialidad incluye asfaltado de 50 kilómetros de calles para los 73 barrios aledaños a la Refinería Esmeraldas. (I)

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Testigos de varios incidentes

La rehabilitación da tranquilidad a los moradores

Vivir cerca de la Refinería Esmeraldas era sinónimo de alerta, dice Carmen Chila, quien recuerda que varias fueron las ocasiones en las cuales se vio obligada a evacuar ante un accidente en la estación.

Ella vive a menos de un kilómetro del lugar junto a su esposo y tres hijos. Por experiencia, sabe que los daños en la refinería eran constantes. Ahora, el cambio le proporciona tranquilidad.

Carmen trabaja en un restaurante ubicado a 20 metros de la refinería. Mientras termina su turno viene a su mente un incendio que le provocó temor. “Fue hace más de diez años, la refinería se incendió y teníamos miedo de que los escombros bajaran por el río y se nos llevaran la casa”. Ella confía en que con la rehabilitación los riesgos disminuirán. Cuenta que, de cierta manera, la gente se había acostumbrado a convivir con el peligro.

Así lo confirma Luis Pasti, un hombre de 65 años que habita en el lugar hace 3 décadas. “A la larga, terminamos aceptando la idea de que en cualquier momento puede pasar algo”, por ello enseñó a sus hijos a no asustarse fácilmente y a estar siempre atentos. “Hemos pasado varios sustos”, mencionó, pero al ver la transformación de la estación, asegura sentir alivio, pues el peligro ha disminuido.

Con 19 años, Andrea Rodríguez aprendió también a vivir en alerta. “Todas las cosas que antes pasaban, deseamos que ya se terminen”, dijo confiada de que los trabajos realizados para mejorar el funcionamiento de la estación tendrán efectos positivos para la zona. (I)

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