Quito y Guayaquil.-

El Gobierno presentará hoy la proforma del Presupuesto General del Estado (PGE). El presidente Lenín Moreno prometió hacerlo en esta fecha y aseguró que ahí se dará a conocer “la situación exacta de la economía del Ecuador”.    

Moreno ha advertido que el panorama del país es “difícil”. Que “no hay tal mesa servida”. No obstante, también ha señalado que pese a ese escenario “vamos a salir a adelante”.

El PGE será entregado a la Asamblea Nacional, pero su tratamiento se postergará hasta mediados de agosto cuando finalice la vacancia legislativa (del 31 de julio al 14 de agosto). Entrará en vigencia en septiembre. De los datos preliminares proporcionados en junio por el ministro de Finanzas, Carlos de la Torre, se conoce que el Gobierno aspira a reducir el déficit fiscal a 4,5% del Producto Interno Bruto (PIB) (ver infografía).

¿Es factible alcanzar esa meta? Sí es posible hacerlo, siempre y cuando se apliquen medidas de ajuste en determinados rubros, respondieron analistas abordados por EL TELÉGRAFO.

Freddy Llerena, Cristina Llerena y Andrea Llerena, de la firma consultora Económica, consideran tres  formas de conseguirlo. Una es la disminución del gasto de bienes y servicios de consumo considerando una priorización.

La segunda es con recortes al gasto de capital. Al respecto, De la Torre ha sido claro en decir que una de las medidas de austeridad será por esta vía, con la reducción de la inversión pública en infraestructura.

La última alternativa que recomendaron es que los subsidios existentes entren a una revisión en la cual se garanticen estos beneficios para la población objetivo y se generen ahorros para el Estado.

El decano de la Facultad de Economía de la Universidad Central del Ecuador (UCE), René Puga, también cree que el Estado podría lograr su objetivo si, además de las políticas de austeridad, se aplican medidas de orden tributario o arancelario debidamente focalizadas.

Otro mecanismo es por el lado de la reactivación del sector productivo, que se vea traducida en la generación de más fuentes de empleo. Ejemplo de ello es el empuje que se pretende dar a la construcción con el plan de vivienda.

La proyección de ingresos del presupuesto toma forma a partir de varios elementos fundamentales; el precio promedio del barril de petróleo es uno de ellos. Para 2016 se calculó un valor de $ 35 que resultó insuficiente porque el crudo llegó a niveles por debajo de los $ 20.

El ministro de Hidrocarburos, Carlos Pérez, dijo, días atrás, que se podría considerar un promedio de $ 40, dado que las estimaciones internacionales apuntan a que el petróleo no superará la barrera de los $ 50 en lo que resta del año.

Para los analistas establecer qué valor sería el indicado para Ecuador en este momento resulta una tarea compleja, precisamente por el contexto que vive el mercado petrolero.

En cuanto al Plan Plurianual de Inversiones, el secretario de Planificación y Desarrollo, Andrés Mideros, indicó en una entrevista televisiva que será de $ 5.454 millones para 2017. En cinco años se estima alcanzar los $ 28.000 millones.

Para los próximos cinco años también se prevén inversiones por  $ 55.000 millones, de los cuales $ 8.000 millones corresponden a créditos de la banca pública. Otros $10.000 millones provienen del sector privado y $ 1.000 más desde los Gobiernos Autónomos Descentralizados (GAD).

En Guayaquil, los analistas Guido Macas y Jorge García, quienes participan en el V Congreso Internacional de Economía organizado por la Espol, tienen sus propios criterios sobre la manera de financiar el presupuesto. El primero de ellos, que es profesor de Macro y Microeconomía en la universidad Ecotec, cree que la eliminación o reducción de gastos innecesarios es una de las opciones.

Recordó que la economía nacional viene de un proceso de depresión, lo cual afectó a sectores como la construcción, agricultura, comercio y turismo. “El problema para financiar la proforma no solo es el precio del petróleo. Este implica el 15% de todo lo que el Estado recibe”. A su criterio es preocupante lo que pasa con impuestos como el IVA, ICE, a la salida de divisas y otros. “Si una economía está endeble es obvio que los empresarios y ciudadanos no pueden aportar más. Los impuestos tributarios ya no crecen a la velocidad que demanda la economía”.

Respecto a la deuda con China estima que debe renegociarse a un plazo mayor y además buscar recursos del Banco Mundial o el Banco Interamericano de Desarrollo. Ir al FMI lo descarta, por cuanto atentaría contra los principios del movimiento Alianza PAIS.

García, docente de la Universidad Agraria y con una maestría en Finanzas de la U. de Belgrano, señala que este año no habrá mayores problemas porque el país se mantiene con un presupuesto prorrateado. Advierte que será a inicios de 2018 cuando habrá mayor preocupación. Coincide con Macas en cuanto a la reducción del gasto, pero es partidario de la emisión de bonos del Estado. “Este mecanismo ayudó al Gobierno pasado”, concluyó. (I)