Natasha Sanmartín es la analista del Archivo Metropolitano de Historia, un repositorio de los documentos administrativos de Quito que datan desde el siglo XVI. También es la representante de los 19 estudiantes de la maestría de Archivística y Sistemas de Gestión Documental que terminaron su fase de docencia, la semana pasada, en la Universidad Andina Simón Bolívar (UASB), única institución que oferta esta carrera. Por tanto, son los primeros técnicos profesionales de cuarto nivel en este ámbito del patrimonio documental.

El historiador catalán Ramón Alberch Fugueras -uno de los archivistas más destacados de Europa y uno de los docentes extranjeros de la maestría- suele decir que “la archivística es la única profesión en la que el día que tomas posesión hay 500 años de trabajo que te están esperando”.

La UASB inició la formación en Archivística y Patrimonio Documental en 2011. Hasta el momento 5 promociones dejaron unos 80 especialistas superiores, de los cuales 19 serán magísteres.

La coordinadora académica de esta maestría, María Elena Porras, dice que la intención de la carrera afronta una dificultad particular al formar profesionales que trabajan en lugares casi ocultos; por ello trata de darle un giro a la forma en que la sociedad valora el acervo documental.

Historia, gestión patrimonio y tecnología son disciplinas que sirven como herramientas para los archivistas, que preservan la memoria del país. Foto: Carina Acosta / EL TELÉGRAFO

La maestría en Archivística destaca en la región e, incluso, en España, donde hay diplomados y especializaciones. La Escuela de Córdova, en Argentina, es una de las que integra a estos profesionales; mientras que la Escuela Superior de Archivística y Sistemas de Gestión de Documentos es el referente en Cataluña, en la Universidad Autónoma de Barcelona, que dirige Alberch Fugueras, quien en 2015 fue -junto con Matteo Manfredi- consultor internacional en la construcción del Plan Director del Sistema Nacional de Archivos. Este plan debe ser ejecutado por el Ministerio de Cultura y Patrimonio (MCyP), ente rector de la cultura, según la ley orgánica del ramo.

“Hemos sembrado una semilla”, explica Porras, quien añade que el involucramiento de los especialistas en instituciones públicas (casi la mitad ya ejerce su profesión en este sector; en el Archivo General del Consejo de la Judicatura, por ejemplo) ayudaría a la creación de una política pública sobre archivos.

Para mostrar que hay técnicos especializados en estas áreas, el área de Historia de la UASB organizó una casa abierta a la que fue María Augusta Vargas como delegada de la viceministra de Cultura y Patrimonio, Andrea Nina, quien se excusó el día del evento, el pasado 22 de junio.

“Es fundamental que este tipo de formación se extienda a todo el país y que se propicien convenios interinstitucionales para que los funcionarios públicos logren tener esta formación”, explicó Vargas, para quien la UASB cubre “el vacío que ha habido en la archivística” del Ecuador. La representante del MCyP recordó que, por mandato legal, se creará una Red de Archivos, encabezada por el Archivo Nacional; además, dijo: “me comprometo a llevar su mensaje con el fin de generar acuerdos para que quienes manejan archivos históricos y de gestión en el MCyP puedan contar con capacitaciones profesionales”.

La intervención de archivistas fue ineludible luego del terremoto, explicó Sanmartín. Y otras de las áreas que incluyen los archivos son los Derechos Humanos -como los investigados por la Comisión de la Verdad, o los archivos penitenciarios del expenal García Moreno-, además de los fondos sonoros, que están dispersos aunque los de la Radio Nacional irán al Archivo Nacional. (I)