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El Telégrafo
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El plan del Magap promueve el autoconsumo y una producción más limpia

Las granjas integrales producen unos 17 tipos de frutas y legumbres en Galápagos

Los agricultores de Galápagos cultivan en sus fincas productos perennes o de ciclo corto.
Los agricultores de Galápagos cultivan en sus fincas productos perennes o de ciclo corto.
Foto: Cortesía Magap
07 de septiembre de 2016 - 00:00 - Redacción Economía

Las granjas integrales son un modelo de producción en las islas Galápagos, donde los agricultores utilizan adecuadamente los recursos disponibles en sus fincas para sustentar el autoconsumo y el abastecimiento de productos locales.

En la región Insular, unas cien familias que se dedican a la agricultura mantienen fincas integrales, planifican su producción, implementan buenas prácticas de manejo agrícola y pecuario, y reducen el uso de agroquímicos para obtener una producción agrícola limpia.

En el sector Cerro Verde, en la isla San Cristóbal, está Carlos Mora. Él es un ejemplo de cómo los agricultores optan por desarrollar una granja integral. Se dedica a la crianza de cerdos y aves de traspatio. En una superficie de aproximadamente mil metros cuadrados produce tomate, pimiento, brócoli, col, alverjas, entre otras.

Mora cuenta que en el primer semestre de 2016 obtuvo una producción de 5.500 kg de hortalizas. Cuenta que antes de iniciar la siembra de cualquier cultivo, prepara la tierra con abonos orgánicos que le permiten fertilizar el suelo.

“Utilizo gallinaza mezclada con cáscaras de productos y otros residuos de mi finca. Para controlar las plagas, cerca de mi parcela siembro plantas aromáticas que repelen insectos”, dice el productor.

En la isla Santa cruz, un manejo similar del suelo es realizado por Cecilia Guerrero, docente que dedica parte de su tiempo a la agricultura. También prepara la tierra con abonos orgánicos y elabora biofertilizantes líquidos, a base de estiércol de animales y restos de plantas, frutas y otros elementos orgánicos que después de dos meses de fermentación los rocía a sus cultivos.

Adicionalmente, en dos hectáreas de terreno se dedica a la crianza de cerdos: tiene dos invernaderos, siembra hortalizas a campo abierto, posee cultivos perennes como banano y cítricos, además de especies maderables.

“Trato de tener productos que se comercializan en Galápagos como: pimiento, pepino, tomate, lechuga, banano, piña, entre otros; quiero una producción netamente integral, donde haya de todo y sea producida orgánicamente”, menciona.

Según el Censo de Unidades de Producción Agropecuaria de Galápagos publicado en el 2014, el 89% de los productores aplican fertilizantes orgánicos en sus cultivos, y el 11% productos sintéticos.

El registro se realizó a 755 personas que cultivan productos perennes (guineo, piña, naranja, limón, mandarina, papaya, aguacate), o de ciclo corto (maíz, yuca, sandía, tomate riñón, fréjol, papa, pimiento, melón, pepino). Los resultados del censo fueron publicados por el Consejo de Gobierno de Régimen Especial de Galápagos, con la asistencia del Ministerio de Agricultura, Ganadería, Acuacultura y Pesca (Magap) y el Instituto Nacional de Estadística y Censos (INEC).

En el territorio insular, el acompañamiento técnico que despliega el Magap se enmarca en el Plan de Bioagricultura para Galápagos, que prevé convertir a la agricultura en la principal actividad humana corresponsable de la conservación.

Comprende el apoyo técnico agrícola, clínico veterinario; asesoría en diseños prediales con eje agroecológico y recuperación del conocimiento ancestral de los productores para implementación de buenas prácticas de manejo en otras fincas. Por ejemplo, conservación y fertilización del suelo con  residuos de cosechas (en Santa Cruz), o abono orgánico a base de restos de pescado (en San Cristóbal).

Juan Carlos Guzmán, director provincial, afirma que la agricultura en Galápagos está en proceso de transición hacia la agroecología. “Asesoramos a 120 unidades de producción agropecuarias, de las cuales 96 son fincas integrales, que combinan cultivos de ciclo corto y perennes, y crianza de animales mayores, como el ganado bovino y animales menores, como cerdos y gallinas”.

Agrega que el acompañamiento técnico se basa en el intercambio continuo de conocimientos con los productores, con el fin de revalorizar los saberes locales, y promover un manejo agrícola y pecuario acorde a las condiciones insulares. También se trabaja en el fortalecimiento de mercados locales, con relaciones justas de comercialización entre agricultores y consumidores.

En San Cristóbal, parte de la producción que obtiene Carlos Mora la comercializa los sábados en la feria ‘Consumamos lo nuestro’, un espacio de comercialización creado por el Magap, en el que participan 17 productores y pescadores locales.

Cecilia Guerrero ofrece sus productos en tiendas y restaurantes de Santa Cruz, y forma parte del grupo de productores que comercializan a través de la ‘Canasta de productos locales’, creada como parte de la campaña de Producción y Consumo Local, e impulsada por agricultores, ganaderos, pescadores y 18 instituciones públicas y privadas.

Los agricultores venden en el Mercado Municipal de San Cristóbal, la Feria Libre de Santa Cruz, y a través de tiendas y restaurantes. Estos circuitos de comercialización disminuyen la dependencia de productos que llegan del continente y reducen el riesgo de ingreso de especies exóticas a Galápagos, además de mantener una producción agrícola limpia y sustentable. (I)

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