Tras un proceso de rehabilitación de aproximadamente 7 años, la Refinería Esmeraldas aumentó su rentabilidad en $ 305 millones anuales.   

Esto se traduce en un ahorro para el país por compra de combustibles, al disminuir las importaciones de gasolina en 17%, de diésel en el 15% y de gas licuado de petróleo (GLP) en e 10%. Ahora convierte diariamente 110 mil barriles diarios de derivados; 25 mil más que hace un año.

La unidad de ‘Craqueo Catalítico Fluidizado’ (FCC) ha llegado a funcionar hasta el 110% de su capacidad. Tal es así que la generación de GLP  aumentó de 390 a 620 toneladas por día, logrando abastecer al 27% de la demanda nacional. Igual ocurre con la gasolina súper cuya producción aumentó de 350 mil a 500 mil galones diarios.

Antes de la restauración, la planta industrial era ineficiente, cuenta Álex Bravo, gerente general de Petroecuador. En 2007, considerado el año más crítico, se hicieron 85 paradas emergentes, que equivalieron a una suspensión de actividades de 160 días y que implicaron $ 1,3 millones en pérdidas por día. Por aquel entonces, la continuidad operativa máxima era del 77%.

Durante la rehabilitación de la planta, mediante una inversión de $ 1.200 millones, se cambiaron 4 mil instrumentos cuyo peso alcanzó las 6.500 toneladas. Las piezas reemplazadas -entre las cuales se encuentran bombas, hornos y tuberías-, reposan en un chatarrero.

La intervención apuntó a lograr eficiencia, calidad y seguridad

En la FCC, considerada la unidad de operaciones más rentable, se colocó un nuevo reactor importado desde Corea y un regenerador traído de Houston. En esta infraestructura, se efectuó una intervención del 80%, lo cual permitió incrementar la producción diaria de 18 mil a 20 mil barriles.     

El control de calidad es otro aspecto que experimentó mejoras. El laboratorio de la refinería tiene acreditados 17 ensayos con la norma de calidad ISO 17025. Según su director, Henry Troya, la acreditación es clave para garantizar la calidad de los productos y para generar confianza en los consumidores.

Bravo enfatiza que el mayor logro no es el incremento en la producción sino el cambio cultural dentro de la planta. “Cada trabajador conoce los esfuerzos que se requieren para cerrar las brechas de rentabilidad y está comprometido en dar continuidad al proceso de cambio”.

A su vez, se priorizó la seguridad industrial. Por esta razón se invirtieron $ 14 millones en la adquisición de equipos como autobombas, ambulancias, hidrantes de alto caudal y vehículos especializados en el control de emergencias. Para capacitaciones relacionadas con prevención de incendios y primeros auxilios se destinaron $ 8 millones.

Hoy, en la Refinería, visitantes y trabajadores siguen un protocolo riguroso para minimizar riesgos. Los primeros resultados ya son visibles. En los últimos 18 meses, se alcanzaron 20 millones de horas-hombre sin accidentes.

El cuidado del medio ambiente recibió también un nuevo impulso en estos años. Una de las iniciativas consistió en remediar 153 mil 750 metros cúbicos de tierra contaminada. Además se exportaron para su tratamiento las 40 mil toneladas de sosa cáustica y dietanolamina almacenadas durante los 38 años de funcionamiento de la refinería.

El mismo destino tuvieron 198 toneladas de plomo consideradas pasivos ambientales. Para cerrar el ciclo de exportaciones de residuos peligrosos, Petroecuador construye una planta de tratamiento que será inaugurada a finales de 2016.

El Programa de Compensación Social trabaja en 80 barrios

Desde 2012, en Esmeraldas, Petroecuador está ejecutando obras dirigidas al mejoramiento de las condiciones de salud, educación, vialidad, agua potable y saneamiento de la población. Hasta el momento se ha invertido $ 137 millones en proyectos que son ejecutados y fiscalizados por Ecuador Estratégico.

