Los chefs de alta cocina aseguran que todas las hierbas tienen un propósito: realzar el sabor característico de cada alimento sin anularlo. Durante siglos, estas han cumplido un papel vital en la cocina, porque contribuyen a conservar los alimentos y a hacerlos más apetecibles y digestivos.

Se cultivaron en las antiguas civilizaciones de Asiria y Babilonia, las comieron los egipcios y sus esclavos, y los romanos las añadieron a prácticamente todo lo que cocinaban.

Las hierbas aromáticas y las especias pueden ser utilizadas en muchos alimentos, desde las ensaladas a las carnes, pescados y dulces. Uno de sus beneficios es que no suman calorías, por lo tanto, son ideales para mantener el peso. Incluso especias como el chile o la mostaza son un aliado perfecto para ayudar a perder peso, gracias a su capacidad para aumentar el efecto térmico de los alimentos en las horas siguientes a su ingestión.

Incluso hay hierbas y especias como el azafrán, la pimienta y el curry que son buenas para controlar los niveles de tensión arterial.

Las hierbas y especias pueden sustituir a la sal (reduciendo el aporte de sodio) y son un complemento perfecto para evitar la retención de líquidos en el cuerpo. Al reducir los niveles de tensión arterial, también disminuyen los riesgos de padecer problemas cardiovasculares.

Cada hierba tiene una propiedad. Así, por ejemplo, la albahaca se puede añadir a ensaladas, pasta y guisos. Al mismo tiempo, es buena para aliviar los dolores reumáticos. El orégano, en cambio, se puede añadir a ensaladas (combina muy bien con el tomate), salsas, caldos y pizzas; por otro lado es un buen expectorante. En el blog Sabor Mediterráneo se advierte que en Francia e Italia las hierbas son el condimento más importante e imprescindibles a la hora de aromatizar un plato, utilizándose de una forma rica y variada. Por ejemplo, en la bullabesa, que es uno de los platos que los extranjeros consideran más típicamente mediterráneos, se emplean ni más ni menos que 5 hierbas: perejil, tomillo, hinojo y laurel.

Tanto en Italia como en Francia y España, el orégano, la ajedrea, el tomillo, el romero y la mejorana integran una mezcla básica en muchos platos con tomate, guisos y asados de carne que huelen de esta forma a campo y a monte. Dulces, con matices anisados, encontramos el estragón, el hinojo, el perifollo (entre anís y perejil), el eneldo, insustituible en marinados de pescado.

En Italia, la hierba preferida es la albahaca, imprescindible en la elaboración de la salsa al pesto. En Grecia, el orégano, aunque también se emplea mucho el zumo de limón. Desde una simple chuleta de cordero hasta la salsa avgolemono, el ácido zumo del limón confiere a los alimentos un sabor único.

En Turquía, las preferidas siguen siendo la hierbabuena y el perejil, quizá la de uso más extendido en todo el Mediterráneo y Oriente Medio y pareja inseparable del ajo en los platos a base de carne. En estos países le sigue en popularidad la menta, presente en el famoso té a la menta y en multitud de postres. En Marruecos, Túnez o Egipto se utilizan el cilantro, el comino y el azafrán, también los chiles (pimientos) de forma abundante; con ellos se elabora la “harissa” una salsa picante, que es el condimento típico de Túnez.  La “harissa” se obtiene de triturar pimientos rojos dulces y picantes con ajos prensados, cilantro y comino. La pasta resultante se cubre con aceite de oliva y se deja reposar por 12 horas antes de servir. Se presenta en forma de pasta de color rojo y sabor picante.

Según Carmen Granda, estudiante de gastronomía, una de las hierbas más utilizadas en Ecuador es el romero. Se considera que es una hierba perfecta para adobar las carnes, dejando en ellas un toque realmente exquisito. En relación con las propiedades que tiene para la salud, hay que destacar su alto contenido en antioxidantes, que resulta positivo para evitar la degeneración de la vista y además, mejora la memoria.

También está el cilantro que aporta al organismo vitaminas A, C, K y minerales. “Personalmente a mí me agrada el orégano, lo utilizo principalmente, en pastas y pizzas, puede también ser perfecto para arroces y papas cocinadas”. Su aporte nutritivo más especial se centra en sus propiedades antibacterianas, así como en la serie de antioxidantes que contiene. Para aprovechar los beneficios que ofrecen las hierbas, lo ideal sería tener un huerto en casa. En pequeñas macetas se puede utilizar las semillas de estas plantas que se adquieren en mercados y tiendas especializadas.