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El CAC aborda la inconsciencia y la diversidad con dos muestras

Una niña y su madre miran las fotografías de familias diversas que pertenecen a la muestra Soy Paisaje.
Una niña y su madre miran las fotografías de familias diversas que pertenecen a la muestra Soy Paisaje.
Foto: Carina Acosta / El Telegrafo
25 de julio de 2017 - 00:00 - Redacción Cultura

Las obras de una decena de artistas  nacidos entre los sesenta y ochenta conforman la muestra Absorber la ficción. El consciente, el inconsciente, la subjetividad sobre la existencia y experiencia humanas en el mundo conforman las narrativas de los autores, quienes provienen de Cuenca, Guayaquil y Quito.

Eduardo Carrera, curador del Centro de Arte Contemporáneo (CAC), recorre los dos pabellones que abarcan ámbitos como el natural y espiritual. De Marcelo Aguirre, por ejemplo, se pueden ver los 17 dibujos que hizo luego de un proceso de meditación y que incluyen la pintura como articulador de sus experiencias en lo que puede llamarse un archivo-testimonio.

El saboteador y la bestia es el título del conjunto de la obra de Aguirre, “habla del inconsciente y cómo te llega a sabotear cuando no puedes dialogar con él”, explica Carrera para quien lo expuesto, en general, conforma esa parte del arte que les permite a los espectadores “conocerse a sí mismos y al otro”.

El CAC incluirá pinturas y dibujos, hasta los nuevos medios, que tienen que ver con la tecnología. El fotógrafo Gabriel Pérez tiene un lugar en Absorber..., en el que muestra objetos que hablan sobre la naturaleza y que han surgido de la hibridación análoga-digital. Aparecen nubes que se transforman en bosques o que develan cuerpos y que contrastan los paisajes con quien los contempla. Patricio Dalgo, en cambio, tiene una instalación para la cual hay que seguir instrucciones y que permite escuchar el eco propio en un vacío creado en una estructura.

“Cristian Villavicencio trazó una ruta de sus traslados y desfases entre sujeto y subjetividad migrante en un mapa que incluye a Canadá, España y Ecuador, países en que habita el artista”, cuenta Carrera antes de abordar la impresión, en tres dimensiones, que hizo de su propio cráneo el artista David Uttermann y que, a través de frecuencias lumínicas, relata el día de su nacimiento replicando la luz de su primer día en el mundo. El tema de la muerte se complementa con la metáfora que constituye la presencia del cráneo.

En la segunda sala de la exposición —y que fue curada según la estética y espacio del que disponen las piezas—, el viento y sonido se conjugan con el collage, el dibujo y la escultura. Una pantalla muestra escenas que cuestionan la existencia humana y Brenda Vega habla de la relación entre sujeto-mujer con las redes sociales en el “espacio de desborde que es internet, con su discursividad y como territorio, al momento de construir imágenes”, dice el curador.

Las obras más llamativas son las pinturas de gran formato de David Cevallos, en que aparecen hombres relacionándose con arquitecturas que no solo los contienen, sino que también los someten, en la soledad o contemplando lejanías.

Este último concepto se extiende al mueble, diseñado por Gabriela Fabre, que muestra la posibilidad de que una persona se acurruque sola. Es parte de la serie ‘Muebles para el consuelo’ en que la compañía se simula a través de la particular forma de un objeto y que contiene tres piezas, sillón y repisa, incluidos.

El artista cuencano Julio Mosquera empleó íconos de la cultura pop para hibridarlos con figuras religiosas. El resultado puede ser monstruoso, pero no deja del lado el humor ni un tono onírico que, a veces, aparece sobre escrituras con apariencia de sagradas, manuscritos que simulan una ritualidad dentro de la burla que propone el artista.

Mosquera intervino un Niño Jesús del siglo XVII al que le implantó un pene enorme en lugar de piernas y que se exhibe con su vestimenta ritual de las novenas, en un cubo de vidrio. La obra se titula ‘Doblemente milagroso’.

“Soy Paisaje”: Ciudad en género

Una docena de artistas fueron seleccionados, de medio centenar de postulantes, para esta muestra, que llega a su quinta edición en el marco del Orgullo GLBTIQ+ sobre Arte Contemporáneo. También se invitó a 5 artistas de Brasil, Chile, Francia, EE.UU. y Ecuador (Guayaquil) a hacer una residencia en la capital.

La manera en que la ciudad es habitada por lo diverso, sus memorias más allá de lo local es tema de la actual edición. Las pasadas llevaron los nombres: “Hay tantas cosas que quiero decirte”, “Ser ahí”, “c.o.l.a.t.e.r.a.l.” y “Reticencias”.

Una serie de fotografías abre la muestra en que se vuelven a conjugar paisajes y cuerpos, junto a las imágenes de la marcha del orgullo gay en Quito.  Un colectivo brasileño trabajó en un taller, en el cual elaboraron serigrafías que pusieron a circular en la marcha, junto a pancartas que resumían la identidad queer.

Eduardo Carrera incluyó una gráfica sobre asesinatos por transfobia; era una forma de “resaltar las memorias de la comunidad, pese a que estos hechos no se han reconocido más que como crímenes de odio y no entran en otras categorías. Las víctimas tenían nombres que no estaban registrados porque eran inventados, lo cual genera un vacío legal ante estas circunstancias”, explica el curador del CAC.

El sometimiento ante las estructuras arquitectónicas es otro de los temas comunes entre las dos muestras que nos ocupan. “Existen otras representaciones de la gay, en retratos que muestran a sujetos urbanos que están fuera de esa identidad estética construida en Occidente y que tiene que ver con lo blanco, fuera de lo binario y categorizado”.

El festival Ciudad Queer enmarca las residencias e incluye un documental de su edición primera, en San Pablo, Brasil.

La muestra se extiende hacia el uso del espacio público. (I)

Datos

Absorber la ficción estará abierta de julio a septiembre de este año y pone en conjunto obras de arte contemporáneo relacionadas a la subjetividad, el inconsciente, sueño, ficción, virtualidad, ciencia y cotidianidad.

La decena de artistas que integran la exposición son los ecuatorianos: Marcelo Aguirre, Patricio Dalgo, Gabriela Fabre, Maureen Gubia, Julio Mosquera, David Uttermann, Gabriel Pérez, David Santillán, Brenda Vega y Cristian Villavicencio. 

Soy Paisaje se inauguró el 7 de julio pasado y estará abierta hasta el 3 de agosto, en el marco del mes del orgullo LGBTIQ+. La muestra contó con el seminario curatorial “Estrategias en uso: prácticas expositivas / escenarios para la diferencia”, con varios expertos que hablaron sobre las prácticas expositivas y la desobediencia de género.

Los 17 artistas son Amélie Cabocel, Darwin Fuentes, Víctor Hugo García, Juan Carlos Benítez, Johanna Villavicencio, Luis Alonso Rojas Herra, Martina Valarezo, Edwin Mauricio Cruz, Wilber Hernán Solarte, Ernesto Salazar, Stephano Espinoza, Anthony Amado, Felipe Rivas San Martín, Edições Aurora, Cidade Queer y Christian Proaño.

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