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“El verdadero enemigo para un escritor no es la derecha”

Vargas Llosa (izq.) admitió varias veces que cuando conoció a García Márquez (der.) era más entusiasta sobre la Revolución Cubana que el autor colombiano.
Vargas Llosa (izq.) admitió varias veces que cuando conoció a García Márquez (der.) era más entusiasta sobre la Revolución Cubana que el autor colombiano.
Foto: Tomado de las2orillas.co
08 de julio de 2017 - 00:00 - Redacción Cultura

Hace 50 años, los escritores Gabriel García Márquez y Mario Vargas Llosa se conocieron personalmente en Caracas, Venezuela. En la ciudad coincidieron por la entrega del Premio Rómulo Gallegos a la novela La casa verde, del peruano. Pero 1967 también fue el año en que se publicó Cien años de soledad, obra cumbre del colombiano.

El aniversario de aquel premio, el de una primera edición que fue irrepetible y de su amistad dio lugar a un conversatorio en el cual Vargas Llosa hizo algo inusual: hablar del autor con quien rompió relaciones en 1976. La Cátedra que lleva el nombre del arequipeño organizó esta semana un curso en la Universidad Complutense de Madrid. El interlocutor del Nobel fue el ensayista bogotano Carlos Granés, quien preguntó cuidadosamente sobre la Revolución Cubana, acaso uno de los episodios históricos que más removió las fichas en el tablero del llamado boom latinoamericano.

“Yo creo que García Márquez tenía un sentido muy práctico de la vida y descubrió, en ese momento fronterizo, que era mejor para un escritor estar con Cuba que contra Cuba. Así se libró del baño de mugre que recibimos todos los que adoptamos una postura crítica (con la revolución)”, explicó Vargas Llosa.

Para el autor de La Ciudad y los perros, “si estabas con Cuba, hicieras lo que hicieras, jamás ibas a ser atacado por el enemigo verdaderamente peligroso para un escritor, que no es la derecha, sino siempre la izquierda”. El argumento de Vargas Llosa es que “la izquierda tiene el gran control de la vida cultural en todas partes del mundo”, entonces, incluye a los agentes de la censura.

Ser acusado de reaccionario o proimperialista dificultaba la vida de los artistas, explicó el escritor de Arequipa. Tras la pregunta sobre cómo recibió la noticia de la muerte de García Márquez en 2014, respondió que “con pena. Como la muerte de Cortázar o de Carlos Fuentes. No solo eran grandes escritores sino que fueron grandes amigos”. Ambos nobeles no volvieron a verse desde los setenta y el peruano concluyó: “Descubrir que soy el último de esa generación es algo triste”. (I)

 

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