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Migrantes generan fuentes de empleo a través de la compra pública

Asociación de producción textil de Cayambe confecciona uniformes institucionales.
Asociación de producción textil de Cayambe confecciona uniformes institucionales.
Foto: cortesía / Sercop
27 de marzo de 2017 - 00:00 - Redaccion Economía

Para Eulalia Cuenca, emprendedora de Azogues, el 1 de abril de 2001 siempre será una fecha nostálgica. “Ese día me fui del país porque la economía estaba mal y no podían operarle a mi hijo”, cuenta.

Eulalia migró a Estados Unidos y vivió allí 12 años, tiempo durante el cual trabajó en varios oficios para reunir los $ 46 mil que necesitaba para la cirugía de su hijo.

Trabajaba en factorías, haciendo limpieza, ayudante de cocina. También estuve haciendo limpieza en las torres gemelas después del atentado, fue súper difícil trabajar ahí”.

Así como Eulalia, miles de ecuatorianos salieron del país. Según la ex-Secretaría Nacional del Migrante (Senami), hasta diciembre de 2010, 2,5 millones de ecuatorianos migraron en busca de oportunidades hacia algún país acogiente. En el capítulo ‘Movilidad humana’ del Plan Nacional del Buen Vivir se menciona que los países que más migrantes ecuatorianos recibieron son España (45,1%), Estados Unidos (28,6%) e Italia (7,9%).

Las cifras de salida del país se incrementaron coincidentemente con la crisis económica y social suscitada a finales de los noventa con el feriado bancario y el congelamiento de los depósitos.

De acuerdo con el estudio ‘Las cifras de la migración internacional’, publicado por la Flacso, las provincias del sur del país fueron las más afectadas con la salida de migrantes, Cañar encabeza la lista con el 8,51% de su población.

Luego de esta migración masiva, se dieron 3 factores que frenaron la migración y propiciaron el retorno de los ecuatorianos que estaban fuera del país: la imposición de la visa Schengen en 2003, la crisis económica internacional y la mejoría en las condiciones de vida en el Ecuador.

Para Natalia Tello lo mejor fue retornar al país luego de permanecer 16 años en España junto a su familia. “A mi regreso a Ecuador veo más empresas, ha mejorado la salud, el acceso al seguro social. Veo más fuentes de empleo”, señaló la emprendedora, quien trabajó en un restaurante en Madrid y con esa experiencia montó la cafetería Tereza en Cuenca.

Natalia también aprovechó una de las políticas públicas ejecutadas por el Gobierno Nacional para generar mecanismos de reinserción laboral y productiva dirigida a los migrantes ecuatorianos retornados, los Catálogos Dinámicos Inclusivos (CDI), y se habilitó para dar el servicio de catering y alimentación para instituciones públicas.

Los Catálogos Inclusivos, desarrollados por el Servicio Nacional de Contratación Pública (Sercop), son una herramienta de compra pública preferente e inclusiva para actores de la Economía Popular y Solidaria, microempresarios, artesanos y asociaciones productivas formadas por grupos sociales con acciones afirmativas como igualdad de Género, Intergeneracional, de Discapacidades, de Desarrollo Afroecuatoriano, del pueblo Montubio, de las Nacionalidades y pueblos del Ecuador y de los migrantes en retorno productivo.

Las propuestas fueron construidas en Quito hace 2 años en el Consejo Consultivo de la Igualdad, espacio impulsado por el Sercop para integrar a estos emprendedores. Para Santiago Vásquez, director del Sercop, los CDI buscan fomentar la participación de grupos minoritarios. “El trabajo del Sercop está encaminado a saldar esa deuda histórica”, afirmó.

Walter Encalada, presidente de la Asociación de Migrantes Eloy Alfaro, que actualmente tiene 153 socios, encontró en la compra pública una opción de trabajo para él y los miembros de la asociación. “Con nuestros compañeros hemos conformado 2 asociaciones productivas de la Economía Popular y Solidaria en las que nos dedicamos a dar los servicios de limpieza y alimentación a instituciones públicas y de forma privada”, manifestó.

Desde 2015, varias asociaciones de migrantes se han catalogado en la prestación de servicios de confección textil, preparación de alimentos y limpieza hospitalaria y de oficinas. De esta forma, los migrantes en retorno productivo son parte de las 12 mil unidades productivas, cada una con al menos 10 emprendedores, que ofertan al Estado de forma preferente.

Como el caso de la Asociación Multiservicios Javier Loyola (Asomuyola), de la provincia de Cañar, que cuenta con 53 socias y que presta sus servicios en la Universidad Nacional de Educación, Hospital Homero Castañeda, Parque Arqueológico de Ingapirca y en las instalaciones de CNT.

Azucena Chacón, representante legal de Asomuyola, cuenta que en 2014 empezaron como asociación pero que no tenían muchas oportunidades de desarrollo. “Gracias a las órdenes de compra que nos generan con el catálogo inclusivo estamos trabajando en toda la provincia”, señaló.

Otro caso emblemático en Cañar es la Asociación de Servicios de Limpieza Limpia Todo (Asoserlitod) que presta sus servicios en todas las oficinas del Registro Civil de la provincia. Gloria Miranda, migrante retornada y parte de la asociación, recuerda que salió de Ecuador en 1999 debido al congelamiento de depósitos en el Banco del Progreso. “Tenía 15 millones de sucres en el banco, era plata, los ahorros de toda mi vida. Pero después informaron que solo iban a devolver pasado los 25 millones de sucres, me quedé sin nada”, recuerda Gloria mientras se llenan sus ojos de lágrimas.

A su regreso Gloria formó la asociación Asoserlitod junto a otras migrantes y madres jefas de hogar, con quienes ofertan los servicios de limpieza y alimentación. “En el país tenemos oportunidades a través de los catálogos, porque gracias a ellos los pequeños emprendedores nos hemos dado a conocer”, manifestó.

‘Mi cushqui’: crédito productivo para emprendedores

Para completar el proceso de impulso a emprendedores y migrantes, el Sercop formó una red de 19 entidades del sector de finanzas solidarias, encabezada por BanEcuador, que brindan soluciones de liquidez monetaria a través del programa ‘Mi cushqui’.

En 2016, 8 cooperativas desembolsaron $ 1,5 millones  para financiar las órdenes de compra y de pago de 128 proveedores de Manabí, Chimborazo, Cotopaxi, Imbabura, Loja, Pichincha y Tungurahua.

En el primer caso, cuando un emprendedor tiene una orden de compra y necesita el dinero para iniciar el trabajo, puede acceder a un crédito en las cooperativas de ahorro y crédito o BanEcuador.

De la misma forma, en el caso de las órdenes de pago, los emprendedores solo necesitan el comprobante único de registro (CUR), documento financiero que garantiza el pago por el servicio o trabajo realizado. Una vez efectivizado el pago por parte del Estado, el crédito se liquida automáticamente y la deuda se cancela. (I)

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