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El Telégrafo
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Entrevista / Diego Velasco Andrade / Docente universitario y Arquitecto especializado en Patrimonio Cultural

"Bajo San Francisco hay 2.000 años de arquitectura"

El arquitecto Diego Velasco sostiene que los templos astrológicos (tolas) preincaicos son las primeras edificaciones construidas bajo la “Iglesia de Cantuña”.
El arquitecto Diego Velasco sostiene que los templos astrológicos (tolas) preincaicos son las primeras edificaciones construidas bajo la “Iglesia de Cantuña”.
Foto: Marco Salgado / El Telégrafo
17 de marzo de 2017 - 00:00 - Redacción Cultura

Gritos de vendedoras ambulantes se cuelan por las celosías del Museo Casa de Sucre en una semana donde la lluvia parece interminable. Adentro, un grupo de investigadores se reunió —desde el martes pasado y hasta ayer— para hablar sobre el Centro Histórico que los circunda y que sufre un proceso de gentrificación (elitización): las obras de una estación del Metro de Quito han levantado las piedras de la Plaza de San Francisco, las cuales cubrirían restos arqueológicos.

Diego Velasco Andrade sonríe tras sus lentes al saludar y hace una pausa durante el encuentro titulado El Reyno de Quito, del mito a la evidencia (El Fuego nuevo de la realidad histórica) para ir al patio central del museo. Cerca, en el tramo de la calle Benalcázar que está entre las calles Cuenca y Sucre, un rectángulo de mallas recubre las excavaciones sobre toldos que contienen una publicidad paradójica: “Visita la iglesia de San Francisco...” El 18 de septiembre del año pasado, Velasco, un arquitecto de 59 años cruzó, junto a 4 personas —un comunicador, un ecólogo, un historiador y un asistente— ese cerco simulando ser funcionario de Metro de Madrid, una de las empresas que intervino en los estudios para la construcción. De otra forma, habría sido imposible.

¿Qué provocó esa visita?

Al día siguiente de haber entrado, difundimos en redes sociales fotografías y videos de lo que encontramos. Dos días después, el alcalde (Mauricio Rodas Espinel) negó que lo que había en ese lugar fuera valioso. En una primera instancia, el entonces Cronista de la Ciudad (Alfonso Ortiz Crespo) dijo que se trataba de alcantarillas, pero las evidencias eran cada vez más complejas y se produjo una tensión que terminó, junto con otros problemas que tuvo (se refiere al informe sobre una calle y biblioteca que llevarían el nombre del exlíder subversivo Arturo Jarrín), con su salida en una administración bastante conservadora.

Aún hay secretismo en cuanto a lo que van hallando...

Y ostracismo. Debe haber una fiscalización, se requiere una bitácora arqueológica que registre lo que pasa día a día, cuadrante por cuadrante, en esta enorme obra civil para saber cómo se interpreta lo que encuentran y cuyo registro ha sido ineficiente e ineficaz. A 80 centímetros ya hay un piso distinto.

¿Qué hay debajo de San Francisco?

Nuestra visión es que (bajo la inmensa tola que estaría entre Santa Clara y el colegio La Providencia) hay catacumbas, un sistema de arquitectura funeraria, túneles, galerías y escalinatas que han sido alteradas, modificadas y, seguramente, expoliadas desde hace siglos por su riqueza cultural, la de un Kitu milenario, no solo la de lo inca, que apenas tiene 600 años, sino la de los más de 2 mil años de la civilización Kitu Kara, que ha sido negada.

¿Cómo se debe valorar este patrimonio arqueológico?

Se trata de dar realce al Centro Histórico como un palimpsesto multicultural milenario pero in situ, sin descontextualizar un objeto sacándolo de su entorno, lo cual menoscaba la interpretación de un sitio ceremonial. No estamos en el siglo XIX para llevar objetos arqueológicos a un museo e iniciamos una acción de defensa y el juez Patricio Baño conminó en una audiencia (no hay sentencia en firme) al arqueólogo Patricio Vargas a que publique un informe en el que dice que el diseño anterior de la estación del Metro no corresponde con la puesta en valor del patrimonio.

¿Por qué se descuidó este espacio, en términos de investigación arqueológica, incluso después de los 70, cuando el Centro Histórico de Quito fue declarado Patrimonio Cultural de la Humanidad?

En general, el patrimonio quiteño está abandonado desde la ausencia de un proyecto actualizado de gestión, de nuevos inventarios y acciones de puesta en valor. Ahora, por ejemplo, vivimos una etapa de emergencia porque, con las lluvias, las casas de esta área histórica, que ha sido desatendida, se caen.

Tampoco se puede saber qué daño ha provocado esta intervención...

Todavía no. Pero luego de la alerta que provocó la evidencia encontrada, esto se convirtió en un tema político debido al tema de la corrupción y la empresa Odebrecht, con la que contrataron en la segunda fase del Metro. Por un lado, dicen que están haciendo avances del Metro, con la tuneladora, pero, por otro, hay trabajos de rescate arqueológico (el encargado es el arqueólogo Patricio Vargas) y la obra está prácticamente detenida.

A este paso, habrá que esperar [a ver] qué va a pasar con la administración de Rodas y en qué termina el Metro.

En términos de preservación del patrimonio, ¿la mejor decisión que se puede tomar sobre el tema es la interrupción de las obras para el Metro de Quito?

Sí. Con estas lluvias, sabiendo que Quito es una especie de cavidad por sus quebradas, no es conveniente continuar. Ni siquiera con el Metro en funcionamiento dejaríamos de lado los riesgos. Lo peor que puede hacerse es un metro bajo un centro histórico. Hay informes retrospectivos de Santa Clara, también, donde se están haciendo trabajos (huecos), que reflejan una cantidad de elementos patrimoniales. Hay que repensar esto de forma adecuada, técnicamente, no vía satélite, como se hizo al elaborar los planos.

Hay una intervención y gasto público. A eso se suma un dilema sobre el enfoque histórico...

Hay un famoso equívoco: negar que fuimos una civilización equinoccial, ecuatorial importantísima. Una que, en su momento, Juan de Velasco (1727-1792) llamó Reino de Quito y que ha sido denigrado y denostado, con el apoyo de la Academia Nacional de Historia e historiadores convencionales que han sido perniciosos para la identidad y memoria de esta ciudad, que no es colonial ni eterna.

Juan Paz y Miño dice que habría restos del palacio de Huayna Cápac en San Francisco...

Nuestra explicación es mucho más ambiciosa. El centro de Quito está configurado como un conjunto de tolas de la factura que tenemos en Cochasquí o la que fue suplantada en El Quinche. Estamos negando, al menos, 2 mil años de arquitectura de piedra y cangahua. (F)

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