Desde 2014 se construyen 50 kilómetros de vías que benefician a más de 68 mil habitantes.

La obra, que se encuentra al 50% de avance, incluye la colocación de geomembranas, tres capas de material pétreo y asfalto. Además se construyen bordillos y se funden aceras. Producto de esta gestión, los barrios intervenidos no tuvieron inundaciones por lluvias este año.

Tomás Véliz, un morador del barrio Cooperativa Monseñor Leonidas Proaño, cuenta que las casas antes se encontraban atrapadas entre el lodo y el monte: “Era casi imposible caminar. Ahora la obra está bien hecha, la excavación tiene un metro de profundidad”.

El asfaltado se complementa con la rehabilitación del sistema de agua potable y alcantarillado. La intervención se concentra principalmente en redes terciarias y de abastecimiento doméstico. Así se han corregido varias conexiones clandestinas.

Para Paulina Donoso, jefe de Responsabilidad Social y Relaciones Comunitarias, además de mejorar la calidad de vida de la población, las obras permiten ordenar la ciudad. “Con las vías construidas, los barrios tienen un trazado que evita el crecimiento informal”, comenta.

También se rehabilitaron 34 escuelas y construyeron dos centros de salud tipo C en los barrios San Rafael y las Palmas. El primero se inauguró hace un año y el segundo entrará en operaciones en un mes. Cada uno de estos dispensarios médicos tiene capacidad para atender a 20 mil personas al día. (I)

DATOS

25 mil barriles adicionales de derivados, 20% más de gas licuado de petróleo y 15% más de naftas produce la planta industrial a partir de su rehabilitación.   

$ 137 millones se destinan al Programa de Compensación Social para los barrios aledaños a la Refinería. Las acciones se centran en salud, educación, vialidad, agua potable y saneamiento.

62 fuentes de contaminación fueron eliminadas entre 2010 y marzo de 2016. El área rehabilitada es de 456.742 metros cuadrados, que representa un costo ambiental de $ 5.731.144.   

Entre 1975 y 1977 se construyó la Refinería para procesar 55.600 barriles de petróleo diarios (BPD). En 1987, su capacidad aumentó a 90.000 BPD. Luego de 20 años, en 1997, se ampliaron sus instalaciones para procesar 110.000 BPD. Durante 13 años, sin embargo, la Refinería operó por debajo de su capacidad.

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Acuerdos con Colombia y México

Pareja busca reunión previa a cita en Catar

El ministro de Hidrocarburos, Carlos Pareja, viajó ayer a Colombia y a México en busca de apoyo para celebrar una reunión regional sobre la caída de los precios del petróleo, antes de la cita entre países OPEP y no OPEP del próximo 17 de abril, en Catar.

“Venezuela y Ecuador concuerdan con la propuesta de congelar la producción de petróleo a nivel mundial. Si se logra llegar a un acuerdo con Colombia y México, se podrá efectuar en Quito, el 8 de abril, la reunión de Ministros de Hidrocarburos y Cancilleres de Latinoamérica y el Caribe, en la que se espera concretar una idea conjunta de la región para ser llevada a Catar”, declaró Pareja en una rueda de prensa realizada en la Refinería.

La reunión de ministros latinoamericanos de hidrocarburos estaba prevista para el 11 de marzo en Quito; sin embargo, un día antes, esta se pospuso por cuestiones de agenda de varios participantes, sin concretarse una nueva fecha.

En la mañana, el ministro Pareja fue recibido por Lorena Gutiérrez, ministra de Minas y Energía de Colombia; y, en la tarde, se reunió con autoridades de la Secretaría de Energía de México.

“Somos optimistas de lograr un acuerdo que permita llegar a un precio de petróleo que genere utilidad para todos. Ningún país productor, grande o pequeño, está listo para soportar los precios actuales. A todos nos interesa cambiar la realidad actual del mercado internacional”, aseguró Pareja. (I)