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Quijotes negros inicia con un sanjuanito de Luis Gonzalo Achig

Sancho (d) fue interpretado por el actor Patricio Garrido, quien actualmente dirige varios grupos musicales.
Sancho (d) fue interpretado por el actor Patricio Garrido, quien actualmente dirige varios grupos musicales.
Foto: tomado de quijotesnegros.com
24 de julio de 2017 - 00:00 - Redacción Cultura

Un Sancho criollo aparece en la gran pantalla, sobre una montaña y a nivel del mar, luego de una década de  rodaje de la película ecuatoriana Quijotes negros. Al estreno le precedieron un par de proyecciones de cortes que no eran finales, en los cuales se recaudaron fondos para la postproducción de lo que el esmeraldeño Sandino Burbano, su director, define como una “tragicomedia con un aliento de farsa”.

El rodaje duró 44 días, le contó Burbano a un grupo de espectadores en el cine Ochoymedio, de Quito. La historia presenta, en tono de parodia, a un Don Quijote y Sancho Panza ecuatorianos, cuya intención narrativa es revelar “insatisfacciones del inconsciente colectivo de la población marginal” de una forma provocadora, enmarcada en un realismo mágico que el actor Alfonso Espinosa —quien vio la obra en su preestreno, el 18 de julio pasado— definió como “fábula grotesca”.

“Estaba un poco cansado de que compararan la obra con las de Jodorowsky o Buñuel; me alivia que la asociaran con Underground, de Emir Kusturica”, le dijo el director a sus espectadores. “En estos 10 años han cambiado cosas, incluso en lo personal, y la película me sorprende. Considero que el momento de exhibir una película tiene que ver con el nivel de decencia que alcance la propuesta”, añadió.

La postproducción de Quijotes  negros estaba programada para un año después del último día del rodaje, pero se postergó por cuestiones económicas, explicaron los realizadores. “También hay que decir que cada cosa tiene su tiempo”, dijo el director antes de recordar que su obra fue elegida como Mejor largometraje nacional en el Festival Latinoamericano La Casa Cinefest, con voto del público y, en 2016, el filme ganó el Premio a mejor película internacional en el Festival Internacional de Cine Fantástico de Mar del Plata.

“El producto mestizo” del que habla Burbano incluye la búsqueda de un romance, el secuestro de la Reina y Princesa de España, un viaje transandino y una extorsión que tendrá como móvil aparente el que la Corona española devuelva lo que los conquistadores se llevaron de América durante la Colonia.

Burbano aclara que sus intenciones no tenían que ver con lo étnico, pero “que el Quijote y Sancho mestizos son el resultado de un traumático proceso histórico, que incluye resentimientos”.

En la página web de la película aparece la leyenda “Apta para adultos en compañía de un niño” y, durante la proyección, una infante le preguntó a Burbano cuál fue su inspiración. El cineasta confirmó que su afán no era hacer una versión directa de la novela de Cervantes, pero sí tomó al hidalgo cervantino y a su fiel compañero para la parodia, en la que aparecen de forma desdibujada, apenas reconocible.

“Si las aspiraciones más íntimas de Sancho, como el porquerizo analfabeto que era, hubieran podido ser descritas, quizás habrían sido parecidas al de este personaje”, explicó el realizador, hijo de un poeta y docente esmeraldeño que lo acercó al Quijote literario.

“Me pareció coherente que sean un Quijote y un Sancho mestizos quienes se acercaran a cumplir una utopía histórica”, dijo el cineasta,  pese a que la idea de pedir la devolución del oro de la Conquita es del personaje “enano” que motiva a Sancho a buscar, en la Iglesia de San Francisco, a quien pudiera ser su amada “porque, las mujeres que van a misa son buenas y rezan”. El “enano” es quien impulsa la historia, confirmó Burbano.

Los actores tras la historia

Dos intérpretes de esta historia       —Mónica Mancero, la Princesa, y Annie Rosenfelt, la Reina— deciden raparse para corresponder al cariño que les tienen sus secuestradores, pareciéndose a ellos. Rosenfelt explicó que, en el rodaje, varios miembros del equipo de producción también se raparon, como forma de solidarizarse. “Creo que la actriz es la materia prima con la que un director moldea su obra, entonces había que conectarse con lo que quería, incluso en detalles sutiles”, confesó.

Una escena del corte de cabello no fue usada en la edición final, pero la conmoción que causó en las actrices está integrada en otras escenas, contó la intérprete de la Reina de España. Mancero también revisó el guión y tuvo que asumir el reto de su cambio estético.

El actor Alberto Cuesta, intérprete de “El Quijote” —quien incluso llega a pelear con Sancho por el amor de dos mujeres—, recordó que, mientras formaba actores en Cayambe, Ibarra y Otavalo, conoció a parte del equipo del largometraje. Sandino Burbano le propuso después hacer “un protagónico”, algo que era uno de sus sueños.

“Estos personajes son esperpénticos y de una gran inocencia; ridículos y fantásticos, sí, pero el arte devela las experiencias de sus autores cuando se muestra. Considero que debo actuar de forma orgánica porque, de otra forma, esto no saldría”, concluyó Burbano. (I)

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