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Ritmos como el ‘curi muyito’ o ‘Guangüita’ fueron reinterpretados

Alfredo Costales y la sonoridad de la memoria

Alfredo Costales y la sonoridad de la memoria
05 de julio de 2016 - 00:00 - Redacción Cultura

Alfredo Costales Samaniego (Riobamba, 1925-2016) recordaba el canto de su nodriza cuando de niño le enseñaba a dialogar en quichua y puruhá. Mantuvo vivas en su memoria las coplas que identificó en sus primeros años de investigación antropológica, en la década del 40. En 1996, 20 años antes de su muerte, el pasado 28 de mayo, viudo de la mujer que acompañó su trabajo como historiador y antropólogo, decidió registrarlos y analizarlos como una contribución a la historia.

Le contó de sus recuerdos al músico Gerardo Guevara, quien a conciencia, armó un grupo de trabajo para conformar lo que sería un libro de cantos prehispánicos, coloniales y republicanos, que aún no ha sido publicado y que él, tras su mudanza de Quito a Guayaquil y el tiempo encima, ya ni siquiera recuerda.

Durante seis meses, Guevara abrió su casa para escuchar, una vez a la semana, junto al etnomusicólogo Juan Mullo, los cantos que aprendió Costales. Mullo registró esta serie de tertulias en su grabadora de campo y almacena aún en siete casetes el proceso. Luego de cada sesión, Mullo transcribió los cantos junto a su respectivo relato, y los revisó con el maestro Guevara. Reunieron al menos 21 cantos, casi todos cortos. Mullo se encargó de hacerles una ficha técnica archivística para crear una fuente documental con la transcripción de cada partitura.

Al concluir, Costales y Mullo plantearon la publicación del proyecto a distintas instituciones, sin tener buenos resultados. Costales esperaba ver la difusión de uno de los registros más importantes de su investigación. Tal vez ahora, luego de su muerte, puedan finalmente registrarse y difundirse esta recopilación sobre la memoria.

Los cantos pertenecen a comunidades del centro y sur de la Sierra ecuatoriana. Entre ellos están los puruháes, quichuas y cañaris. Cada canto devela sus sistemas de pensamiento, sus ritualidades y mitologías. Costales pudo constatar la época a la que pertenecía cada canto a través de su lenguaje sonoro, las ejecuciones vocales del idioma, la escala melódica y los temas que se abordaban. “La influencia colonial en algunos de estos cantos es evidente desde su lenguaje sonoro, la escala musical europea es muy clara. Además, el mestizaje se hace evidente y dominan relatos anecdóticos. En el caso de los prehispánicos, en cambio, es evidente la escala pentafónica”, dice Mullo sobre las formas de periodización.

Me recordarás en el agua

El ‘Curi muyito’ es el nombre que le daban los indígenas del Chimborazo a la ‘pepita de oro’. En un tono de niño quichua la canción establece una relación con el maíz cuando está creciendo y “el niño dios”. Mullo compartió esta versión, identificada por Costales, al ensamble sueco llamado Villancico. Estos incluyeron dentro de su repertorio de barroco latinoamericano el ‘Curi Muyito’, junto a otras melodías ecuatorianas que no se escuchan en el país.

En las tertulias en la casa de Guevara, Costales cantó también una canción de cuna llamada ‘Guangüita’, a la que Mullo considera por su melodía y letra de un “valor patrimonial extraordinario”. La guangüita es el telar donde se extienden los hilos para tejer un cedazo andino.

“La madre, contaba el doctor Costales, le cantaba esta canción a su hija cuando dormía y le decía ‘Guangüita bonita, chiquita, agüita que corre’, dice Mullo, quien transcribió este canto y lo grabó en 2001, en el disco llamado ‘Mestizo’, con la fundación Cimas del Ecuador. La versión que registra aquella canción de cuna de la zona del Guangopolo, entre el valle de Tumbaco y el de Los Chillos, fue interpretada por la soprano Nancy Yánez.

Guevara tomó de los registros de Costales unos versos de su esposa, Piedad Peñaherrera, para darles música. La canción se llama ‘Me recordarás en el agua’: “Como a todo lo efímero/ a lo que simplemente pasa/ guárdame en la memoria del agua/ Al asomarte a ella/ mi palabra será nube/ humedeciendo el verano de los astros”.

“Recuerdas que tú tomaste también una canción quichua de nana y me la dedicaste”, le dice María a su esposo, el maestro Guevara. “¿Cuál mi amor? No recuerdo ¿Me recordarás en el cielo”, dice riendo. La canción se llama ‘Kasilla Pacha’. ¿Existen diferencias entre estos cantos y otros registros de la época? “No es un problema de diferencias -dice Mullo- es un asunto de identidades geoculturales. Estos cantos son del centro y sur de la Sierra. En esas culturas existen sistemas de pensamientos, que constan en los cantos a través del relato de su ritualidad y mitologías”, dice Mullo.

Para el etnomusicólogo, esta recopilación de coplas y cantos de la sierra centro “es importante, no solo como patrimonio sonoro de las identidades quichuas, puruháes y cañaris, sino porque evidencia el tipo de etnografía que Costales va levantando cuando investiga. Él conoció y se adentró en estas culturas, para él la música no está fuera del discurso histórico social, es indisociable de este discurso. Él fue un adelantado a su época porque tomó como parte de su búsqueda la música, estudios que son posteriores a su época, e incluso la cantó y memorizó”. (I)

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