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Cronista de la Ciudad (e) interviene Archivo Metropolitano de Historia

Guerra en el Archivo Metropolitano de Historia, donde se conserva el retrato de Federico González Suárez.
Guerra en el Archivo Metropolitano de Historia, donde se conserva el retrato de Federico González Suárez.
Foto: Álvaro Pérez / El Telégrafo
14 de octubre de 2017 - 00:00 - Redacción Cultura

El Cronista de la Ciudad encargado, Patricio Guerra, dice que puede ser remplazado en cualquier momento. Tiene esa idea desde mayo, cuando dejó sus funciones habituales como coordinador del Museo de cera Alberto Mena Caamaño, en el Centro Cultural Metropolitano (MET). Ahora ha empezado a trabajar, sobre todo, en el Archivo Metropolitano de Historia (AMH), que sus antecesores (Alfonso Ortiz Crespo, Juan Paz y Miño y Jorge Salvador Lara) manejaron de formas distintas.

Guerra es historiador y docente. En el Archivo, situado junto al histórico edificio La Circasiana, ratifica que el Libro Uno de las Actas de la Fundación española de la ciudad se restaurará y digitalizará. El proceso implica la recuperación de la información contenida allí, datos que hablan de las costumbre de época y, por tanto, son fuentes para estudios antropológicos, incluso.

La limpieza es parte del proceso que lleva a cabo el Instituto Nacional de Patrimonio Cultural (INPC) en sus laboratorios. La tipografía de papel y tintas dan un testimonio adicional sobre estos, los documentos más antiguos de la ciudad.

El Archivo también será intervenido, explica el Cronista encargado. Desde el próximo lunes la remodelación iniciará en exteriores, en la instalación eléctrica (incluirá luz fría, que es adecuada para estos repositorios), ventanas y puertas. La entrada principal será de vidrio y se fumigarán las polillas de las estanterías que todavía son de madera.

Las publicaciones del AMH

La página web del Archivo fue creada por el historiador Paz y Miño cuando era Cronista de la Ciudad (2011-2014). Desde entonces, apenas ha sido actualizada y Guerra le atribuye eso a que no tienen las claves, pero valora el sitio porque “la ciudadanía tiene que participar de lo que es el archivo, cuya función es conservar viva la memoria de la ciudad”. Otra dirección general sería activada por el departamento de comunicación del Municipio, según el historiador quiteño. 

   Un nuevo Libro de Actas de Cabildo se está editando, la fecha tentativa de publicación será el próximo 6 de diciembre, más 22 tomos transcritos por el paleógrafo Diego Chiriboga, que se revisan, con miras a su reedición.

El Libro Uno de Actas de Cabildo antes de ser descuadernado para su restauración. Ahora está expuesto en el Museo de la Ciudad y contiene rúbrica de Benalcázar. Foto: Archivo / El Telégrafo

El de Cronista de la Ciudad es un cargo cuya relevancia ha sido distinta con el paso de los alcaldes. Jorge Salvador Lara, por ejemplo, fue un asesor que revistió sus funciones de una importancia trascendental para las decisiones de las autoridades.

La nomenclatura de calles

Guerra ha recorrido varias parroquias rurales del Distrito Metropolitano de Quito para dialogar con moradores que quieren poner nombre a diversas calles. La visita incluye una charla del historiador, lo cual es parte de sus funciones, pero la nomenclatura de estos espacios públicos fue objeto de un mayor debate del acostumbrado para Ortiz Crespo, su antecesor designado por el alcalde Mauricio Rodas Espinel.

A fines del año pasado, Ortiz Crespo presentó su renuncia por pedido de Rodas. El cese de sus funciones se dio luego de haber emitido un informe favorable acerca de bautizar una calle al sur de la capital con el nombre de Arturo Jarrín Jarrín, exlíder del movimiento subversivo Alfaro Vive Carajo (AVC), quien fue ejecutado de forma extrajudicial luego de ser sometido a torturas durante el régimen presidencial de León Febres-Cordero (1984-1988), pero las razones de fondo no se terminaron de aclarar. Concejales, como Marco Ponce, de la bancada de Rodas, anunciaron su oposición con el nombre citado. El proceso, que tenía como destino al barrio La Ecuatoriana, no ha continuado.

“Los nombres de calles no deben ser impuestos, sino elegidos por la comunidad, con una guía del Cronista, la cual llevo a cabo a través de dos o tres reuniones”, cuenta Patricio Guerra, quien para esos fines ha visitado Pacto, Gualea, Nanegalito, Lloa y Atahualpa.

El proceso continúa con una suerte de asambleas de los pobladores, sin presencia del historiador, en las que decidan nombres tratando de que no se repitan, que “representen una parte de la identidad, desde la historia, la ecología o el patrimonio intangible que ellos (residentes) suelen conocer mejor que nosotros”, los foráneos.

El Concejo Metropolitano de Quito avala los nombres por colocarse y la Empresa Pública Metropolitana de Movilidad y Obras Públicas (Epmmop) también interviene. En Lloa, parroquia ubicada en las faldas del volcán Guagua Pichincha, los moradores decidieron usar los nombres de los potreros en que trabajaron sus padres, como peones de hacienda. Las Madres Conceptas tenían propiedades así en el barrio lloense de Urauco, donde se dio este caso consensuado.

Chavezpamba, Pintag y Puembo serán las parroquias que Patricio Guerra visitará próximamente. Las banderas con leyenda libertaria colocadas el 21 de octubre de 1794 por Eugenio Espejo (1747-1795) en las cruces del Centro Histórico de Quito incentivaron, en una familia particular que se acercó al MET, que se solicite la institucionalización de la fecha mencionada.

El Concejo expidirá una ordenanza para ello, en la que se indica que el Cabildo dará el presupuesto necesario para las celebraciones a las que se integrarán los estudiantes de escuelas y colegios municipales. Las charlas, diálogos y recorridos históricos sobre sitios emblemáticos de la ciudad, a propósito de la fundación española de Quito, serán retomadas por Guerra. (F)

Datos

Patricio Guerra es historiador titulado y ejerce la docencia en la Escuela de Historia de la Pontificia Universidad Católica del Ecuador (PUCE). Su postulación a la Academia Nacional de Historia (ANH), que dirige Jorge Núñez Sánchez, está en proceso. Es funcionario del Municipio y, hasta mayo, coordinó el Museo Alberto Mena Caamaño.

El Archivo Metropolitano de Historia (AMH) -que, según mandato municipal, dirige el Cronista de la Ciudad- es parte de la Dirección de Gestión Documental y Archivos del Municipio de Quito. Está ubicado en Colón y 10 de Agosto, junto a La Circasiana.

El diagnóstico sobre el estado del AMH fue realizado por Natasha Sanmartín Monteros, quien fue analista del Archivo en 2016, durante la gestión de Alfonso Ortiz Crespo.

El Instituto Metropolitano de Historia (IMP) intervendrá en la restauración del edificio del AMH. Para eso una delegación se reunió con el Cronista de la Ciudad el martes pasado.

Guerra no cumple funciones de asesoría en el Municipio, ni le consultaron temas como la intervención en áreas patrimoniales para la construcción del Metro de Quito. (I)

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