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La convocatoria al premio Juan Antonio Serrano se cerrará el 10 de abril

Fotoperiodismo por la Paz, un reflejo de la ética

La orilla de un desalojo, sobre los habitantes de La Isla Trinitaria, fue el ganador de la tercera edición.
La orilla de un desalojo, sobre los habitantes de La Isla Trinitaria, fue el ganador de la tercera edición.
Foto: Santiago Arcos
21 de marzo de 2016 - 00:00 - Redacción Cultura

La IV edición del Premio Fotoperiodismo por la Paz “Juan Antonio Serrano” tiene tras de sí un recorrido estético. “Nuestra preocupación fue salir del rigor absoluto, la supuesta objetividad del periodismo hacia un proceso más creativo al momento de contar historias”, dice el fotógrafo François ‘Coco’ Laso, miembro del colectivo Paradocs, que organiza el evento desde 2013.

Un trío de periodistas de varios medios impresos, públicos y privados, consultados por este diario —y que no quisieron revelar sus nombres— tienen la idea de que en el país los concursos de fotografía, sus convocatorias e incluso espacios para exponer están reservados para unos pocos rostros reconocibles. ¿Qué garantía presenta Fotoperiodismo por la paz frente a esta idea, además de incluir a estudiantes entre los premiados?

Santiago Serrano, quien también integra Paradocs, dice que los proyectos que recepta el colectivo se presentan al concurso sin especificar nombres; son evaluados por jurados extranjeros, quienes leen los textos que explican cada enfoque; y “cada uno de los participantes entra en igualdad de condiciones hasta que, al final, se develan sus nombres”.

La claridad en la redacción de los proyectos también ha cambiado, según Laso y Serrano, quienes han leído las propuestas de cada postulante pese a que ellos no conforman el jurado. La edición 2016 del premio Juan Antonio Serrano tendrá a los fotógrafos Stephen Ferry, Julieta Escardó y Nicolás Janowski para la categoría profesionales; y Santiago Arcos, Yolanda Escobar y Carmen Santillán para los estudiantes que se postulen hasta el domingo 10 de abril, fecha en que finaliza la convocatoria este año.

Los miembros del jurado se eligieron a través de las redes que han establecido los organizadores. “Como se trata de temas libres y lo que nos interesa son los procesos creativos y ampliar los lenguajes del periodismo —dice Laso—, buscamos propuestas como la publicación de fotolibros”, ámbito en que se especializa Escardó.

Es curioso, dice el fotógrafo quiteño, que grandes trabajos que han aplicado a algunos premios, no han quedado en los primeros lugares hasta que llega otra convocatoria y, dependiendo de las circunstancias, son reconocidos. “El único premio al que estábamos acostumbrados era el Mantilla. No había algo sistemático y creo que a esto se debe mucha susceptibilidad de los fotógrafos, en especial de los mayores, quienes ya sabían que el criterio de algunos concursos dependía de la institución que los organizaba”.

Santiago Serrano agrega: “Lo que nos interesa de los jurados es su manera de concebir la fotografía, con lo que nos parece importante que se debata en el medio”. Las charlas serían una extensión de los incentivos que integran el premio.

La paz como tema tras un enfoque

El premio que lleva el nombre de Juan Antonio Serrano, fotorreportero asesinado a mediados de 2013, tiene una temática libre. “Quisimos darle (al concurso) una connotación de convivencia cotidiana”, dice ‘Coco’ Laso, para quien la transformación de las realidades que se retratan no se pierden de vista cuando se ejerce la ética en el periodismo, “el uso de la imagen y dejar de exponer en fotografía haciendo daño, revictimizando a los personajes”.

La reflexión sobre la ética estaría contenida en el concepto de paz que propone Paradocs, por tanto, los temas pudieron ser una historia de vida como la de Julexi que registró Diego Pallero, el ganador de 2013. Los hijos de migrantes que se habían suicidado en Chunchi (provincia de Chimborazo) dejaron tras de sí escenas que fotografió Paúl Navarrete, quien fue galardonado en 2014. Y, en 2015, el fotógrafo Santiago Arcos detuvo el tiempo en las imágenes que dejaron los desalojos a personas que poblaban de forma irregular La Isla Trinitaria (en la provincia del Guayas).

“Mirar una historia en papel, en imágenes fijas hace que lo real sea entendido de otra manera”, explica Laso, en el estudio que Paradocs comparte con las oficinas en que se planifica una estrategia de financiamiento para otro género de la no-ficción, el cine documental a través del festival Encuentros del Otro Cine (EDOC). “La posibilidad de volver sobre la realidad es la ventaja de la imagen”, dice el fotógrafo quiteño para quien “la memoria de una sociedad no es distinta a la familiar. Necesitamos tener un álbum de familia y publicar esos libros”. (I)

DATOS

Fotoperiodismo por la Paz ha premiado a 3 fotógrafos profesionales y a 2 estudiantes de fotografía. Cada año hay más participantes, los que sobrepasaron la veintena en 2015.

La cuarta edición del premio Juan Antonio Serrano incluirá la publicación de 300 ejemplares de Mejor no hablar, de Paúl Navarrete, sobre los niños que se suicidaron en el cantón Chunchi, Chimborazo.

Los ganadores se conocerán el 21 de abril. El premio para la categoría profesionales es de $ 5.000; mientras que un estudiante se hará acreedor a $ 1.000. Las postulaciones se recibirán hasta el 10 de abril de 2016.

Santiago Serrano, organizador del premio, dice: “más allá de la paz, sabemos que la fotografía no va a acabar con las guerras ni la violencia, pero es una luz que cambiará las políticas públicas y, claro, a la gente”.

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