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La Caracola editores cumple 10 años y los celebra con 7 obras en proceso

La Caracola editores cumple 10 años y los celebra con 7 obras en proceso
26 de abril de 2017 - 00:00 - Redacción Cultura

La Caracola editores nació hace una década con la intención de promover la literatura nacional, sin que le cueste un centavo al autor la publicación de su obra. El sello le ha apostado a todo tipo de géneros literarios, incluidos el teatro y el ensayo, los cuales han estado marginados en el mapa editorial ecuatoriano. Autores consagrados y jóvenes promesas de las letras actuales han formado parte del catálogo de la Caracola, la cual está comandada por una tríada de entusiastas escritores: Yanko Molina, Juan Carlos Arteaga y Andrés Cadena.

En 2017, La Caracola editores cumple 10 años de trabajo continuo y los celebrará hoy con la presentación de 7 libros que constituyen la colección ‘Cuadernos de Ruta’. Estas obras son partes terminadas de trabajos en proceso que abarcan el ensayo, la poesía, la novela y el cuento.

Los autores que participan en esta colección son  Edwin Alcarás (con Enderezada y pintura, fragmento de la futura novela Orfanato), Daniela Alcívar Bellolio (con El silencio de las imágenes, ensayos que formarán parte de Ciencia del objeto único), César Chávez (con Tres cuentos, fragmento del futuro cuentario Othello Hostel), Juan Carlos Arteaga (con Canibalismo, fuego y poder, un anticipo del libro Contra el silencio), Sandra Araya (con El cielo por partes, un anticipo de su futura novela El Cielo), Andrés Villalba Becdach (con Una natural tendencia a la descomposición, una parte de su próximo poemario que llevará el mismo título) y Santiago Vizcaíno (con una parte del ensayo Cómo acceder a “Casa tomada”: lecturas imposibles).

“Esto es un impulso, un estímulo para que los autores sigan publicando y, al mismo tiempo, es una herramienta para que los lectores conozcan, por un precio muy bajo, a un abanico de escritores valiosos y que puedan decidir a quiénes van a seguir luego”, dice Yanko Molina.

La colección será presentada esta tarde, a las 18:30, en el Centro Cultural Benjamín Carrión (Jorge Washington E2-42 y Ulpiano Páez). Varios de los autores asistirán al lanzamiento.

Los autores comentan:

César Chávez: “Tres cuentos es el libro que está editando Caracola en su colección Cuadernos de Ruta y será parte, así lo aspiro, del libro Othello Hostel, que lo pensaba terminar a mediados de este año, pero al que seguramente le queda aún un tiempo.  El libro intenta reflexionar, a través de las narraciones, en los vínculos sentimentales y afectivos que nos atan y someten, pero a la vez nos hacen vivir; intenta ser una visión contemporánea del amor y sus avatares, avatares que, para ser sincero, no han cambiado desde que somos seres humanos: el deseo, la venganza, los celos, el desamparo no han variado en esencia y no lo harán; esas cuestiones me interrogo”.

Sandra Araya: “El cielo es una novela que tengo hace rato en la cabeza, diré que un par de años, y he ido esbozando partes pequeñas, he ido aunando personajes a la trama, y ahora, por fin, creo que tengo un esquema claro de quiénes tienen que intervenir en esto, sus sitios, y cómo desarrollar sus interacciones. Es decir, están ya el esquema y fragmentos de varios capítulos. El cielo por partes contiene cinco capítulos terminados, pero no creo que vayan en el mismo orden en que están presentados. Esto sería, por ahora, algo para dar a conocer a los personajes, entre ellos Tomás Donoso, a quien le tengo cariño porque ya apareció en Orange y también aparece como protagonista en una novela que está ahora con un editor, esperando ver la luz, y que seguirá siendo, seguramente, el catalizador de mi exploración de la ciudad”.

Daniela Alcívar Belollio: “El silencio de las imágenes fue concebido como respuesta a un deseo o a una inclinación muy fuerte que siento hacia ciertas imágenes, sobre todo imágenes geográficas, paisajes. Mi tesis doctoral tiene como eje conceptual el paisaje, y con este libro quería trabajar ese mismo dispositivo desde un lugar más libre, menos académico, más afectivo, más ensayístico precisamente. Espero terminarlo a finales de este año, junto con mi primera novela”.

Juan Carlos Arteaga: “Contra el silencio fue concebido durante años —tres años en concreto—, mirando recortes de prensa de algunos acontecimientos muy extraños de los que somos capaces los seres humanos. El juego, entonces, radica en observar cómo los hechos contemporáneos resuenan en la literatura, en el pensamiento, en la escritura intentando explicar el mundo: que es la forma en la que entiendo el ensayo como género. El libro estará listo en 2017, quizás inaugure un nuevo sello editorial”.

Andrés Villalba Becdach: “Una natural tendencia a la desintegración fue concebido cuando caí en cuenta que tenía harto material epistolar –no sé si publicable, pero absolutamente rescatable– con la chica Lúa. De hecho, mi relación con ella tuvo su punto de inflexión por una bellísima crisis de ascendencia y pirotecnia epistolar. Después fui puliendo los huesos de las palabritas enviadas y recibidas: polvo sobre polvo sobre polvo con múltiples canciones y poemas de otros autores que las revuelco a morir y cito en el texto. Aunque en este proyecto (todo proyecto es una forma encubierta de esclavitud decía Cioran) esté tantas veces incluido uno mismo –a despecho de sus sentimientos– si no de lo sentimental, que uno siempre detesta en la realidad pero colma de emoción en cada sílaba como reflexiona Arturo Carrera. Después el libro agarró fuelle y viada cuando tuve una trizadura y corte con la chica de humo Lúa: el canto de la fuga con la triste ceremonia del tajo. Entonces esa fue su belleza: la rozadura de una concretud que jamás se entrega a nadie, como lo nunca alcanzado, como lo distante –imposible, como mi fiebredelirio, como eso de lo que se dice siempre sin jamás moverle un vello a su pelambre ni una púa a su erizo. En rigor, el texto es un conjuro o suplicio ante la tristeza de no cristalizar un amorcito imposible. “Vuélame el corazón, alto, tu presa”, escribía Francisco Granizo. Eso, sobre todo eso. El texto o poema o lo que se lanza hoy tiene 70 páginas, tengo como 100 páginas más y quizá cuando llegue a 300 esté terminado. Ya mero. Ya mero el día aclara también, dizque, juaaas….”

(I)

 

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