Ecuador, 24 de Abril de 2024
Ecuador Continental: 12:34
Ecuador Insular: 11:34
El Telégrafo
Comparte

Crónicas a pie

Francisco cambió el amor por la arepa por el del tamal lojano

La primera vez que el caleño Francisco Zúñiga probó un tamal lojano, envuelto en hoja de achira, fue hace más de tres décadas.

Lo preparó su esposa (entonces su novia): una lojana dicharachera, de buen talante que lo conquistó en un santiamén. Se enamoró de ella y de sus tamales que, por primera vez, desplazaban a sus, hasta entonces, adoradas arepas.

A los pocos meses, él también aprendió a prepararlos con el condumio que le otorga un sabor particular: zanahorias, arvejas, pollo, cebolla blanca.

A Francisco le costó aprender su preparación; hubiera preferido elaborar arepas, pero se enamoró de una lojana y, “como ella manda en casa”, no tuvo otro remedio que involucrarse en la elaboración del bocadillo que ahora vende en la calle Diguja (norte de Quito).

Oferta su producto en el balde de una camioneta gris, donde se distinguen las ollas repletas de tamales calientitos, preparados el día anterior.

En una noche preparan más de 100; nunca se desperdician; siempre regresa a casa con la tamalera vacía y con el dinero recabado en el día para hacer las cuentas. Su preparación exige tiempo. Antes de las 16:00, su esposa, su cuñada y él se reúnen para preparar la masa, elaborar el condumio e iniciar el proceso que, aunque largo, es necesario para que el tamal adquiera el sabor deseado.

Antes de las 04:00, Francisco está en pie; acomoda los tamales en los utensilios dispuestos para este fin y se dirige a las afueras del Hospital Voz Andes.

Entre sus compradores hay enfermeras, médicos, el chofer de la funeraria cercana, los consolistas de la radio HCJB, los periodistas de Teleamazonas.

Sus tamales son tan apetecidos que incluso el pastor de una iglesia evangélica hace pedidos al por mayor para obsequiarlos a sus fieles.

No en vano ganó el primer lugar en el concurso organizado por la emisora en donde trabajan algunos de sus clientes. Él jura que no hubo trampa. (I)

Andrea Rodríguez B.      
Especial para EL TELÉGRAFO

Para estar siempre al día con lo último en noticias, suscríbete a nuestro Canal de WhatsApp.

Contenido externo patrocinado