Dentro del salón de 1.700 metros cuadrados, un rumor continuo, como zumbido de avispas, anunciaba que las conversaciones entre los empresarios marchaban según lo planificado.

Los vendedores gesticulaban, los compradores escuchaban, y sobre las mesas se exhibía un compendio de productos ecuatorianos: artesanías, papayas, chocolates, pijamas, snacks y más, provenientes de los 22 sectores que al país le interesa promover internacionalmente.

La tercera macrorrueda de negocios, organizada desde ayer por ProEcuador, espera reunir hasta hoy en el Centro de Convenciones de Guayaquil a 570 exportadores nacionales con 160 empresarios de 35 países  para lograr acercamientos comerciales con miras a concretar negocios a mediano o largo plazo.

La expectativa este año es ambiciosa: sobrepasar los $ 210 millones en ventas, pero no imposible a criterio del director ejecutivo de ProEcuador, Antonio Ruales. Los resultados de las dos citas anteriores apuntalan tal posibilidad. En 2012, la primera macrorrueda generó $123 millones y en 2013, $170 millones.

Por el lado de los participantes la oferta es diversa: empresarios de Dubái interesados en comprar atún, microempresas que ofrecen aceite de palo santo, artesanos de urnas fúnebres y productores de frutas exóticas como la pitahaya,  y la golden berry o uvilla.

Luis Valverde, viceministro de Agricultura, dijo que si bien Ecuador es el principal exportador de banano, cacao y brócoli, hoy busca nuevos espacios para productos no tradicionales. Los sectores van desde la acuacultura y la agroindustria hasta la metalmecánica.   

Luis Torralba, representante de la empresa Proalvi, de Guatemala, acudió para conocer la oferta ecuatoriana en perfilería de aluminio, cielos rasos, entre otros materiales. Su proyección es comprar mensualmente un contenedor de  20.000 libras a un precio por unidad de entre $ 2 y $ 3.

En su agenda del día tenía citas con empresas como Roftec, Acería  Los Andes, Ipac, Adelca, entre otras. Previamente, Torralba había mantenido conversaciones con varios empresarios y pudo notar que el industrial ecuatoriano  “sabe qué producto ofrece y qué calidad tiene”.

Calidad ecuatoriana

La política normativa implementada por Ecuador no es ajena para los compradores extranjeros. De hecho ha generado mayor expectativa en algunos mercados.

Gabriel Ciccodicola, representante de la empresa alemana Apimexa, con sede en Hamburgo, opinó que eso es “bastante interesante para nosotros, pues mientras las políticas sean más estrictas, aumenta la calidad y mientras la calidad sea mayor, crece la demanda”.

El interés de Apimexa, distribuidora para supermercados alemanes,  está centrado en frutas como banano, piña, mango y uvilla, así como en rosas.      

Ciccodicola señaló que el producto ecuatoriano goza de prestigio en la Unión Europea (UE) por las certificaciones con que cuenta, entre ellas la Global Gap (básica para ingresar a ese mercado), que tiene que ver con parámetros de fertilizantes usados en el cultivo.

Las previsiones de compras de esta empresa alemana es de 20 contenedores de piña, 40 de bananos, y 60 de mangos. “Estamos hablando mínimo de 1 millón de euros”, dijo.

A criterio de Juan Francisco Ballén, viceministro de Políticas y Servicios del Ministerio de Comercio Exterior,  la calidad es un derecho que tiene el consumidor y en este caso la agenda regulatoria implementada podría facilitar las negociaciones entre  empresarios ecuatorianos y compradores extranjeros.

Dubái, que por primera vez está presente en esta rueda, es uno de los países con mayores exigencias en materia de calidad, señaló Karla Moreira, ejecutiva de la exportadora de atún Asiservi, luego de reunirse con un miembro de su delegación.

Por temas de permisos y certificaciones, el negocio podría concretarse en el último trimestre de este año. Si bien las certificaciones de calidad que permiten a Ecuador ingresar a Europa ayudan a garantizar el producto local, en el caso de Dubái, deberán incluirse verificaciones en las plantas de producción.

Moreira señaló que hay países que no exigen la suficiente calidad en sus importaciones y reciben productos a menor precio, lo que perjudica al mercado.

Esta tercera macrorrueda cuenta con empresarios de Brasil, China, España, Estados Unidos, Reino Unido, Singapur, Suecia, Turquía, entre otros.