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Hace una década la normativa se publicó en el registro oficial

La Ley de Cine nació gracias a la autogestión

La Ley de Cine nació gracias a la autogestión
03 de febrero de 2016 - 00:00 - Redacción Cultura

Cada historia, de factura nacional, proyectada en la gran pantalla tiene tras de sí el trabajo de varias personas, quienes han estado vinculadas a un sector cultural que ha sobresalido por su capacidad organizativa y de autogestión. El resultado de estos esfuerzos se evidencia, por ejemplo, en filmes como La Tigra (Camilo Luzuriaga, 1990); Ratas, Ratones y Rateros (Sebastián Cordero, 1999); o Qué tan Lejos (Tania Hermida, 2006) que sorprendieron por su gran convocatoria en salas.

Entre los antecedentes que motivaron a los cineastas a exigir al Estado que incentive la producción audiovisual estuvieron las cifras de taquilla de películas nacionales realizadas antes de la vigencia de la Ley de Fomento del Cine Nacional —publicada en el Registro Oficial un día como hoy, hace 10 años. Por ello se creó el Consejo Nacional de Cinematografía (CNCine) y el Fondo de Fomento Cinematográfico (FFC) que este gestiona.

Más que un fondo, el FFC —que se otorga mediante concurso público— es “un proyecto de asignación de recursos del presupuesto general del Estado”, le dijo Ana Rodríguez, viceministra de Cultura y Patrimonio, a este diario. “La Ley de Finanzas Públicas prohíbe que haya fondos —aclaró la funcionaria—”. El FFC ha asignado incentivos a la producción fílmica a través de 9 convocatorias, efectuadas hasta el año pasado.

En 2016, el CNCine cuenta con $ 1’500.000 para recursos de inversión, lo que significa una reducción del 59,6% del presupuesto, en relación a los $ 3’715.000 que recibió en 2015 y, por lo cual, suspendió la convocatoria del Fondo, garantizando que los compromisos pendientes del FFC sean atendidos con normalidad. “En cultura hay que mantener el 5% de utilidades del Banco del Estado”, recordaba Rodríguez en cuanto a las asignaciones presupuestarias para el sector.

También hay acuerdos sobre un porcentaje del ICE (Impuesto a los Consumos Especiales), de consumos audiovisuales por internet; y otros incentivos que están anclados a la Ley de Régimen Tributario, como la deducción de gastos por publicidad, más la cooperación internacional u otras fuentes. La experiencia del CNCine, en este marco, se recogería en la Ley de Culturas que está para segundo debate en la Asamblea.

Los insumos de este articulado hablan de una reestructuración, a partir de la cual un Subsistema de Artes e Innovación incluirá los estímulos y auspicios asignados por el Estado. Es decir, al FFC y al CNCine, que pasará a ser un instituto —con fines técnicos— aunque puede conservar su nombre.

En 2015, el Fondo asignó un monto de $ 1’800.000 repartido entre 4 categorías: Producción cinematográfica y audiovisual, Fomento a la circulación cinematográfica, Fomento a la cultura cinematográfica y Fomento a la producción cinematográfica intercultural.

Productores, guionistas, camarógrafos, sonidistas, directores, actores y creativos que intervienen en la cinematografía son, quizá, los mejor organizados en cuanto a actividad artística se refiere. Por citar un ejemplo, no hay un consejo del teatro o de la danza, pese a la presencia de gremios en estas disciplinas.

En torno al cine, la actividad sigue siendo constante. La semana pasada, por ejemplo, la Corporación de Productores y Promotores Audiovisuales del Ecuador (Copae) presentó los tráileres de 8 películas que se estrenarán este año.

Varios miembros de la Copae estuvieron involucrados en el proceso de la ley que hoy cumple una década y que establece la creación de líneas de crédito pensadas para la producción cultural, con condiciones especiales de reembolso, para que el productor disponga de otros recursos y no solamente de unos fondos no reembolsables, como el FFC. Actualmente, no hay un recurso legal para proteger dicho Fondo, cuya primera reducción fue de un 19% entre 2013 y 2014.

El cineasta Camilo Luzuriaga recordaba que lo que se puede llamar primeras propuestas de ley de cine datan de mediados de los 70, años en que él abogó porque esa normativa fuera aprobada por el Congreso, junto a César Carmigniani y Roberto Frisone.

La propuesta del director incluso contuvo la idea de profesionalización de los oficios del sector —los cuales son, en su mayoría, ejercidos de forma independiente— y la industrialización del cine nacional. (I)

Datos

Hoy se celebra el décimo aniversario de vigencia de la Ley de Fomento del Cine Nacional. La existencia de un cuerpo legal y una institucionalidad para el fomento del sector cinematográfico y audiovisual fue posible gracias a la gestión de los cineastas que, desde hace décadas, impulsaron su promulgación, que se hizo realidad el 3 de febrero de 2006, a través del Registro Oficial.

Esta ley creó un Fondo de Fomento Cinematográfico (FFC), herramienta que permite que recursos económicos del Estado ecuatoriano impulsen el desarrollo del cine nacional, en sus diferentes ámbitos: fomento a la producción, fomento a la circulación y fomento a la cultura cinematográfica.

Entre 2007 y 2015 el Consejo Nacional de Cinematografía (CNCine) incentivó, a través del Fondo de Fomento Cinematográfico, la producción de 390 proyectos.

LEA AQUÍ LA LEY DE FOMENTO DEL CINE NACIONAL

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