#NotevayasLeo es el hashtag que inundó desde la mañana de ayer las redes sociales de una Argentina en shock. La selección acababa de perder su tercera final consecutiva y Lionel Messi, el mejor futbolista del mundo, dijo basta. No volverá a vestir la camiseta albiceleste. Un verdadero terremoto futbolístico, aunque los fanáticos no se resignan.

“Se terminó para mí la selección”, anunció un Messi notablemente abatido,  tras errar su penalti en una nueva definición desde los 12 pasos que le dio a Chile el bicampeonato de la Copa América en el MetLife Stadium de Nueva Jersey.

“Pensaba en el vestuario, que, ya está. Se terminó para mí la selección. Son cuatro finales perdidas, esto no es para mí. Lamentablemente lo busqué, era lo que más deseaba, no se me dio, pero creo que ya está”, sentenció Messi después de derramar lágrimas en la cancha y lucir solo y abatido en la banca de suplentes tras el partido, en una imagen que recorrió el mundo.     

El anuncio cayó como una bomba en la fría Argentina. Messi tiró la toalla. Justo él, que de niño había dado un ejemplo de lucha inyectándose una dosis diaria de hormonas de crecimiento en sus piernas, se dio por vencido. “Si hay alguien que no puede rendirse es él”, dijo el periodista Juan Pablo Varsky desde la FM Metro, al recordar su ganas de superación y de sobreponerse a todo desde que tenía 11 años.

El peor escenario para los fanáticos argentinos se abrió con una nueva desilusión tras las finales perdidas en el Mundial de Brasil 2014 (ante Alemania 0 a 1 en tiempo extra) y las dos Copas América de Chile y Estados Unidos (frente a Chile, ambas por penales). Y ya van 23 años sin títulos.

La mayoría de los argentinos apagaron los televisores tras la nueva derrota y se enteraron en la mañana del lunes de que Messi había dicho adiós.  El despertador los volvió a la realidad de otra final perdida, pero con un mazazo inesperado. En medio de una leve llovizna que caía sobre Buenos Aires y con temperaturas frías, el titular del canal de noticias C5N asombró a muchos: “Te vas a mojar y encima renunció Lionel Messi a la selección”.  

Los diarios daban otro cachetazo: “Pesadilla sin fin”, abrió su edición La Nación con una foto del capitán rasgando su camiseta tras errar el penal. “Argentina cae ante Chile y Messi renuncia a la selección”, añadió. Para Clarín, tras anunciar la salida del crack, el equipo “fracasó en la tercera final consecutiva”.  

Todos los canales de televisión realizaban encuestas en las paradas del ómnibus, trenes y metro y las opiniones en su mayoría estaban a favor del 10, desde el tímido “estoy desilusionado” hasta el “hay que seguir apoyando”.  La gente lo respaldó, aunque otros lo responsabilizan de no brillar en las finales, como sí lo hace en el FC Barcelona y en los partidos previos a las definiciones de la selección.

Pero casi el 80% de la parcialidad albiceleste se declaró en diversas encuestas más dolida por la sonada renuncia que por la nueva derrota en la Copa América, un síntoma de que el crack es ya un ídolo más allá de cualquier resultado.

Nadie sonreía. Todos los gestos eran adustos. La tristeza era general. “Si renunció, que renuncien todos”, tiró otro sorpresivo titular C5N, mientras el diario deportivo Olé, el único en su tipo en el país austral, suplicaba “No te vayas” con una fotografía del ídolo inclinado.

Pero Messi no sería el único en decir adiós a la Albiceleste. Su amigo y delantero del Manchester City, Sergio ‘Kun’ Agüero,  echó más leña al fuego: “probablemente no sea el único que deje la selección. Muchos evaluamos no seguir”.

En esa lista aparecen entre los más nombrados el estandarte defensivo Javier Mascherano, que perdió cinco finales con el combinado nacional contra cuatro de Messi y Gonzalo Higuaín, el más apuntado por errar claras ocasiones de gol en momentos trascendentales y al que el diario Olé bautizó como ‘Pifaín’, un juego de palabras entre su apellido y la palabra ‘pifiar’ que en Argentina y otros países de la región alude a una equivocación grosera. Otros nombres que se sumarían a esta lista son los de Ever Banega, Lucas Biglia y Ezequiel Lavezzi.

Según Agüero, el ambiente en el vestuario era desolador. “No hubo explicación de ninguno porque estábamos todos jodidos. No hubo una sola palabra de nadie”.

“Lamentablemente, el que más jodido se va es Leo. Es la vez que peor lo vi en el vestuario. Hizo todo lo posible para que la Selección esté acá”, agregó.

Olé creó el hashtag #NotevayasLeo e invitó a sus lectores a mandarle un mensaje de apoyo al máximo ídolo. “Leo se tiene que quedar en la selección”, escribió. La respuesta fue inmediata: Victoria de Blasi, tuiteó: “quiero que seas eterno. Te amo Leo”, mientras Maxi Friggeri llamaba a recibirlo el martes en el aeropuerto internacional de Ezeiza. Fernando Guarini terciaba: “Lo admiran en todo el mundo. Acá lo tildamos de pecho frío. Somos raros los argentinos”. Los mensajes eran miles.

Las redes sociales estallaron de inmediato luego de que ‘la Pulga’ recibiera durante años fuertes críticas por parte de hinchas y medios argentinos. Le achacaban que con la Albiceleste no rendía igual que en el Barcelona, pese a ser considerado el mejor futbolista del planeta y haber ganado cinco veces el Balón de Oro, una marca única. El internet también estaba al rojo vivo convocando a los simpatizantes para que acudan al aeropuerto de Buenos Aires para saludar al astro, en una especie de ‘operativo clamor’.  

Para el diario La Nación, la derrota y la renuncia de Messi marcaron “el fin de un ciclo”, mientras Clarín desmenuzaba que las desprolijidades de la Asociación del Fútbol Argentino, “aparte de la derrota y de creerse culpable”, llevaron  a Messi a dar un portazo.  

“Su decisión es injusta para la selección”, aseguró el periodista Víctor Hugo Morales, aquel del relato más famoso del segundo gol de Diego Maradona a los ingleses en el Mundial 86. “El Messi de ayer (por el domingo) quiso la pelota, encaró mil veces, le pegaron. Si todo tiene que hacerlo él...”, dijo. Y afirmó: “me emociona pensar en positivo para que él vuelva. Pensemos cómo sería esta selección sin Messi para siempre. Es una sensación de injusticia que se lo castigue así”.

Pero  para que el rosarino vuelva deberían cambiar muchas cosas en la Asociación del Fútbol Argentino (AFA), sumida en un escándalo con peleas internas interminables, elecciones suspendidas, un presidente (Luis Segura) procesado y una jueza  (María Servini de Cubría) que desconoce decisiones de la FIFA, como la designación de un presidente interino, lo que podría llevar a la desafiliación del seleccionado. Argentina se quedó sin su genio, sin título y con el peligro de quedarse sin nada. (I)