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En el encuentro literario participarán 9 escritores internacionales y 54 ecuatorianos

J.M. Coetzee busca una nueva resistencia cultural desde el Sur

J.M. Coetzee busca una nueva resistencia cultural desde el Sur
30 de marzo de 2016 - 00:00 - Redacción Cultura

Dedicado por completo a la literatura, Jorge Luis Borges alcanzó a escribir 74 prólogos de los 100 títulos que conformaron su ‘Biblioteca personal’. Al sudafricano John Maxwell Coetzee la editora argentina Soledad Costantini le propuso hacer un paralelismo con el trabajo del autor del cuento “Funes el memorioso” y pensar en su propia ‘Biblioteca personal’, aunque la suya -confiesa el Premio Nobel de Literatura siempre que se lo preguntan- es más modesta: consta apenas de 12 libros, la mayor parte de ellos de ficción, más una antología poética.

Construir su propia biblioteca (un paraíso, según Borges) es uno de los proyectos que de alguna manera aproxima al sudafricano, residente en Australia, a Sudamérica: Coetzee sigue el modelo de un autor argentino con su editorial (El Hilo de Ariadna) que también habita y contiene a los escritores del sur. Sus visitas al continente son cada vez más frecuentes y están ligadas a proyectos como el que mantiene con la Universidad Nacional de San Martín (UNSAM), a través de la cátedra que lleva su nombre. Allí da intensos seminarios en un promedio de dos veces al año, lo cual lo ha llevado a tejer relaciones culturales que se tejen sin perder su ubicación austral y, ahora, a través de su visita a la Feria Internacional del Libro de Guayaquil, incrementará el tránsito por esta geografía.

La cátedra que dictó Coetzee en Argentina en 2015 tuvo como eje la historia de la literatura sudafricana y su relación con la noción de ‘Sur’. Para este aficionado confeso a la literatura de Gabriel García Márquez -y por supuesto, a la de Borges- las relaciones del Sur han estado siempre mediadas por el Norte -a través de editoriales y medios- y es ahora de establecer lazos desde dentro.

En uno de sus discursos en la UNSAM, Coetzee dijo que la fórmula Norte-Sur simula una curiosa simetría, “hay allí una apariencia de balance. Sin embargo, el Norte es la capital del poder político y de las redes de comunicación globales; el Sur es el resto. Este paradigma es una concepción académica norteña y debe ser tomada por los intelectuales del Sur con precaución. El Sur no debe aceptar el rol pasivo que esta le impone. En literatura, esto se traduce en el seguimiento de estándares y modelos fijados por el Norte. Norte y Sur no son términos analíticos neutrales, cargan con toda una historia de disociaciones. Debemos ser conscientes de esto, si queremos leer con inteligencia nuestra literatura. El desafío ahora es ir hacia una nueva literatura del Sur”.

Coetzee recibió el Premio Nobel en 2003 por narrar sin tamices moralistas el sistema de segregación racial que vivió su país, y tratar así la desolación humana. Ahora busca una nueva resistencia ‘desde abajo’.

La Feria Internacional del Libro de Guayaquil organizada este año por Expoplaza; un Comité Literario, que lidera por segunda vez la crítica Cecilia Ansaldo; y la Empresa Pública Municipal de Turismo tiene en el palpitar de sus expectativas llegar a 30.000 visitantes -incluidos personas del exterior-. Con esa búsqueda la visita de Coetzee está inserta en una lista de escritores que -según describió Ansaldo- tienen una mayor demanda intelectual.

Es el caso del editor argentino-canadiense Alberto Manguel que -siguiendo con las consideraciones de Ansaldo- es un propulsor de la lectura, “él escribe libros sobre libros, lo ha hecho durante su vida, tiene una capacidad de atracción extraordinaria. Por otro lado está Coetzee que no exige lecturas complacientes, sino abiertas y enormemente sensibles a la criticidad del autor”.

Para la crítica literaria guayaquileña, contar con una lista de autores con perfiles como los del sudafricano es una de las fortalezas de la propuesta que tiene para este año la Feria de Guayaquil, con el objetivo de tener un público “más demandante y atento a la diversidad de la literatura”.

Este año el encuentro tendrá un día más que la edición pasada, mayor espacio físico y al menos una actividad literaria en cada mes previo a su realización. Una de sus mayores propuestas es concentrar a varios poetas y hacer actividades vinculadas a la lírica. “Si hay alguna línea fuerte que marque el ritmo de la feria es el de la poesía por aquello que quedó flotando el año pasado. Con la edición anterior logramos una atención en el libro en general y ahora que tenemos esa atención vamos al libro más exigente que es el de poesía”, dijo Ansaldo.

Dentro de esta propuesta estará en el país el poeta mexicano Fabio Morábito, “él está en ese punto en el que la poesía es nueva y no es incomprensible. La poesía puede llegar a ser enormemente oscura para el lector común, precisamente cuando se propone extraer el lado más irracional del discurso lingüístico. Morábito está a medio camino por eso creo que es un escritor al que se puede oír recibiendo novedad y comprensión”, dijo Ansaldo, quien junto a su comité literario sigue generando formas de captar la atención en el libro. (I)

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