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Una obra 'entierra' a la civilización contemporánea

El elenco está integrado por Javier Pérez, Alejandra Juárez Aguilar, Juan Lautaro Veneziale y Luis Miguel Cajiao.
El elenco está integrado por Javier Pérez, Alejandra Juárez Aguilar, Juan Lautaro Veneziale y Luis Miguel Cajiao.
Foto: Carina Acosta / El Telegrafo
30 de marzo de 2017 - 00:00 - Redacción Cultura

Sobre un escenario lleno de pequeños bloques de madera, tres hombres y una mujer cuestionan sus temores, sus dolencias afectivas, sus sesgos morales... Desde el recuerdo y las experiencias personales interpelan al machismo, al autoritarismo y a las posturas separatistas.

Se los nota hastiados, a ratos cansados y, otras veces, esperanzados.  Son sujetos en pleno tránsito. Pero a la par que ‘entierran’ con la palabra lo que más les duele, también miran el futuro con ojos frescos. Están dispuestos a renunciar a aquello que no les permite ser más libres y éticos con su entorno.

La obra Funeral para la idea de un hombre es una suerte de tratado sobre la época actual, en la que cada uno de los intérpretes desmenuza nociones caducas de la realidad que no permiten a la sociedad pensar en un mundo distinto.

En este trabajo actúan, bailan y se expresan de diferentes formas con el cuerpo un grupo de artistas jóvenes que trabajan en varias disciplinas. Ellos son: Alejandra Juárez Aguilar, Javier Pérez Caicedo; Luis Miguel Cajiao y Juan Lautaro Veneziale. La obra se estrena hoy en el Teatro México de Quito (calles Tomebamba y Antisana), a las 19:30, y tendrá otras funciones mañana (19:30) y el sábado (17:00 y 19:30).

Un colectivo interdisciplinar

La idea original de esta propuesta escénica es del colectivo Funeral para una idea, compuesto originalmente por Javier Pérez y Luis Miguel Cajiao, ambos de Ecuador. La agrupación invitó al chileno Javier Díaz Dalannais para que dirigiera la primera obra de este grupo interdisciplinario, en la que se juntan las artes circenses, la actuación y la danza contemporánea.

“Entre diálogos con el equipo surgió la idea de hacer un funeral para la civilización contemporánea, partiendo del propio funeral del elenco de la obra. Cada uno de ellos escribió un testamento en el que detallan sus últimos deseos y lo que quisieran enterrar. Esos textos fueron convertidos en la dramaturgia de Funeral para la idea de un hombre”, dice el director de la obra.

Los textos que el elenco escribió se fueron acomodando a un discurso final que tiene que ver con la crisis de la representatividad. “Hay todo un sistema caduco a nivel de la representatividad, es muy difícil que nos sintamos representados por algo, por alguien. Ese sistema caducó y, creo yo, eso sucede más hoy en día, sobre todo acá, que están próximos a elegir un nuevo presidente”, apunta Javier Díaz.

Luis Miguel Cajiao, quien viene de las artes circenses, aportó en la obra con los bloques con los que entrena a diario. En el escenario, estos artefactos constituyen un personaje más de la obra, pues no se deja de interactuar con ellos. “Los bloques son elementos que construyen casas, sociedades, caminos, una identidad, un pasado y un futuro. Pero también deconstruyen todo el tiempo”, dice Luis Miguel.

“La  imagen poética con el uso del objeto (los bloques) apareció en el proceso de construcción de la obra.  Más allá de ser un elemento decorativo, entró en un proceso de significación dentro de nuestra interacción en función del discurso de la obra”, dice Javier Pérez, quien siente importante haber sido uno de los fundadores del colectivo en este momento “histórico a nivel del arte escénico nacional, que ha crecido en los últimos años”.

El colectivo Funeral para una idea -con integrantes de México, Ecuador, Argentina y Chile- concibe al trabajo escénico como un hecho comunitario y político. En su primer montaje los discursos que cuestionan con mayor especificidad son el de la migración, el trato hacia las mujeres y el hartazgo social.

La bailarina mexicana en danza contemporánea, Alejandra Juárez, quien el próximo 4 de julio cumplirá un año de residencia en el país, siente que el discurso que transmite la obra es el de “no rendirse, levantarse en silencio sin que nadie lo note, pero con fuerza”. Sobre el cuerpo de Alejandra, que se mueve incansablemente sobre el escenario,   hay un funeral para la idea de la mujer oprimida. Hay emancipación.

“Todos nos correlacionamos por ser artistas,  trabajar con el cuerpo y ver el mundo poéticamente, pero cada uno tiene una especialidad diferente, y eso enriquece el diálogo”, dice el actor argentino Lautaro Veneziale, quien también hace malabares y se ha formado artísticamente mientras viaja para “luego instalarme en un lugar y estallar”, tal y como lo hace en esta obra.  (I)

Datos

La dirección y dramaturgia de la obra está a cargo del chileno Javier Díaz Dalannais. Actúan en la obra Alejandra Juárez Aguilar (México); Javier Pérez Caicedo (Ecuador); Luis Miguel Cajiao (Ecuador); y Juan Lautaro Veneziale (Argentina).

El diseño de la iluminación es de Gerson Guerra, y el Arte de Chullaidea / QuitoStreet.

El colectivo Funeral para la idea de un hombre es un proyecto escénico interdisciplinario e internacional, en el que se mezclan varias disciplinas escénicas, como el teatro, la danza, la música y el circo.

El grupo está conformado por artistas de México, Argentina y Ecuador. Ellos buscan “desarrollar y desdibujar las fronteras, así como el lenguaje que las separan, tomando como punto de partida el cuerpo, eje fundamental del trabajo escénico”.

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